Son aún insuficientes las lluvias para la recarga de acuíferos: académicos del DAG

16 de agosto de 2022

Jesús Alberto Rubio

Las lluvias acumuladas hasta hoy en nuestra entidad todavía son insuficientes, ya que del volumen total sólo el 5% se infiltra en el subsuelo para recargar los acuíferos, afirmaron Julio César Rodríguez y Fidencio Cruz Bautista, académicos del Departamento de Agricultura y Ganadería DAG) de la Universidad de Sonora.

Los especialistas en el área y vinculados con la enseñanza e investigación en manejo sustentable del recurso agua, dijeron que en el caso de la capital sonorense, Hermosillo, las lluvias acumuladas suman hasta hoy alrededor de 120 milímetros de agua.

“El patrón de lluvias es errático en el estado de Sonora y hasta el día el día de hoy se ha registrado entre 140 a 160 milímetros acumulados, pero la media es de alrededor de 356 milímetros”, indicaron.

Dieron a conocer que, de acuerdo con datos del Organismo de Cuenca Noroeste de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la presa Plutarco Elías Calles, o mejor conocida como El Novillo, es la que ha captado más agua en la región, con 52% de su capacidad total.

Tres ríos importantes
Los docentes universitarios recordaron que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha regionalizado administrativamente el país en 13 regiones hidrológicas, de las cuales Sonora se localiza en la RH-II (noroeste).

Esta región, precisaron, abarca la mayor parte del estado y una pequeña región del estado de Chihuahua (Río Yaqui), indicando que la precipitación media anual es de 450 mm, con potencial de escurrimiento superficial de 3,875 hm3 (hectómetros cúbicos) y de recarga en sus 62 acuíferos, de 3,280 hm3.

“Esta región se caracteriza por contar con tres ríos importantes para la captura de agua en su sistema de presas (Mayo, Yaqui y Sonora), las cuales pueden almacenar hasta 7500 hm3, donde el sistema Yaqui almacena alrededor de 85% del agua disponible anualmente para todos sus usos”, precisaron.

Julio César Rodríguez y Cruz Bautista señalaron que a nivel estatal el agua concesionada anualmente es de 7,309 hm3, donde el sector agrícola utiliza 6394 hm3 (87%) repartida en 3, 940 hm3 de agua superficial y 2,454 hm3 de agua subterránea.

Su mayor superficie agrícola, informaron, se localiza en los valles agrícolas, en 6 distritos, con una superficie de 644,685 ha, utilizando 3,800 hm3 de agua superficial y 1,907 hm3 de agua subterránea.

“Esta área representa alrededor del 10% de la superficie nacional de los distritos agrícolas, lo cual le permite al estado ser líder nacional en varios productos agrícolas cereales (trigo), hortalizas (espárrago, sandía, calabazas, melón) y frutales (vides y nogal)”, destacaron los docentes del DAG.

Reducción de almacenamiento y cuestionamientos
Los profesores investigadores informaron que hasta antes de este 2022 en los últimos seis años el sistema estatal de presas sonorense redujo su almacenamiento en un 40% (6,964 a 4,158 hm3) debido a la baja precipitación, lo que ha impactó seriamente a la ganadería (mortandad de animales en el agostadero), agricultura (reducción de superficie) y consumo humano (disminución de fuentes de abastecimiento y disponibilidad).

Por ello, ante tal situación plantearon que los cuestionamientos que deberían hacerse como usuarios son; ¿la escasez actual es producto de la sequía periódica que ocurre en la región o es un impacto del cambio climático? y, ¿qué acciones deberíamos tomar ante este escenario?

Advirtieron que si se considera una sequía recurrente, los usuarios y gobierno “deberíamos haber aprendido a administrar la abundancia/escasez”.

Ante la abundancia y escasez
Ambos académicos afirmaron que durante la abundancia de precipitaciones se debe hacer un uso racional, almacenar el agua en los acuíferos, operando programas de educación sobre la cultura de cuidado del agua a todos los niveles; y en la escasez, reducción de los volúmenes servidos a todos los usuarios, manteniendo la prioridad al consumo humano, sin menospreciar la productividad agropecuaria.

En la escasez, puntualizaron, el sector agropecuario (agricultura y ganadería) es fuertemente impactado reduciendo la carga animal en el agostadero y la superficie agrícola de manera importante, lo que tiene un fuerte impacto en la fuerza de trabajo.

Este sector, advirtieron, es visiblemente el que más ha aprendido, y ha modificado en algunas regiones los sistemas de riego (rodado a presurizado), sobre todo en los distritos que tienen una mayor dependencia del agua subterránea (Guaymas, Costa de Hermosillo-Pesqueira, Altar-Pitiquito) y realizan agricultura para exportación.

“El nogal pecanero y vides son un claro ejemplo al contar con cerca del 100% de su superficie con riego presurizado”, indicaron.

Cambio climático y agricultura sustentable Plantearon que si se considera esta situación un efecto de cambio climático, las estrategias aprendidas con las sequías recurrentes, debieron prepararnos para enfrentarlo y avanzar hacia una agricultura sustentable desde el punto de vista de agua y de insumos.

Por otro, agregaron, los usuarios de agua para uso urbano e industrial y gobierno debieron haber aprendido a tratar cerca del 100% de agua residual y reducción de las perdidas por conducción, intercambio de agua tratada de calidad por agua concesionada a uso agrícola y valorar la inyección del agua tratada hacia los acuíferos, como una forma de almacenar agua para periodos críticos.

Suficiente normatividad
En el ámbito de las competencias de cada instancia en materia de agua, afirmaron que existe la suficiente normatividad (ley Nacional de Aguas y Ley de Agua del Estado de Sonora) para que los usuarios y gobierno estuviéramos preparados para cualquiera de las dos situaciones expuestas (sequía recurrente y cambio climático).

Sin embargo, concluyeron, cada vez que sucede la escasez de agua se vuelve a poner en discusión pública, la disponibilidad, las prioridades y costos de extracción y operación del recurso hídrico a nivel estatal y nacional.