Beatriz Espinoza
Conocer y, sobre todo, aprender a interpretar la información de las etiquetas del empaquetado de los alimentos es la recomendación de expertos para cuando se compren alimentos y evitar consumir exceso en calorías, sodio o aditamentos que dañan notoriamente la salud causando enfermedades graves al organismo.
Ana Judith Pérez Báez, investigadora del Instituto de Acuacultura del Estado de Sonora y encargada de proyectos sobre nuevos productos de origen animal, habló de lo importante que es conocer el contenido, principalmente para evitar que ciertos alimentos, con contenido de cafeína o educolorantes, por ejemplo, los consuman los niños.
“Hay que recordar que los niños son la prioridad, incluso en los etiquetados de los alimentos, pues si alguno dice que contiene cafeína o edulcolorante, por ejemplo, no es recomendable para ellos; hay que cuidar mucho la alimentación de los infantes”, advirtió.
Pérez Báez habló sobre La importancia de leer las etiquetas de los alimentos durante una entrevista realizada en la emisión del programa de radio Alimentación: problema de nuestro tiempo que conduce el también académico Francisco Javier Parra Vergara y produce el Departamento de Investigación y Posgrado en Alimentos (DIPA) de la máxima casa de estudios de Sonora.
Es relevante la información
La investigadora señaló que, en la actualidad, la gente está muy interesada en saber qué comer y por ello se ha logrado que cada producto tenga más información detallada sobre de cómo está elaborado un producto y cuáles son sus ingredientes para que el consumidor tenga acceso a estos datos y le ayude a tomar decisiones y hacer cambios de acuerdo a su dieta y a su estilo de vida.
La experta dijo que los empaquetados de los alimentos deben tener al menos dos tipos de etiquetas y una de ellas debe ser la tabla nutrimental que es un cuadrito en donde vienen desglosados los nutrientes que contiene y el otro, incorporado desde 2020, el de las porciones de consumo recomendadas.
“La lista de los ingredientes nos dice todos los ingredientes que se utilizaron y, una parte importante que nos debe indicar si hay algún tipo de aditivo alimentario aparte de la materia prima, por lo que es muy importante que aprendamos a identificar la parte nutrimental y el listado de ingredientes con los que se elaboró”, precisó.
En este contexto, Pérez Báez recomendó consumir alimentos mínimamente procesados y ello implica que no contenga más de tres contenidos aditivos alimentarios que están inscritos en esa lista nutrimental y que hay que disminuir su consumo cuando se trate de grasas trans, grasas saturadas, azúcares añadidos, sodio en exceso, etcétera, cuando lo que sí se debe de tomar en cuenta es lo que se refiere a las proteínas y fibras, entre otros.
“El exceso de aditivos en los alimentos es lo malo para nuestro consumo, por lo que debemos decir que mientras haya una mayor cantidad de aditivos es que tiene mayor proceso, es un alimento más procesado a través de un trabajo químico, por llamarlo de alguna manera simplificada; el exceso de aditivos en los alimentos está relacionada con la aparición de enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad y, además, algunas de origen neurológico”, detalló.
Por ello, la experta consideró que, cuando se vaya al súper, a la tienda, a comprar algún alimento procesado, lo recomendable es leer y analizar el etiquetado para saber sus propiedades y decidir si comprarlo, pensar como ministrarlo y/o dejarlo.