Aleyda Gutiérrez Guerrero
Con el Círculo de lectura Ojos despiertos, Michel Axel Amézquita Valenzuela quiso adentrar a quienes participaron en la actividad a ver en la historia del arte los estereotipos de la mujer, leer a más escritoras y escribir sobre sí mismas.
Dijo que uno de los objetivos era también crear un espacio seguro donde se pudiera hablar de género, por eso fue dirigido principalmente a mujeres jóvenes y adultas interesadas por la literatura, pero además interesadas en los temas de sexismo y de violencia de género.
La egresada del Departamento de Letras y Lingüística de la Universidad de Sonora fue una de las seleccionadas en el programa Creación y Liderazgo de Talleres y Círculos de Lectura, convocado por Instituto Sonorense de Cultura (ISC), en el que se eligieron 30 proyectos de formación literaria y fomento a la lectura para llevar a cabo en algunas bibliotecas municipales del estado de Sonora.
Del 14 de septiembre al 28 de noviembre, Amézquita Valenzuela participó en esta actividad, que coordinó el Departamento de Literatura y Bibliotecas del ISC, y derivó del proyecto Apoyo a Instituciones Estatales de Cultura (AIEC) Fortalecimiento de Bibliotecas, de la Secretaría de Cultura Federal.
La promotora cultural dijo que sus destinatarios fueron entre 20 y 25, de ellos uno solo del sexo masculino, de 15 años en adelante, de varias partes de la república, de Londres y Arizona, entre ellos de la Universidad de Sonora.
Señaló que las sesiones fueron semanales y que, en su caso, como contó con dos grupos, uno los días jueves y otro los sábados, fueron alrededor de 30.
Esta actividad, que fue gratuita para todos los participantes, y en su caso, transmitida a través de la plataforma Zoom Pro, tuvo la ventaja de que al ser virtual pudieron hacer uso de las herramientas digitales y pudieron sumarse personas de otras latitudes, apuntó.
El círculo de lectura Ojos despiertos, explicó, se impartió en tres bloques: el primero fue introducción de temáticas de género y de recursos literarios, donde se revisaron obras muy famosas, pero sobre todo se observaron los sexismos.
El segundo bloque, añadió, fue Mujeres imaginadas e imaginarias, donde se quiso visibilizar y ejemplificar la predominancia de los roles de género y sus afectaciones en el imaginario femenino, usando de pretexto el panorama literario, y finalizó con un tercer bloque para narrarse a sí mismos.
“Desde el inicio, la mira fue empoderar, entonces en el camino de la reflexión se trataron de acumular estos recursos, esta información, y para el final ya estábamos trabajando más con la autobiografía, que es terapéutica, hicimos también un pequeño ejercicio de Un cadáver exquisito, así como un poema colectivo.
“Para concluir, y tener la referencia más profesional, tuvimos una charla con Selene Carolina, que ha trabajado con mujeres en prisión y utiliza la autobiografía como algo terapéutico. Nos interesaba que se vieran capaces de escribir y que comprendieran que expresarse a través de la literatura no es sólo para una élite”, resaltó.
Respecto al tema que compartió, Michel Axel Amézquita declaró que desde el año 2012 trabaja con círculos de lectura, y que casi siempre han sido de obras literarias de escritores famosos las que se utilizan, y se dio cuenta que ni ella misma conocía a muchas mujeres escritoras, porque incluso ni en la carrera universitaria las leían.
Lo anterior, aunado a la violencia que se está viendo actualmente, potenciada por la pandemia y el aislamiento obligatorio, lo que incrementa una situación de vulnerabilidad hacia las mujeres, así como querer compartir información obtenida a través de un diplomado en violencia de género que realizó en línea en la Universidad de Barcelona, la impulsaron a enfocarse en este argumento.
La también artista escénica y gestora cultural dijo que actualmente se dedica al espectáculo de circo y que ha estado en varios festivales del estado; además, trabaja con Sociedad Activa como alfabetizadora y crea bibliotecas dentro de campos agrícolas para jornaleros migrantes.
“Aprendí mucho en el trayecto, me dejó poner en práctica, para empezar, lo que aprendí en este diplomado. Fue conectar con estas mujeres y creo que lo que se llevaron fue ver de otra manera la historia del arte.
“A esas mujeres de la literatura las conocemos por toda la cultura popular pero nunca nos hemos cuestionado por qué son imaginadas así, qué estereotipos sexistas hay detrás de esa musa que sólo es inspiración, de esa bruja que sólo es la peor por el conocimiento que tiene, entonces fue como deconstruir mucho la historia y fue interesante darle otro giro”, expresó.