De pequeño le gustaba el dibujo y lo hacía con mucho gusto al ver la reacción de sus amigos, les divertía a todos; ahora, está sentado al lado de los grandes a los que nunca pensó que conocería y estaría aprendiendo de ellos.
Así fue para Luis de la Rosa, hermosillense quien ha colaborado en una serie de proyectos de animación con cadenas internacionales como Netflix y Nickelodeon, ahora se encuentra en Canadá disfrutando de lo que es su pasión, su profesión, su forma de vida, su futuro.
Su más reciente trabajo fue en la producción editorial de la película animada Space Jam, a new Legacy, este 2021, y lo que más le enorgullece es estar trabajando en la misma sala junto a los más grandes y reconocidos animadores.
Luis de la Rosa participó el pasado lunes en la jornada de la XXV Semana de Arquitectura y Diseño: Emergente Hábitat 29N, organizado por el Departamento de Arquitectura y Diseño, adscrito a la División de Humanidades y Bellas Artes y dijo que nunca desistió aún con los comentarios adversos que recibía, incluso, de su propia familia.
Comentó cómo la animación lo enamoró desde pequeño, sobre todo cuando en el año 2000 vio una película que quizá no sea muy buena, pero a él le llenó de motivación para desear algún día poder hacer algo igual. La película fue Titan A. E, en el año 2000.
“La animación, como es vista, es una serie de imágenes que, al reproducirla en secuencia, logra los movimientos de los dibujos y objetos inanimados. Las animaciones no sólo tienen movimientos, sino que también expresan emociones”, señaló.
El trabajo del animador es hacer que el dibujo actúe, precisó y dijo que eso es lo que quiso toda su vida, pero en aquel momento, sólo recibía comentarios negativos: que no se vive del dibujo, que no deja dinero, que primero terminara una carrera y luego hiciera lo que quisiera, que no hay trabajo de eso, que había qué pensar cuánto le iban a pagar y mucho más.
Entre todo, comentó que le dijeron que si quería estudiar algo relacionado con el dibujo, entonces escogiera Arquitectura; entró al terminar la preparatoria, pero nunca se adaptó hasta que dejó la escuela porque el dibujo, las caricaturas, seguían maravillándolo.
Luis De la Rosa dijo que nunca se consideró un animador, pues dijo que sólo hacía monitos, pero siempre le dedicó todo su tiempo libre y comenzó a aprender al encontrar unos libros de animaciones.
“Empecé a aplicar lo que iba aprendiendo de los libros y, al ir viendo que iba mejorando comencé a preguntarme qué será de que sí se puede vivir de la animación, aunque no sabía por dónde”, expresó.
Luis De la Rosa comentó que en ese entonces, comenzó a buscar escuelas donde se estudiara animación y todas las universidades se salían de todo presupuesto hasta que encontró una en Vancouver donde podía estudiar un año intensivo, pero aun así no le ajustaban los gastos, por lo que se propuso y trabajó por un año, consiguió una beca y también la ayuda y la comprensión de su padre.
En su narrativa, Luis comenzó a contar cómo fue conectándose con trabajos ligeros, breves, hasta que le llegó la oportunidad de colaborar con el filme de My Little Ponny a donde lo invitaron a trabajar recomendado de unas personas conocidas.
“Tuve la oportunidad de trabajar con gente supertalentosa; jamás me hubiera imaginado trabajar en una película animada. Posteriormente, la búsqueda de un proyecto que me diera crecimiento llegó la oportunidad de trabajar en el filme de Animaniacs. Justo con los personajes con los que me tocó crecer como Pinky Cerebro, los Hermanos Warners”, añadió luego de mencionar las películas en las que ha participado como son Cloudy Meats Balls, Carmen Sandiego y Archibald’ Big Things.
Recomendó a quienes se conectaron a su charla, que fue transmitida vía Facebook y YouTube que si quieren algo deben aferrarse para lograrlo, pero lo esencial, es que trabajar, practicar, perfeccionar lo que hacen, dominar las cualidades pues, “para alcanzar el siguiente nivel se necesita dominar las cualidades que el siguiente nivel requiere.
“No tienes que ser bueno en eso, para ser bueno en eso. Si quieres ser bueno, hay que aprender las bases, aprender las cosas a nivel más básico y eso te va a forzar a que uses los medios de la mejor manera.
“Hay mucha gente que puede vivir del dibujo, hay mucha gente que sigue sin saber que sí puede. Tú puedes vivir del dibujo, de la música, pero tienes que ser creativo. La función de la escuela no es hacerte un profesionista, sino que te da las bases para que tú te desarrolles como tal y nunca es tarde para perseguir tus sueños.
“No porque no sabes algo, no significa que no lo puedas aprender; si no te pones en situaciones que se obligan a crecer, nunca tendrás la necesidad de hacerlo”, apuntó luego de señalar que si siguen haciendo lo que no les gusta, no llegaran las oportunidades para lo que sí quieren hacer.
“Si no te pones en situaciones que te obliguen a crecer, nunca tendrás las necesidades de hacerlo”, reiteró y dijo que deben comenzar con creer que lo pueden hacer, familiarizarse con el tema, construyendo sus fundamentos, hacerlo tu prioridad, conectarse, inspirarse, utilizar las redes sociales para comunicarse con las personas que les gusta y desarrollan lo mismo y aprovechar todo el tiempo que éste, no es negociable.