Jesús Alberto Rubio//
La acuicultura es una actividad productora de alimentos que muestra un crecimiento anual a nivel mundial acelerado y parte del éxito de la industria acuícola, específicamente del sector piscícola y camaronícola, recae en el uso de alimentos formulados, los cuales son principalmente elaborados con ingredientes tales como la harina y el aceite de pescado.
Emmanuel Martínez Montaño, investigador Cátedra Conacyt comisionado a la Universidad Politécnica de Sinaloa (Upsin), dijo que, sin embargo, un alto porcentaje de inclusión de harina y aceite de pescado en alimentos acuícolas es hasta cierto punto una incongruencia ya que la alimentación de peces se da a partir de ingredientes derivados de esa misma especie.
Entrevistado en el programa Alimentación, problema de nuestro tiempo que se transmite por Radio Universidad, señaló que teniendo en cuenta ello, a la fecha una vasta investigación científica se ha realizado con el objetivo de buscar fuentes alternativas a las proteínas y aceites de pescado, que puedan servir como ingredientes alimenticios.
“De estos ingredientes, los de origen vegetal son los que más ampliamente han sido usados”, precisó en programa que produce el Departamento de Investigación y Posgrado en Alimentos (DIPA) de esta casa de estudios.
Martínez Montaño comentó que su uso ha sido de interés por los fabricantes de alimentos debido a su disponibilidad, precios bajos en comparación a las harinas de pescado y constancia en su calidad nutrimental.
Reconoció que el empleo de esos ingredientes vegetales conlleva ciertas desventajas como son la carencia de ciertos compuestos nutricionales, así como la presencia de algunos compuestos anti nutricionales.
Planteó que una estrategia para solucionar las desventajas que conlleva el uso de harinas y aceites vegetales es la utilización de suplementos alimenticios y que algunos de ellos son aminoácidos libres, ácidos grasos, enzimas y atrayentes alimenticios. “Muchos de estos suplementos pueden ser obtenidos de subproductos a partir del procesamiento pesquero”, añadió.
Indicó que, para el caso de subproductos pesqueros, algunos ejemplos de estos son piel, aletas, vísceras, esqueletos/exoesqueletos, cabezas, entre otros.
El reúso de subproductos pesqueros es interesante, afirmó, debido a que a partir de éstos que, generalmente tienen un escaso o ningún valor comercial, se pueden obtener productos o compuestos de alto valor económico, los cuales pueden ser incluso utilizados directamente para el consumo humano.
Dio a conocer que en el Laboratorio de Compuestos Naturales Bioactivos de la Universidad Politécnica de Sinaloa han realizado investigaciones con el objetivo de buscar estrategias para reutilizar subproductos y especies pesqueras de bajo valor comercial para la obtención de ingredientes con potencial de ser usados en alimentos acuícolas.
Entre los subproductos, dijo, están vísceras de bagre marino, mojarra, tilapia, atún y aleta amarilla, de las cuales han recuperado enzimas digestivas que a su vez han sido empleadas para digerir otras especies pesqueras de bajo valor comercial.
“También hemos reutilizado músculo oscuro de atún, el cual tras un procesamiento enzimático ha sido usado para la alimentación de juveniles de camarón blanco; en este caso, el músculo oscuro hidrolizado enzimáticamente, además de servir como atrayente alimenticio y fuente de proteínas para los camarones, le ayudó a mejorar su sistema antioxidante.
Mediante esas investigaciones, concluyó, el grupo de investigación busca reutilizar y revalorizar subproductos pesqueros, lo cual es un aporte finalmente a la sustentabilidad de los sectores pesqueros y acuícola de la región noroeste del Pacífico mexicano.