Jesús Alberto Rubio/
El Estado mexicano debe proponer a la brevedad posible la conformación de mesas de negociaciones entre los países de Centroamérica, como es hoy el caso de Honduras, para dialogar y buscar los mecanismos a través de los cuales se desactiven los factores que producen la migración de sus pobladores, afirmó el académico Jorge Pesqueira Leal.
El coordinador del Posgrado en Derecho de la Universidad de Sonora, planteó que ese tema de la movilidad de gente huyendo de la violencia y pobreza de esos países, alcanza en estos momentos el nivel de emergencia y que, por lo tanto, se debe tratar a través de negociación y de mediación internacional.
Cada gobierno, sostuvo, debe estar preparado para responder a esa realidad mediante la mesa de dialogo, colocando todos los elementos que sean factibles de abordarse para frenar la migración.
Pesqueira Leal consideró que la actual caravana de hondureños cuyo destino es llegar al vecino país del norte no debe tomarse como una tragedia, sino que más bien lo que debe preocupar es lo que puede venir más delante con más personas que se organicen para movilizarse de esa forma.
Esto es como una punta del iceberg, dijo, y por lo tanto esta situación tiene que ser analizada y buscar establecer canales de comunicación constante para lograr evitar esas movilizaciones.
Definitivamente, sostuvo, es necesario que se contenga esa migración y resolverla a través de que cada país haga la tarea que le corresponde, y que ese tipo de movilización social se lleve a cada en el orden que establecen las mismas normas nacionales e internacionales.
Se entiende, comentó, que los hondureños buscan un mejor lugar para huir de la lamentable situación que viven en su país, pero la pregunta es si pueden o no cruzar la frontera con Estados Unidos y, por lo tanto, es evidente que pueden producir una situación de crisis en México, lo cual es un preludio –o semáforo amarillo— indicativo de que se deben tomar decisiones urgentes al respecto.
Migración, fenómeno mundial
Jorge Pesqueira calificó a la migración como un fenómeno mundial y que, en consecuencia, dependiendo de la situación económica, régimen político y de factores como la seguridad, la gente toma una decisión que difícilmente haría si no fuera porque experimenta algo critico en su vida y familia.
Ahora bien, añadió, la migración tiene que ver en el impacto que puede producir en los países receptores y estados en tránsito.
Para quien se moviliza de esa forma colectiva, como es el caso de su tránsito por México, entiende que con ello evita situaciones de extorsiones, robos, violaciones e incluso privación de la vida, señalando que hacerlo de esa forma, se encuentran en menor riesgo de ser vulneradas en sus derechos fundamentales por autoridades mexicanas, miembros del crimen organizado o delincuentes del fuero común.
Pero independiente de esa protección que genera la caravana, planteó, la cuestión es saber qué motivaciones puede haber detrás de ella, como pudiera ser una estrategia para confrontar y desestabilizar al gobierno de los Estados Unidos cuando está a punto de celebrar elecciones intermedias.
Indicó que ese tipo de expresión social no se configura por espontaneidad, ya que siempre hay liderazgos que tienen una motivación para que se configure, y dio el dato de que el flujo migratorio medido por la ONU es entre 12,500 y 13,500 de personas que fluyen cada mes desde la frontera de Guatemala hacia los Estados Unidos.
“Si en este momento encontramos que son entre 5,000 y 7,000 las personas que van en movilización en esa caravana, ello señala que esa cantidad no llega ni al 50% de aquellos que se movilizan a través de otros mecanismos, como la red de ferrocarriles de carga que une las fronteras sur y norte de México, conocida como “La Bestia”, y otras vías que utilizan para llegar a los Estados Unidos.
La migración a la Unión Europea
Pesqueira Leal afirmó que estas movilizaciones deben contenerse a la brevedad posible porque pudiera suceder un fenómeno como en el de la Unión Europea, en la que tan sólo el año pasado intentaron ingresar 1’300,000 personas, lo cual dijo se convirtió en una tragedia para aquellas naciones que no tienen la capacidad para ser receptores de tal cantidad de gente.
“En este caso, es importante que esa caravana de hondureños se desactive porque si Estados Unidos endurece su presencia en la frontera con el ejército u otras vías, se va a reducir la posibilidad de que pueda pasar al vecino país y es ahí donde se vendría el problema para México donde tenemos un porcentaje de miseria extrema que rebasa la totalidad de la población de los países centroamericanos”, indicó.
El académico universitario planteó que, en efecto, no somos una nación con condiciones favorables para poder dar alternativas laborales a personas que se trasladan y con todo el hecho de entender y sentir el dolor de lo que les sucede, esto evidentemente impacta a las familias mexicanas que, de por sí, tienen dificultades para tener al menos un empleo digno.
“El Estado mexicano ni los gobiernos fronterizos en este momento no pueden estar pensando en qué va a pasar con la caravana; eso es irrelevante porque en realidad son pocas personas en relación con las que pasan más allá de ese movimiento. Lo esencial es cómo se negocia en la mesa y los mecanismos a través de los cuales se pueda contener la migración”, concluyó.