Los avances del trabajo de investigación sobre topónimos que realiza Andrés Acosta Félix, académico del Departamento de Letras y Lingüística de esta casa de estudios, fueron parte de las ponencias presentadas recientemente en el Coloquio Aridolingua 2024: Perspectivas lingüísticas sobre el noroeste de México y el suroeste de Estados Unidos.
El evento fue convocado por la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) por primera ocasión, llamando a participar a todos los estudiosos e investigadores de las lenguas del noroeste de América.
Grata experiencia
Al respecto, Acosta Félix compartió la experiencia de su participación y del encuentro que tuvo con alumnos y egresados de licenciatura, maestría, doctorado y posdoctorado que brinda el Departamento de Letras y Lingüística.
“Este es el primer evento que organiza la UABC y tiene gran relevancia pues la mayoría de las actividades se habían organizado en el centro del país y nos convocaron a todos los que estudiamos las lenguas de esta parte de México y de Estados Unidos”, enfatizó.
Agregó que él formó parte del grupo de expositores con la investigación que realiza en torno a la elaboración de un diccionario de topónimos, que son los nombres de algún lugar y, en específico, los derivados de las lenguas ópata y yoreme.
“Mi trabajo de investigación, registrado en la Universidad de Sonora, es para elaborar un diccionario de topónimos y los topónimos son los nombres de lugares, como, por ejemplo: Bacadéhuachi, Aconchi, Bacoachi, Arizpe, Opodepe, pero también, los nombres de cerros, montañas, ríos, arroyos, rancherías y pueblos”, explicó.
El investigador detalló que le interesa conocer el significado de esos topónimos argumentando que ya tienen más de 500 nombres de lugares que la Lingüística necesita analizar para saber su verdadero significado.
Entre otras palabras que forman parte de su estudio, añadió palabras de la lengua Mayo como “Etchojoa”, “Huatabampo” y otros, ejemplificando con la palabra Bacerac, o de lugares del sur del estado como Tepupa y otras.
“Lo que yo estoy haciendo en el sur de Sonora es una revisión histórica del siglo XVII, es una revisión de gramáticas y vocabularios coloniales para poder dar el significado real, pues hay algunas personas que no son especialistas y le dan a ese tipo de palabras significados erróneos”, argumentó.
Añadió que igual ocurre en otros municipios de Sonora donde, supuestamente, hay gente que ha hecho investigación, y a ciertos nombres les dan significados que no son necesariamente los reales.
Reiteró que se tienen que revisar las palabras derivadas de la lengua ópata, que ya está muerta, y de la mayo, que aún se habla para la región sur del estado y el norte de Sinaloa.
El docente del Departamento de Letras y Lingüística de la Universidad de Sonora comentó que le dio mucho gusto encontrar en el evento a una gran cantidad de egresados de licenciatura, maestría, doctorado y posdoctorados de esta casa de estudios y en especial, del programa de Lingüística.