Elías Quijada//
El alcohol, tabaco, inhalantes y mariguana son las primeras drogas que consumen los adolescentes sonorenses entre los 10 y 11 años al momento de su iniciación en este problema de salud pública, relevó Rosario López Sauceda, profesora investigadora del Departamento de Psicología y Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Sonora.
Señaló que el consumo de sustancias tóxicas en edad temprana es una conducta que se ha presentado durante las últimas décadas, pero va en aumento considerable tanto en hombres y mujeres, por lo que se considera como un problema de salud pública emergente entre las instituciones gubernamentales de los tres niveles de gobierno.
“Es considerado un comportamiento experimental porque a dicha edad es mínimo el consumo y aún no se genera dependencia, ni se han manifestado efectos negativos en las personas; sin embrago, es una problemática que si no es atendida a edad temprana puede ocasionar problemas futuros en su persona, alteraciones físicas, mentales, sociales, así como en el aspecto laboral y educativo”, aclaró.
Durante su participación en la Cuarta Semana Nacional de las Ciencias Sociales, con la ponencia Problemática sobre el consumo de drogas en México, la docente en la Licenciatura en Psicología apuntó que otro factor de riesgo son los accidentes de auto pues en gran medida están relacionados al consumo de sustancias porque alteran los movimientos psicomotores de los seres humanos que las consumen.
Comentó que el consumo de droga es un padrón socialmente adquirido y aprendido; también es un comportamiento inicial, mantenido y reforzado por factores como los sociales, psicológicos y fisiológicos. “Se trabaja en dos tipos de consumo: el experimental, que se considera en este estudio y el perjudicial que abarca según sus orígenes, aspectos y clasificación jurídica”, agregó.
Destacó que la comunicación afectiva contribuye a que los estudiantes aprendan a rechazar el ofrecimiento de sustancias dañinas y a la vez ayuda tomar decisiones para abandonar situación de riesgo o evitar asistir a lugares que presente riesgo para el consumo. Por otro lado, el factor familiar también favorece ante una conducta de riesgo a través de la supervisión y control de los padres, así como establecer normas claras en sus hogares.
Los factores contextuales se encuentran relacionados con amigos que consumen alguna sustancia; estar en un vecindario o familia donde hay una alta tolerancia a las drogas o bien tener acceso fácil a una sustancia en el medio donde los adolescentes se desenvuelven, indicó.
“Todo este contexto fue a través de un estudio realizado en alumnos de primer año de secundarias públicas en Hermosillo, Sonora, y se tomaron como base los factores personales, familiares y socio-contextuales como ejes relacionados al uso de drogas; la metodología fue cuantitativa, participaron 1,107 estudiantes, el instrumento fue encuesta sobre el consumo de sustancias tóxicas”, explicó.
Subrayó que los resultados sociodemográficos obtenidos fue que hubo más participación de mujeres que de hombres, la edad promedio fue de 12 años y se ubicó con más accesibilidad al estudio en alumnos del turno matutino; en cuestión familiar, la mayoría de sus padres habían concluido el bachillerato y un porcentaje elevado poseían nivel universitario.
“En cuanto al factor personal se encontró alta percepción de riesgo entre la sociedad para el consumo de drogas, así mismo baja apreciación en el uso de drogas de los amigos, también los estudiantes mostraron alta confianza para rechazar el ofrecimiento de alguna droga”, expresó.
En manera de conclusiones emanadas del estudio, recalcó que las drogas de inicio fueron las legales y después las ilegales, la mayoría de los estudiantes consideraron que el uso de sustancias es grave; también abundó que las estrategias de resistencia ante el ofrecimiento de drogas fueron levantarse e irse, rechazar y alejarse, así mismo, la mayoría de los estudiantes reportaron tener una buena relación y bajo conflicto con los padres.
“Son pocos frecuentes los ofrecimientos de alguna droga por parte de familiares; mientras que los amigos representan el mayor número de ofrecimiento para consumir alguna sustancia nociva para la salud. Los adolescentes no consumidores de alcohol tienen relaciones positivas con sus padres y utilizan mejores estrategias de resistencia cuando surge un posible contacto con drogas”, finalizó.