Reflexionan en seminario acerca de procesos sociales y situación de lenguas minoritarias

Jesús Alberto Rubio//

Con la conferencia magistral Poder simbólico del lenguaje y contacto sociolingüístico. Transmisión de estereotipos en torno a una lengua minorizada, expuesta por Aldo Olate Vinet, profesor asociado del Departamento de Lenguas, Literatura y Comunicación de la Universidad de la Frontera, Chile, se llevó a cabo de manera virtual la tercera sesión del Seminario Interdisciplinario 2022: Lengua, Poder y Representación en el Sur Global.

El evento es organizado por el Departamento de Lenguas Extranjeras de esta casa de estudios y el expositor, con maestría y doctorado en Lingüística, es miembro de la Red de Investigación y Cooperación Interinstitucional sobre Diversidad Lingüística (Ricidil), la cual es impulsada por la Universidad de Sonora.
La temática se dirigió a académicos, estudiantes del área y a interesados en el tema bajo la moderación y presentación de los coordinadores del Seminario, los profesores Rebeca Gutiérrez Estrada, del Departamento de Lenguas Extranjeras y Dioney Moreira Gomes, de Lingüística, Portugués y Lenguas Clásicas de la Universidad de Brasilia.

De inicio, Aldo Olate dio a conocer que su trabajo busca generar una reflexión sobre los procesos sociales y las situaciones de las lenguas minoritarias, no sin dejar de agradecer la invitación recibida para participar en el seminario.

“Debo señalar que este trabajo de reflexión aborda temas que muchas veces damos por hecho, pero que necesitamos profundizar y darnos cuenta de las situaciones de estos fenómenos”, dijo.

Dio a conocer que recientemente realizó un diagnóstico sobre el estado de la lengua mediante un estudio que aborda el fenómeno de la discordancia de género, y establece la frecuencia de aparición en la variedad de español hablada en esas comunidades rurales bilingües mapuche-castellano.

“Lo anterior se realizó a partir del análisis de un corpus tomado de entrevistas a hablantes bilingües de tres comunidades mapuches de la región de La Araucanía y los resultados muestran que, aunque el fenómeno aparece sistemáticamente, tanto el grado de convencionalización como su frecuencia son bajos.

Desde la perspectiva del contacto lingüístico, señaló que propone que la discordancia de género en estos casos podría explicarse como una copia de código desde el mapuzugún hacia el castellano por parte de los hablantes. No obstante, afirmó, son necesarios más estudios comparativos como otros tipos de muestreo para corroborar estos supuestos.

Poder simbólico
Planteó su interés en explorar el poder simbólico y cómo ese proceso influye en la construcción de estereotipos e ideologías en el contexto de contacto lingüístico entre dos sociedades, una mayoritaria hegemónica y otra minorizada, en la dinámica de subordinación.

El propósito de su trabajo, sostuvo, es proponer una reflexión sobre el componente simbólico del lenguaje y su potencial influencia en situaciones de contacto sociolingüístico.

En su charla definió lo que es el poder simbólico, el contacto sociolingüístico y subjetividad, así como representaciones sociales, estereotipos e ideologías en torno de los hablantes y las lenguas.

¿Qué entendemos por el lenguaje como un sistema simbólico?, se preguntó y dijo que desde los estudios lingüísticos se entiende como un sistema semiótico compuesto por signos que en combinación con otros forman un código. “Con este código aprendemos a manipularlo para construir significados y creemos que todo está en los diccionarios informativos, en los textos y en conversaciones”.

También indicó que el sistema funciona en un ambiente cultural (una comunidad) construido históricamente, socialmente formado e individualmente y manejado por los discursos de los hablantes. No siempre somos conscientes de estos aspectos, advirtió.

“Según los lingüistas lo simbólico significa: unidades de significados codificada en soportes visuales, musicales, orales y textuales; según los antropólogos, los símbolos no existen de forma independiente, siempre son creados por personas que los usan para dirigirse a otras personas. “Los símbolos son reconocidos en un contexto convencional”.

Añadió que las relaciones simbólicas, los significados convencionales, la estructura combinatoria y la naturaleza interpelativa actúan sobre la sensibilidad e imaginación de los hablantes”.

Dijo que los sociólogos tienen una visión similar a la de los antropólogos, pero agregan que los significados simbólicos, además de regular eventos ritualizados de una comunidad, ordenan intercambios verbales espontáneos entre las personas y sus interacciones diarias.

Asimismo, se cuestionó qué es el poder simbólico, y afirmó que éste construye la realidad social mediante la creación y uso de símbolos que dan significado al mundo social. “Es el poder de construir lo dado a través de enunciados o haciendo que la gente crea, vea o transforme la visión del mundo y con ello la acción sobre éste”, reiteró.

En relación al poder simbólico del lenguaje y contacto sociolingüístico, advirtió que éste es el encuentro de dos o más sistemas simbólicos y, por lo tanto, dos o más formas de significar, interpretar, manipular y construir una realidad sociocultural. “Pensemos en los orígenes sociales e históricos de las creencias y su relación con nociones tales como discurso, subjetividad y poder”.

El discurso
En cuanto al discurso, señaló que define y produce los objetos de nuestro conocimiento, el cual se entiende como las representaciones del mundo que tienen los individuos.

Estas representaciones, agregó, pueden ser distintas entre las personas de un mismo grupo o de diferentes (esto es importante al examinar la manera en qué nuestros discursos determinan nuestras percepciones sobre grupos étnicos y raciales.

Puntualizó en que la representación que se genera de un grupo y que se hace disponible en el discurso, puede estar lejos de experiencia de vida que el propio grupo tiene. “Pensemos en el discurso de la nación y la manera en que ha ido estableciéndose una fuerte relación entre este concepto y el de lengua materna”.

En igual forma precisó sobre lo que es el discurso y la subjetividad: el primero permite que los sujetos sean socialmente visibles porque produce sujetos. Los discursos nos hacen pertenecientes o no a categorías sociales, nos hacen visibles como sujetos particulares, siendo sujetos, individuos reconocibles por ser miembros de categorías sociales con actitudes, comportamientos, apariencias, valores y usos lingüísticos asociados”.

Dos ideas fundamentales
Planteó que se queda con dos ideas fundamentales: creencias, sentimientos y concepciones sobre la estructura y usos de la lengua que a menudo indican los intereses económicos de habitantes individuales, grupos étnicos o de otro tipo y estados-nación. Estas concepciones, ya sea explícitamente articuladas o implícitas en la práctica comunicativa, representan intentos incompletos o “parcialmente logrados” de racionalizar los usos lingüísticos; éstas racionalizaciones son generalmente múltiples, estan vinculadas al contexto y se construyen necesariamente a partir de la experiencia sociocultural del hablante.

Dijo que las estructuras lingüísticas son interpretadas como formas que refuerzan las jerarquías sociales de los hablantes. “Las lenguas emergen como instrumentos de dominación que ejercen su poder sobre grupos minorizados; las formas de hablar y sus habitantes circulan en el mercado lingüístico y adquieren valoraciones que las constituyen como un capital”.

En igual forma, agregó, las lenguas mayoritarias tendrán un alto valor y las minorizadas una baja. La valoración, aunque sea dinámica, dijo, es estable y se puede presentar como esquemas socio históricamente constituidos que nutren la comprensión presente y futura de la realidad.

“Esta dinámica no consciente se instala a partir de los comportamientos y acciones que van transmitiéndose de forma automática a través de la socialización dada en los mercados lingüísticos”, concluyó.