Luis Mendoza/
Ayer miércoles se cumplieron 10 años de una de las mayores tragedias que se han vivido en nuestro país: el incendio de la Guardería ABC, en Hermosillo, Sonora, que provocó el fallecimiento de 49 niños y 106 resultaron heridos.
Cada tarde del 5 de junio, las escalinatas del edificio del Museo y Biblioteca de la máxima casa de estudios de los sonorenses ha sido punto de encuentro de la culminación de una marcha por la justicia ABC, marcha que se replica en otras ciudades del país.
A una década de la tragedia, los menores sobrevivientes y sus padres siguen gritando justicia, y año con año miles de voces solidarias se han ido sumando a este reclamo.
Después de aquella tarde fatídica del 5 de junio del 2009 ha cambiado la conciencia social, se ha valorizado la necesidad de establecer protocolos de intervención psicosocial ante este tipo de situaciones de crisis; también la historia de los movimientos sociales en Sonora se ha modificado, y nuevas legislaciones han surgido. Son muchas las lecciones de pedagogía social y cultural que la tragedia nos ha dejado.
La tragedia de la Guardería ABC generó protocolos de apoyo psicosocial en crisis
Olimpia Salazar Serrano y Lilia Encinas Norzagaray, docentes de la Unison y Miembros de Red Sonora de Apoyo Psicosocial en Crisis (organización que nace motivada por este suceso) , señalan que, ante situaciones similares a la tragedia de la Guardería ABC, la intervención psicosocial dependerá de un protocolo para definir el diagnóstico.
“Es importante poder llegar a la situación y evaluar de manera coordinada con los primeros respondientes las dimensiones de la tragedia, de tal forma que cada dependencia u organización involucrada seguirá su protocolo según los servicios que preste, pero de manera coordinada y reconociendo en el evento a quien toma las decisiones”, señalaron.
Destacaron que una necesidad que une a los afectados, a diez años de ocurrida la tragedia, es la búsqueda de la justicia. Esta parte, está dentro del proceso de cierre de cualquier evento que involucre una responsabilidad en el hecho. “La justicia restaurativa implica la garantía de no repetición y la consecuencia a quien resulte responsable”, apuntaron.
El movimiento que los padres han dirigido ha motivado muchísimas iniciativas y mejoras al sistema, como la Ley 5 de junio, protocolos de actuación de primeros respondientes, formación de especialistas en la niñez, profesionalización en la atención y cuidado a la niñez, creación de asociaciones civiles y de asistencia privada e infinidad de acciones que han emprendido con el propósito de que no se repita nunca más una tragedia en la que los afectados sean los niños, nuestra población más vulnerable.
La marcha del 5 de junio ha marcado la historia de los movimientos sociales en Hermosillo y en Sonora
Para Jesús Duran Pinzón, docente de la Licenciatura en Sociología de la Universidad de Sonora, en términos sociales la tragedia de la Guardería ABC generó dos movimientos: el Movimiento 5 de junio y el Movimiento Manos Unidas, ambos conformados por padres y madres de los niños de dicha guardería, movimientos a los que se le han adherido líderes sociales y organizaciones sociales, a nivel local y nacional.
El docente de la materia Sociología de los Movimientos Sociales destacó que el movimiento del 5 de junio, en general, sí ha marcado la historia de los movimientos sociales en Sonora, pues se tiene registro de otros movimientos coyunturales como el de No a la tenencia o el de No al Novillo, que son movimientos temporales en la medida que hay una afectación temporal; mientras que el de la Guardería ABC se ha posicionado como un gran movimiento social que ha derivado en la creación y modificación de la ley: eso ya es importante.
“Un movimiento social busca un objetivo específico, busca en gran medida una transformación moral y legal de las cosas, que le permite tener un nuevo escenario de convivencia y me parece que este movimiento que se ha generado después del 5 de junio sí tiene estas características, sí ha marcado; el acontecimiento merece ser tratado con la importancia social y jurídica, que haya justicia y mayores condiciones de seguridad en las guarderías”, argumento.
Duran Pinzón comentó que las marchas de cada 5 de junio han generado una fuerte solidaridad social, ante la ausencia de justicia, y ello da muestra de una transformación importante en el ámbito del tratamiento a los niños y niñas del país, donde estamos más ávidos de que las cosas se den de mejor manera en términos de seguridad.
Falta divulgación de la Ley 5 de Junio a nivel nacional
Héctor Rodríguez Espinoza, docente e investigador del Departamento de Derecho, considera de suma importancia que la Ley 5 de junio, que regula la Prestación de Servicios para la Atención, Cuidado y Desarrollo Integral Infantil en el Estado de Sonora, se conozca a nivel nacional, convirtiéndose en una ley modelo para todas las entidades de la federación, y que se divulgue en los ámbitos de la seguridad social, así como en los ámbitos de la protección civil.
“La ley está promulgada, se ocupa que en toda la república sea una ley estatal que tendrá que armonizarse con la legislación de Protección Civil de cada entidad”.
La llamada Ley 5 de Junio es una iniciativa ciudadana promovida por los papás y mamás de los menores muertos y heridos por el incendio en la Guardería ABC; en su redacción se abordan temas como las Medidas de Seguridad y Protección Civil, Las Autorizaciones, La Inspección y Vigilancia de las instancias infantiles, así como la creación del Consejo Nacional de Prestación de Servicios para la Atención, Cuidado y Desarrollo Integral Infantil.