Aleyda Gutiérrez Guerrero
Ya no son solo maestra y alumna; ahora están unidas por algo mucho más profundo: la danza. Esa pasión compartida por el movimiento y la expresión artística ha tejido entre ellas un lazo que trasciende las aulas, convirtiéndose en una colaboración creativa que las enriquece mutuamente. Para Norma Adriana Castaños Celaya, docente de la Licenciatura en Artes Escénicas, opción Danza Contemporánea, en la Universidad de Sonora, no hay mayor satisfacción que ver a sus exalumnos florecer. Pero, más aún, disfruta de aprender junto a ellos en el camino.
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En el marco del 82 aniversario de la Universidad de Sonora, Castaños expresa con orgullo el placer de ver a Ayleen Yissel Fierros Sanvicente, una de sus alumnas más destacadas, triunfar en el mundo de la danza. Para ella, es un reflejo de un legado compartido que sigue creciendo.
“Una de las razones por las que me siento tan orgullosa de trabajar en esta casa de estudios es porque alberga una licenciatura que pone un énfasis especial en las artes, en este caso la danza contemporánea y actuación, lo cual es poco común en las instituciones de educación superior”, destacó Adriana Castaños.
El arte, como señala la Maestra de Tiempo Completo del Departamento de Bellas Artes de la Facultad de Humanidades y Artes, no es solo una forma de expresión, sino una disciplina que genera y transmite conocimiento, permeando en la sociedad de innumerables maneras. La directora de Producciones La Lágrima, ha sido testigo del crecimiento de muchos egresados, no solo en Hermosillo, sino también en diversos municipios del estado, enriqueciendo sus comunidades con su trabajo artístico.
Compartió que una de las cosas que más la animan es ver a estudiantes que vienen de otras ciudades y regresan a sus lugares de origen llevando consigo el arte para transformarlas. Además, resaltó que tiene el privilegio de trabajar en lo que ama, y esa es una de las grandes satisfacciones que le brinda esta licenciatura.
Con una vasta experiencia en las artes, tanto a nivel educativo como profesional, la Licenciada en Educación Artística con Perfiles Diferenciados y Maestra en Arte Moderno y Contemporáneo recalcó la importancia de que los docentes no se limiten a la academia, sino que deben mantenerse en contacto con el mundo artístico profesional, permitiendo que los estudiantes se integren al campo laboral con pasión y alegría.
“He tenido el privilegio de conocer a muchos estudiantes que ahora son egresados, con quienes sigo manteniendo un vínculo cercano. Hoy quiero hablar de Ayleen Fierros. Ella es de Nogales y siempre destacó por su dedicación. Recibió un premio por su trayectoria estudiantil y, más allá de ese reconocimiento, lo que más me llena de orgullo es haber aprendido juntas. He aprendido de su pasión, su entrega y su disciplina. No es solo que haga bien su trabajo, es que lo hace con amor, y eso es lo que más disfruto de trabajar con ella. Me enorgullece verla seguir su camino como bailarina profesional”, añadió la maestra con emoción.
Para Castaños Celaya, los aniversarios son momentos para celebrar y reflexionar sobre cómo la Universidad de Sonora contribuye a la sociedad, no solo desde lo académico, sino también abriendo caminos a los jóvenes para que transformen sus comunidades.
“Felicito a la Universidad de Sonora, me felicito a mí y a los miembros de la facultad, porque el camino es largo, los retos son muchos y espero que lo sigamos haciendo nuestro trabajo con la misma pasión y alegría que nos ha caracterizado”.
Una gran oportunidad
Por su parte, Ayleen Yissel Fierros Sanvicente, bailarina profesional en Producciones La Lágrima, comparte el orgullo que siente por los años que pasó en la Universidad de Sonora, una experiencia que le permitió conocer a maestros excepcionales de quienes aprendió y sigue aprendiendo.
Contó que tuvo la oportunidad de venir a Hermosillo desde Nogales para estudiar la Licenciatura en Artes Escénicas, lo que representó para ella un cambio enorme: dejar su hogar y adaptarse a una ciudad nueva. Pero encontrar a maestros con una gran trayectoria le confirmó que esta era la carrera que debía elegir.
“Lo que me han enseñado, y lo que seguirán aportando a mi vida, me llena de orgullo y gratitud”, expresó Ayleen.
Desde el primer día que cruzó las puertas de la Universidad, comenzó a recibir un legado no solo de sus maestros, sino también de sus compañeros, directivos y del personal administrativo, todos quienes contribuyeron a su crecimiento, no solo en lo artístico, sino también en lo personal.
Ayleen subrayó que las lecciones aprendidas en la Universidad le han permitido crecer como persona y profesional, llevándola a regresar a su comunidad en Nogales con las herramientas necesarias para contribuir de manera significativa.
“Al graduarnos enfrentamos la incertidumbre de qué hacer después, pero fue en ese momento cuando el apoyo de maestros como Adriana Castaños me abrió nuevas oportunidades. Me invitó a ser parte de su compañía y eso me permitió seguir creciendo. Si bien ya me había dejado una huella profunda en mi formación, esta oportunidad me ha llevado más allá de lo que imaginaba. Estoy inmensamente agradecida”, compartió la joven bailarina.
En su 82 aniversario, la Universidad de Sonora reafirma su papel como formadora de artistas comprometidos, capaces de llevar su arte más allá de las aulas y transformar sus comunidades. Historias como las de Adriana Castaños y Ayleen Fierros son prueba de cómo el arte, en manos de jóvenes talentosos, se convierte en un motor de cambio social y cultural, impulsado por el legado de una institución que sigue apostando por las artes como herramienta de desarrollo.
En su 82 aniversario, la Universidad de Sonora reafirma su papel como formadora de artistas comprometidos, capaces de llevar su arte más allá de las aulas y transformar sus comunidades. Historias como las de Adriana Castaños y Ayleen Fierros son testimonio vivo de cómo el arte, en manos de jóvenes talentosos, puede convertirse en un vehículo de cambio social y cultural, todo gracias al legado de una institución que sigue apostando por las artes como motor de desarrollo.