Lin Mendivil Alvarado/
Como parte del Festival Musical Otoño 2018, el violonchelista Carlos Prieto y el pianista Edison Quintana ofrecieron un magnífico recital ante un público que se rindió desde las primeras notas al indiscutible talento de estos grandes de la música.
El evento organizado por la Universidad de Sonora y el Seminario de Cultura Mexicana, se llevó a cabo en el teatro Emiliana de Zubeldía, que lució lleno por personas de diferentes edades, incluso menores de edad. Los primeros aplausos surgieron espontáneamente al instante en que Prieto y Quintana aparecieron en el escenario, gesto que agradecieron al público con una tradicional reverencia.
Una vez sentados y listos para dar vida al chelo y al piano, Carlos Prieto expresó su beneplácito por estar y volver a la Universidad de Sonora y compartir escenario con el prolífico concertista uruguayo Edison Quintana.
Previo a la interpretación de la primera pieza musical, Sonata para chelo y piano Opus 4, de la autoría de Dmitri Shostakóvich, Carlos Prieto compartió con los asistentes aspectos de la vida artística de este músico ruso.
Por más de una hora, el público también disfrutó de las interpretaciones de Canción del puerto (obra dedicada a Carlos Prieto y Edison Qunitana), de la autoría del mexicano Joaquín Gutiérrez Heras, además de las piezas Balada para mi muerte, de Astor Piazzolla-Quintana, y Le Grand, tango de Astor Piazzolla.
Carlos Prieto nació en la Ciudad de México; a los cuatro años comenzó a estudiar violonchelo, su maestro fue el chelista húngaro Imre Hartman; a los 17 años ya había ofrecido diversos conciertos. Realizó estudios de ingeniería en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), y hace 40 años decidió dejar esta carrera para dedicarse de lleno a lo que él mismo ha llamado su pasión: el violonchelo.
Ha estrenado más de 100 piezas para el instrumento; su talento le ha valido obtener reconocimientos en México, España, Rusia, Francia, Estados Unidos, Venezuela y Cuba. Es también miembro titular del Seminario de Cultura Mexicana, miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua y miembro de correspondiente de la Real Academia Española.
Edison Quintana debutó a corta edad como pianista. De origen uruguayo, nacionalizado mexicano, tomó clases de perfeccionamiento con la célebre Florika Musicescu, de quien fue su último alumno. Fundó el Conservatorio de Maldonado, ganó el concurso Beethoven de la Asociación Filarmónica de Mendoza en Argentina. Es transcriptor de innumerables obras orquestales y de cámara, y posee una prolífica discografía.
Actualmente es concertista del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); para esta última maneja un repertorio de más de 300 obras para piano solo, piano y orquesta, y pequeños conjuntos instrumentales. Tiene a cargo la coordinación de ciclos como el de jazz, tangos y ritmos latinoamericanos.