Lin Mendivil Alvarado//
El reconocimiento de los derechos humanos de las personas fallecidas, la pertinencia del concepto de vulnerabilidad aplicado a la sociedad en su conjunto, las similitudes del problema migratorio entre las fronteras México-Estados Unidos y la de África-Europa, y un análisis sobre la protección de los derechos humanos en nuestro país, fueron los temas abordados durante la primera sesión del ciclo de conferencias Webinarios Binacionales de Primavera 2021.
El evento organizado conjuntamente entre la Universidad de Sonora y la Universidad de Arizona tiene como propósito establecer espacios que propicien la reflexión crítica por parte de la comunidad académica y científica en temas sensibles como inclusión, diversidad y derechos humanos.
La primera sesión de conferencias estuvo enfocada al tema de Sistemas legales e institucionales de derechos humanos en México y Estados Unidos: minorías y poblaciones vulnerables ante la ley; la cual inició con la participación de la profesora emérita Raquel Rubio Goldsmith, codirectora del Instituto Binacional de Migración del Departamento de Estudios Mexicoamericanos en la Universidad de Arizona.
En su intervención, la académica expresó su preocupación ante el tema de los derechos humanos de las personas fallecidas. Aclaró que se tienen reglamentos para el tratamiento de los cadáveres resultado de guerras o desastres, y ante los casos de muertes violentas derivadas de dictaduras, migración, crimen organizado, en algunos países la práctica forense se ha transformado con una visión humanitaria.
Aunque se pudiera pensar que existe una normatividad al respecto, esto no es así, apuntó. Hay muchas implicaciones en la legislación internacional en cuanto a la investigación, búsqueda e identificación de cuerpos abandonados, y en el siglo XX surgió una serie de valores y conversaciones acerca de leyes que ponen la pauta en los derechos humanos de los muertos en estas circunstancias.
“Estamos en un momento muy importante para que se haga un pronunciamiento oficial de los derechos humanos de los muertos y de las familias; es decir, de los migrantes muertos y de sus familias”, recalcó.
La vulnerabilidad es una situación transversal que puede afectar a una nación
La segunda participación fue la del docente e investigador del Instituto de Investigaciones Jurídica, así como abogado general de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Alfredo Sánchez Castañeda, quien compartió su visión conceptual del término de vulnerabilidad.
El también miembro Sistema Nacional de Investigadores (SNI) nivel 3 y consultor de la Organización Internacional del Trabajo, explicó que tradicionalmente la vulnerabilidad se asocia a nivel individual o determinado grupo social; sin embargo, no hay que perder de vista que se trata de una situación transversal que también puede afectar a una nación entera.
Comentó que un estudio de ONU Mujeres reveló que una sola persona puede presentar un cúmulo de vulnerabilidades, tal es el caso de mujeres migrantes en la frontera sur de México, como estableció dicha organización. Esta situación de vulnerabilidad inicia por la condición de ser mujer, migrantes, por la situación ilegal, por su bajo nivel escolar, y aunque tengan una condición legal en México, la población mexicana no los ve como mexicanos, sino como extranjeros, señaló.
Una sola persona puede encontrarse inmersa en una pluralidad de vulnerabilidades y eso es hablar de sociedades vulnerables y de una transversalidad de esta situación; lo que hace que una persona tenga varias vulnerabilidades puede ser la pobreza, la discriminación por el origen étnico, y ésta última es una problemática que no sólo se presenta en la frontera México-Estados Unidos, sino que es un tema que también se da entre mexicanos y del cual casi no se habla, destacó.
“Se trata de ver la vulnerabilidad más allá de grupos de personas, sino a nivel social y naciones”, y es en este sentido su propuesta conceptual de vulnerabilidad. Al considerar que la mayor parte de la población mexicana son mujeres y que éstas se encuentran y se enfrentan a mayores condiciones de vulnerabilidad que los hombres, entonces se puede considerar que la población mexicana está en situación vulnerable, consideró.
Ante esta situación, el Estado mexicano tiene la obligación de realizar políticas públicas para que las personas en situación de vulnerabilidad salgan de la situación de precariedad y, además, se les considere grupos prioritarios de interés público en cuanto a la atención del gobierno, y aclaró que “en el caso de México no se trata de una ausencia de ley, la legislación existe, pero es letra muerta”, reconoció.
En un acto de autocrítica al derecho mexicano, dijo: “pensamos que regulando determinado tema se soluciona el problema o la situación, pensando que estableciendo una definición y señalando la prioridad de estos grupos vulnerables y de la necesidad de que se les destine decursos, pensamos que con eso se soluciona” y no es así, puntualizó.
Las historias de migración son similares en varias partes del mundo
Por su parte, el docente e investigador en el área de estudios de género y mujer, y director del posgrado en Prácticas de Derechos Humanos en la Universidad de Arizona, William Paul Simmons, compartió con los asistentes a la sesión virtual un recuento comparativo de las problemáticas migratorias y de seguridad entre los corredores Sonora-Arizona, y el de África-Europa.
El también consultor en temas derechos humanos y con 18 años de trabajo académico en temas migratorios y feminicidios en la zona de Sonora-Arizona, comentó que el intercambiar experiencias de trabajo con diversos académicos que abordan el tema migratorio en África-Europa ha encontrado que muchas historias de migración son idénticas a las que se viven en México-Estados Unidos.
En el caso de la ruta África-Europa, las fuerzas navales han contenido un poco el flujo migratorio, pero éste ahora se da a través del Desierto del Sahara, “y no sorprende que esta ruta de migrantes se empalme con la ruta de migrantes en México con tráfico de drogas… además de que el viaje es similar: en carros con demasiada gente, como ‘La bestia’ en México, en África son camiones grandes para pasar el desierto y los centros de migrantes son similares también”, detalló.
En ambas zonas fronterizas la respuesta del Estado ha sido detener al migrante y no protegerlo; normalmente la guardia naval de Libia interviene con detener a los migrantes en el Mar Mediterráneo, y en el caso de Estados Unidos, no sólo ha militarizado la frontera, sino que hasta se llegó a proponer un muro, y todo este tipo de situaciones hacen que al migrante no se le vea como víctima, subrayó.
La impunidad: primer gran enemigo de los derechos humanos en México
La última participación fue la del coordinador del programa Universitario de Derechos Humanos de la UNAM, Luis Raúl González Pérez, quien presentó la temática Minorías y poblaciones vulnerables ante la ley, y recalcó que la problemática de la protección de los derechos humanos en México se debe a la vulneración y lamentó que en nuestro país no existan condiciones o parámetros aceptables para ningún grupo población en cuanto a la protección de derechos humanos.
“El primer gran enemigo de los derechos humanos en México es la impunidad… y no es que el país carezca de normas o instituciones, tenemos un gran acervo tanto de normas sustantivas y procedimentales del orden nacional e internacional, y un amplio y complejo entramado de instituciones para la impartición de justicia”, reconoció; sin embargo, no existe un adecuado sistema de supervisión y rendición de cuentas sobre la actividad pública, y eso afecta los derechos humanos a nivel individual o colectivo, dijo.
Por otra parte, la población tiene la percepción de que los derechos humanos es algo abstracto vinculado a cuestiones académicas y teóricas, sin influencia ni utilidad en la vida cotidiana y se enuncian los derechos, pero no hay condiciones para ello; aunado al desencanto sobre las instituciones, la vigencia y utilidad de las normas y la percepción de que cuando se viola una norma no hay castigo, mencionó.
Puntualizó que es necesario romper el círculo de resignación e indiferencia en que se encuentra buena parte de la sociedad, y también es innegable la obligación del Estado de apegarse a la ley, promover y defender los derechos humanos de la población y contar con mayor participación de la ciudadanía que exija el cumplimiento de los derechos humanos.