Jesús Alberto Rubio//
Frente al exceso de nutrimentos críticos u otros elementos dañinos asociados con enfermedades crónicas no transmisibles, como la diabetes, la académica Armida Espinoza López abordó en Radio Universidad de Sonora el tema Lo que debes saber del nuevo etiquetado de alimentos: Adiós, tigre Toño.
Al ser entrevistada en el programa Alimentación: Problema de nuestro tiempo, que produce el Departamento de Investigación y Posgrado en Alimentos (DIPA) de la máxima casa de estudios sonorense, señaló la importancia y necesidad de reducir el consumo de alimentos nocivos para la salud y permitir que las familias elijan sus compras según el valor nutricional, lejos del exceso de calorías.
La profesora investigadora del DIPA destacó el hecho de que el pasado 5 de abril se publicó en el Diario Oficial de la Federación la modificación a la Norma Oficial Mexicana 051, sobre el etiquetado para alimentos y bebidas no alcohólicas, donde comenzarán a verse sellos para advertir al público sobre exceso de grasas saturadas, trans, azúcares, sodio y calorías.
En su intervención planteó que el objetivo del nuevo sistema de etiquetado frontal es mostrar de manera veraz, clara, rápida y simple, cuándo un producto preenvasado tiene exceso de nutrimentos críticos u otros elementos dañinos, asociados con enfermedades crónicas no transmisibles, como la diabetes, la obesidad y las enfermedades cardiovasculares.
Afirmó que el etiquetado de alimentos y bebidas preenvasados vigente se basa en las llamadas guías diarias de alimentación, pero que, sin embargo, para interpretar su información se requiere tiempo y un mínimo conocimiento matemático.
Consideró que en ese proceso puede que el consumidor no disponga de mucho tiempo para hacer cálculos en el momento de la compra; además, de que el etiquetado emplee términos no específicos sin tomar en cuenta a la población no alfabetizada ni a los niños y adolescentes, los cuales difícilmente saben qué son las calorías y cuántas deben consumir al día, por ejemplo.
En relación con el nuevo etiquetado, Espinoza López indicó que el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) celebra la revocación de la suspensión del etiquetado frontal. “La implementación del etiquetado es clave para proteger la salud de la niñez mexicana y permitirá a niños y familias tomar decisiones informadas en el consumo de alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas”, reiteró.
Hizo referencia a que María del Carmen Iñárritu, nutrióloga y académica de la Facultad de Medicina de la UNAM, sostiene que el nuevo sistema de etiquetado se basa en el Modelo de perfil de nutrientes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que indica cómo “los criterios para la inclusión de los nutrientes críticos (azúcares libres, sodio, grasas saturadas, grasas totales y ácidos grasos trans) se basaron en las metas de ingesta de nutrientes de la población establecidas por la Organización Mundial de la Salud para prevenir la obesidad y las enfermedades no transmisibles.
Armida Espinoza precisó que, según la modificación de la Norma 051, se considera que un alimento tiene exceso de calorías si en 100 gramos o en 100 mililitros de producto hay 275 kilocalorías o más. “Habrá excesos de azúcares en los productos si tiene 10% o más de azúcares libres; de grasa saturada, si contienen 10% o más de energía proveniente de grasas saturadas; de grasas trans si hay 1% o más de estos nutrimentos, y de sodio si tiene 1% o más”, explicó en el programa conducido por el académico Francisco Javier Parra Vergara.
Etiquetado semejante
La académica del DIPA dio a conocer que también Chile, implementó desde el año 2016 un etiquetado semejante con resultados muy positivos.
Indicó que con base en la evaluación que hizo de la Ley 20.606 sobre la Composición Nutricional de los Alimentos y su Publicidad, que incluye el uso de un nuevo etiquetado frontal, el Ministerio de Salud del gobierno de Chile anunció en julio pasado que ya se han obtenido algunos resultados positivos con dicha normatividad, la cual entró en vigencia el 27 de junio de ese año.
Mencionó que disminuyó un 14% la compra de cereales para el desayuno, el 25 en bebidas azucaradas y 17 de postres envasados; asimismo, se registró una reducción promedio de entre 46 y 62% de la exposición de preescolares, niños y adolescentes a la publicidad de alimentos. “Además, las madres de éstos ya saben que, en la medida en que tenga más de un sello de advertencia, un producto es menos saludable”, añadió.
Evitar riesgos y estrategias educativas
Armida Espinoza López comentó un aspecto que calificó de sustancial: el nuevo etiquetado frontal de advertencia de alimentos y bebidas no alcohólicas preenvasados (NOM 051) busca evitar riesgos de hipertensión y problemas cardiovasculares. “El propósito es intensificar acciones para prevenir diabetes, padecimientos que su prevalencia se ha disparado en México”, puntualizó.
Ahora bien, apuntó, no basta sólo con volver comprensible la información del etiquetado para enfrentar estas enfermedades, ya que el problema de sobrepeso y obesidad en México es complejo y multicausal. Es por ello, planteó, deben ponerse en marcha otras estrategias o medidas educativas en distintos ámbitos y en diferentes niveles, como promover la salud alimentaria en las escuelas por medio de la divulgación de nuestra guía alimentaria que es el “plato del bien comer”, integrado por frutas y verduras, cereales y leguminosas y productos de origen animal.
Asimismo, señaló que debe fomentarse e impulsarse la cultura de la actividad física en contra de la vida sedentaria, así como disminuir el tamaño de las porciones de comida, revisar los mecanismos publicitarios que se utilizan para favorecer la compra de alimentos y bebidas no alcohólicas preenvasados. Incluso, respecto a ese tema, concluyó, hay que involucrar más a la sociedad en su conjunto y a cada individuo en particular, ya que éste es finalmente quien influido por campañas publicitarias.