Lo primero que debemos de reconocer en quien nace con el trastorno genético de Síndrome de Down (SD), es que se está frente a un ser humano con derechos y obligaciones, es decir, que no es diferente a cualquier persona, afirmó la psicóloga universitaria Aracely Ornelas Arana.
La coordinadora del Programa de Salud Estudiantil de la Dirección de Apoyo a Estudiantes de la Universidad de Sonora, advirtió que ante esa condición de discapacidad, la observación es que hay limitaciones diferentes unos de otros.
“Si en una familia o en el entorno donde se viva hay quien tenga el síndrome, podrás darte cuenta que tienen más similitudes que diferencias con el resto de las personas”, reiteró en su calidad de madre de César Adán, con SD.
En relación sobre las recomendaciones que se pueden dar sobre qué hacer, cómo prepararse y que atención hay que brindarle a quien presenta esa condición de vida, dijo que se debe buscar la información adecuada, contactar a otras personas/padres y de preferencia integrarse a una red de apoyo o agrupación en su propia comunidad.
“Tenemos que buscar y apoyarnos con médicos, especialistas y terapeutas en el área”, expresó la integrante de la agrupación SD Hermosillo fundada hace una década.
Ornelas Arana con licenciatura en Psicología por esta casa de estudios y experiencia en el ámbito de salud en terapia clínica, indicó que también los padres de familia deben mantenerse informados sobre los avances y logros que como comunidad se realizan ante este tema, incluso, apoyados con los diferentes medios de comunicación.
Capacidad de aprendizaje
Hizo ver que, en efecto, su condición afecta su capacidad de aprendizaje y desarrollo de distintas formas, de ahí la imperante necesidad de siempre brindarles la mejor atención posible.
“La mayoría tienen una deficiencia que puede ir de leve a moderada; sin embargo, cuentan con un amplio abanico de capacidades”, sostuvo.
Ornelas Arana señaló que desde el momento de su nacimiento no hay forma de saber de lo que serán capaces conforme vayan creciendo ya que ello dependerá del entorno en el cual se desarrollen y los estímulos que se les proporcionen desde temprana edad.
“Por fortuna, con los avances sociales y médicos se ha conseguido mejorar su calidad de vida”, subrayó.
Mayor conciencia pública
Respecto a la celebración del Día Internacional del Síndrome de Down, resaltó que esa fecha tiene el gran objetivo de informar, dirigir y sensibilizar la manera de vivir con esta condición desde lo personal, así como en los entornos familiar, social y cultural.
Fue en diciembre de 2011, indicó, cuando la Asamblea General de la ONU designó el 21 de marzo como Día Mundial del Síndrome de Down.
“Con esta celebración, la ONU quiere generar una mayor conciencia pública sobre la cuestión y recordar la dignidad inherente, la valía y las valiosas contribuciones de las personas con discapacidad intelectual como promotores del bienestar y de la diversidad de sus comunidades”, puntualizó.
Asimismo, dijo que se desea resaltar la importancia de su autonomía e independencia individual, en particular la libertad de tomar sus propias decisiones.
Aracely Ornelas señaló que en torno a la fecha del 21 de marzo, asociaciones e instituciones realizan diferentes actividades como jornadas, ciclos de conferencias y otras acciones en la comunidad, cuyo fin es otorgar información precisa y de instituciones que apoyan en diferentes áreas para mejorar la calidad de vida de las personas con Síndrome de Down, así como para sus familiares y/o cuidadores.