Jesús Alberto Rubio/
El horno de microondas genera una gran cantidad de mitos, dudas y preguntas acerca de su funcionamiento y cómo su uso puede alterar no sólo la salud, sino también el diario vivir, fue el tema central que abordaron Armida Espinoza López y María Esther Orozco García, profesoras investigadoras del Departamento de Investigación y Posgrado en Alimentos (DIPA) de la Universidad de Sonora.
Entrevistadas en el programa Alimentación: problema de nuestro tiempo, que produce el DIPA y que se transmite por Radio Universidad, afirmaron que los microondas se han convertido en un electrodoméstico común en los hogares alrededor del mundo y no ofrecen peligro alguno en su cotidiano funcionamiento.
Recordaron que los hornos de microondas se empezaron a fabricar en los años 50, pero fue en los 70 cuando se introdujeron en los hogares de Estados Unidos, y a finales de los 80 ya estaban en un 25% de las casas, obviamente causando una verdadera revolución en la cocina doméstica por su novedosa tecnología. Y fue natural que ya desde ese entones despertaran algunas dudas que se extendieron como mitos populares que cuestionaban su seguridad.
Plantearon que con todo y el desarrollo y evolución de la tecnología que ayuda a que haya en ese tipo de aparatos, con rigurosos controles de seguridad, aún se pueden escuchar algunas falsas creencias sobre su uso, especialmente en redes sociales y el internet.
Por ello, citaron, no extrañó que en el 2005 la Organización Mundial de la Salud (OMS) haya publicado un documento donde se indicaba que si se utiliza siguiendo las instrucciones del fabricante, el microondas es seguro y conveniente para calentar y preparar alimentos para el consumo.
Despejan dudas
Para empezar, Armida Espinoza López y María Esther Orozco afirmaron que si el microondas se encuentra en buen estado, cuando se enciende habrá de funcionar sin peligro alguno, pero si éste se encuentra dañado, no lo hará de manera adecuada. Es importante, agregaron, que el aparato esté en perfectas condiciones, además de siempre revisar que la puerta cierre bien y que no tenga ninguna fractura.
Las académicas del DIPA criticaron el hecho de que todavía haya gente que cree que usar mucho el microondas puede afectar a la salud, cuando ello es totalmente falso.
“Son totalmente seguros y no tienen ningún efecto en la salud; para empezar, no producen cáncer, como muchas personas piensan”, indicaron al señalar que multitud de organizaciones y estudios han certificado que su uso es seguro y no existe relación con ninguna posible enfermedad o dolencia.
Asimismo, descartaron el mito de que la comida cocinada o calentada en un horno de microondas sea peligrosa, ya que en ningún caso modifica la composición química de los alimentos, más allá de los cambios normales que se producen en cualquier método de cocción.
Dieron recomendaciones en su uso, como no introducir bolsas de plástico que pueden causar tóxicos y afectar los alimentos, así como metales o recipientes herméticamente cerrados.
“Los metales no se pueden calentar en el microondas porque los electrones se aceleran mucho, haciendo saltar chispas que podrían quemar los alimentos, pero en ningún caso llegaría a explotar”, dijeron en el programa conducido por el académico Francisco Javier Parra Vergara.
Respecto a los plásticos, advirtieron que algunos no son aptos porque son de baja calidad, por lo que para asegurarse que se pueden calentar en microondas, hay que comprobar que llevar el sello indicativo.
También recomendaron no cocer huevos enteros con cáscara, ya que la presión del vapor podría hacerlos estallar, así como el hecho de que se deben tomar precauciones al hervir agua u otros líquidos, ya que el calor acumulado podría causar quemaduras por salpicadura, aunque el agua no se vea hervir al ir a sacar el recipiente. “Esto se debe al fenómeno de sobrecalentamiento”.
Otro peligro que dieron a conocer fue que debe evitarse el sobrecalentamiento, lo cual acarrea el riesgo de posibles quemaduras en las manos al extraer algún recipiente y los productos.
Asimismo, dijeron que un microondas no modifica la composición natural de los alimentos y, por tanto, no produce pérdidas de nutrientes. “Este aparato cocina y calienta al hacer vibrar las moléculas, pero no las destruye, por tanto los nutrientes se conservan perfectamente”.
Afirmaron que también prevalece la falsa idea de que “sólo sirven para calentar”, cuando en realidad se pueden cocinar todo tipo de platos con ellos, tanto dulces como salados. Con ese aparato, sostuvieron, se puede cocinar incluso más saludable que con otras técnicas tradicionales; “se puede cocer al vapor sin tener que usar agua o grasas añadidas, manteniendo el máximo de nutrientes”.
Entre otras recomendaciones indicaron que si se utiliza correctamente, el microondas apenas se mancha, y además es muy fácil de limpiar. Lo mejor, apuntaron, es cocinar los alimentos tapados correctamente y limpiar inmediatamente después de su uso, simplemente con un paño húmedo si son pequeñas salpicaduras.