Noam Chomsky y Marvin Waterstone hablan en la Unison sobre los efectos del capitalismo gánster

Lin Mendivil Alvarado/

¿Qué tienen en común México, Chile, Argentina, Brasil, Venezuela y Cuba? Habrá quienes piensen en diversos aspectos y habrá a quienes la pregunta le parezca extraña; sin embargo, para Noam Chomsky y Marvin Waterstone, estas naciones comparten haber conocido la rudeza del capitalismo gánster, ese que hoy en día controla el sistema financiero en el mundo y vela por intereses hegemónicos.

En su conferencia Capitalismo gánster ¿Es posible la transformación?, los reconocidos académicos estadounidenses compartieron con catedráticos, investigadores y alumnos de licenciatura y posgrado de diversas instituciones educativas, su visión sobre la situación de control político, económico y social que impera actualmente a nivel mundial, y de la cual nuestro país no escapa.

La primera intervención estuvo a cargo de Waterstone, quien compensó el tiempo de espera al brindar una amena explicación conceptual e histórica del neoliberalismo y del periodo previo a éste, lo cual se podría considerar como el elemento clave para entender lo que hoy en día sucede.

Recordó que el periodo de 1945 a 1970, es conocido como la era dorada del capitalismo, o capitalismo con rostro humano; años en que se establecieron el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Organización Mundial del Trabajo, el Banco Internacional de Acuerdos y la OCDE, entre otras organizaciones.

También había una tasa de cambio fija, el dólar estadounidense era la divisa mundial, la economía global era moderadamente abierta, existían obstáculos al libre capital así como una asociación entre las ganancias de productividad y las ganancias de los trabajadores, y se dio un crecimiento fuerte de las economías capitalistas alrededor del mundo; pero después vinieron los problemas, apuntó.

Estas situaciones estuvieron asociadas a una caída de las utilidades y se necesitaba un modelo nuevo: el neoliberalismo. Un tipo de organización que aún prevalece, e incluye la liberalización del marco institucional, del mercado, el comercio; se eliminan las fronteras para el flujo de capital, bienes y dinero, y la privatización de la salud y la educación.

De ahí que “el papel del Estado bajo el establecimiento neoliberal es crear y preservar un marco institucional apropiado para las prácticas descritas y garantizar la calidad e integridad del dinero, establecer estructuras legales y militares de defensa para asegurar los derechos de la propiedad privada y garantizar por la fuerza, si es necesario, el funcionamiento apropiado de los mercados… el papel del Estado es asegurarse que los intereses neoliberales se cumplan”, explicó el docente de la Universidad de Arizona.

Consideró que, de 2008 a la fecha, y en los años venideros, seguirá prevaleciendo el capitalismo gánster; es decir, la ambición desencadenada y salvaje regida por la concentración de la riqueza extrema que lleva al capitalismo de compinches, dijo.

¿Cómo se traduce lo anterior? En el embargo que por 60 años ha impuesto Estados Unidos a Cuba o en el colapso del gobierno de Venezuela y declaración de emergencia en dicho país, situación ante la cual México fijó una postura de no intervención y se negó a firmar la petición de renuncia de Nicolás Maduro, lo cual es razonable e, incluso, México, junto con El Vaticano y Uruguay, ofrece mediar en este conflicto.

En respuesta, se canceló el viaje a México del secretario de Estado, Mike Pompeo, y el mismo día, el pasado 29 de enero, la agencia calificadora de Wall Street, Fitch Ratings, bajó la calificación crediticia de Pemex de BBB+ a BBB-. Se trata de un efecto inmediato y una medida costosa para Pemex por tener que recurrir a préstamos y así “se pueden borrar los ahorros que AMLO estaba esperando lograr rápidamente… ¿es una coincidencia?”, cuestionó.

Es así que Estados Unidos utiliza el control del sistema financiero en el planeta desde el fin de la Segunda Guerra Mundial para imponer sanciones a los adversarios y, a la vez, sirve de ejemplo para otras naciones, apuntó. Así que es más fácil imaginar el fin de mundo que el fin del capitalismo, consideró.

Por otro lado, al mismo tiempo hay un empuje constante que surge del activismo, movimientos sociales, indígenas, laborales y cooperativas de trabajadores que producen imaginarios nuevos y nuevas maneras de organizar las cosas.

“Después de dos derrotas anteriores, AMLO —el presidente Andrés Manuel López Obrador— fue electo. Hay cierta esperanza, pero no quiero que tengan demasiadas esperanzas, y voy a irme con una última cita, Marx lo escribió: ‘los hombres hacen su propia historia, pero no lo hacen como les place, no hacen su propia historia bajo las circunstancias que eligen ellos mismos, sino bajo circunstancias que encontraron directamente y transmitidas desde el pasado, la tradición de toda las generaciones muertas pesan como una pesadilla en el cerebro de los vivos’.

“Sí, fue electo AMLO, pero no hay que pensar en nadie como un salvador; ellos operan en un contexto que es sumamente problemático y hay que cambiarlo, incluso a los buenos líderes se les permite participar en la transformación”, concluyó.

Primero la marea rosa, luego el surgimiento de fuerzas represivas y neofascistas: Chomsky

Posteriormente tocó el turno a Noam Chomsky, quien mantuvo la atención del público, en su mayoría universitarios, y aportó diversas ideas a los conceptos abordados por Waterstone. Resaltó que hubo una época de desarrollo llamada marea rosa, caracterizada por el progreso real y esperanzas de un futuro mejor para los habitantes de América Latina, pero ahora todo esto se revierte con el surgimiento de fuerzas represivas y neofascistas.

Si bien América Latina es una región con gran riqueza, tiene altos índices de pobreza extrema y es un fenómeno interesante en el mundo. México y Uruguay desempeñan un papel crítico en tratar de conservar su espíritu vivo; sin embargo, la región del este asiático (Taiwán o Corea del Sur) no tienen los recursos de América Latina, y estas naciones se han convertido en potencias mundiales industriales muy importantes.

La Segunda Guerra Mundial trajo un cambio crucial en la estructura de las cosas, de tal manera que en ese tiempo las potencias mundiales eran Inglaterra y Francia, Estados Unidos era un país rico, pero no era visto como un actor importante en la esfera mundial ni siquiera como América Latina, pero el vecino país cambió este orden y se convirtió en una potencia sin precedentes en la historia.

Recordó cómo el movimiento laboral austriaco fue detenido por fuerzas militares porque interfería con lo que llamaban economía sana y con los intereses del mercado, y no se puede tener un mercado efectivo si los intereses de la base trabajadora van también tras los intereses del mismo mercado.

Entonces los esfuerzos por escapar han sido aplastados con la participación crucial de Estados Unidos en América Latina. Otro ejemplo es el de Brasil, el país más importante de América Latina, y que en 2003 el candidato del partido del trabajo, Lula Da Silva, asumió la presidencia y fue un caso observado a nivel mundial; incluso, su gestión es llamada como la época de oro de Brasil.

En su mandato logró reducir la pobreza, la desigualdad, creó empleos y aseguró la inclusión de grupo excluidos; alcanzó un crecimiento equilibrado con el medioambiente y dio una serie de oportunidades a los pobres, oportunidades que antes sólo eran exclusivas para los privilegiados, y fue un estadista importante, detalló el reconocido lingüista y filósofo.

Sin embargo, llegó un periodo de recesión, lo cual fue atribuido a que no se siguieron las políticas correctas de desarrollo, pero éstas fueron bloqueadas por una parte de lo que llamó ‘el sector financiero depredador de Brasil’, y ese fue el inicio para reestablecer en Brasil lo que llaman la economía sana y el buen orden, destacó, y esos logros no podían ser tolerados.

Da Silva participaría en la elección presidencial y de seguro ganaría, así que “tenía que hacerse algo al respecto, tal que hoy en día se tiene un expresidente, un líder, condenado a prisión por 25 años, incomunicado, aislado y silenciado por una campaña de mentiras”, indicó.

Esto atrajo a lo peor de la extrema derecha en el poder: “ahora tenemos racismo, misoginia, homofobia, vulgaridad, y Donald Trump se ve civilizado con lo que pasó en Brasil. Creo que es una probadita de las elecciones que vienen… y podemos pensar en las manos que están detrás, eso se lo dejo a ustedes”, recalcó.

Chomsky también desmenuzó el caso de Venezuela y lo consideró similar a lo que sucedió en Brasil. Hugo Chávez fue electo presidente, y en sus años de gestión se redujo la pobreza, aumentaron los estándares de salud, llevó oportunidades a los desposeídos y comenzó a obtener los primeros lugares de apoyo a la democracia.

Hugo Chávez, dijo, al igual que Da Silva, fue odiado por las élites venezolanas por representar la clase trabajadora, orgulloso de sus orígenes afroindígena, y no pasó mucho tiempo para que las élites venezolanas trataran de deshacerse de Chávez, y así se dio un golpe de Estado, se disolvió el parlamento, y Estados Unidos apoyó esta acción.

Aunque reconoció que uno de los errores económicos de Chávez fue no diversificar la economía, mantuvo un modelo neocolonialista, una economía basada en el petróleo, lo cual es un error grave, y no estableció reservas en la época de precios altos del combustóleo, motivo por el cual tuvo que recurrir al mercado crediticio… y así es como Estados Unidos controla, mencionó.

Para Chomsky, lo anterior describe y explica la llegada de la derecha al poder y el cambio de la marea rosa, lo cual se ve en gran parte del continente. “El futuro es impredecible, hay fuerzas en lucha en todo el continente y mucho depende del contexto internacional, particularmente de lo que ocurre en Estados Unidos. Lo que pasa en México es que, junto con Brasil, es el país más importante de América Latina, y la solidaridad entre México y Estados Unidos pudiera desempeñar un papel importante en el futuro”.

Con esta reflexión concluyó la conferencia, y en la ronda de preguntas y respuestas fueron cuestionados sobre el futuro de México atendiendo la contextualización anterior, a lo que ambos pensadores coincidieron en señalar que es algo imposible de saber; sin embargo, Waterstone señaló que la actual administración federal podría ser y llevar una relación pragmática con Estados Unidos, y ser sensible a lo que pasa en la frontera; mientras que Chomsky consideró que ambos países podrían unirse para velar por la seguridad de la frontera.

A los estudiantes y nuevas generaciones de profesionistas, Waterstone dijo que lo peor que se puede pensar es que no se puede hacer nada antes de haberlo intentado, perder una batalla antes de empezar, de ahí que recomendó a los jóvenes pensar en el cambio social a partir de pequeñas acciones.

En ese sentido, Chomsky destacó que la educación universitaria es un privilegio y por ello —los estudiantes y profesionistas— tienen la posibilidad de hacer más cosas y pueden lograr mucho, pero tienen que comprometerse, destacó.

La conferencia Capitalismo gánster ¿Es posible la transformación? fue organizada por El Colegio de Sonora, con apoyo de la Universidad de Sonora. A la charla acudieron los rectores de la alma mater, Enrique Fernando Velázquez Contreras; de El Colegio de Sonora, Juan Poom Medina, y el director general del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, Pablo Wong González.