México vive asianización de las importaciones

Paula Trespalacios Argain

El programa radiofónico Economía y Sociedad, transmitido a través de Radio Universidad, abordó el pasado viernes, 28 de febrero, el tema “México, entre Estados Unidos y China”.

La situación actual, explicó José Ramírez Bonilla, del Colegio de México, se basa en la política exterior de Estados Unidos y en la naturaleza doméstica de la economía china. Destacó que estamos en una nueva etapa de la confrontación entre ambas potencias.

Recordó que en 2007 China se convirtió en el segundo exportador de bienes, superado en ese momento por Alemania. Sin embargo, poco después desplazó a Estados Unidos y, para 2009, se consolidó como el principal exportador de bienes a nivel mundial, posición que ha mantenido desde entonces.

“Desde que China ingresó a la OMC y hasta mediados de 2010, llegó a convertirse en lo que se llamó el ‘taller del mundo’. Esto significó que bienes anteriormente inaccesibles para ciertos sectores se masificaran gracias a las imitaciones producidas en China. Luego, a partir de mediados de 2010, el éxito comercial chino permitió que su gobierno orientara su economía hacia la producción de bienes de alta tecnología, incursionando incluso en el desarrollo de nuevas tecnologías”, explicó.

Ramírez Bonilla señaló que “China se convirtió en una suerte de hoyo negro que invertía en todo tipo de sectores rentables, tanto actuales como futuros, dejando un espacio extremadamente reducido para el desarrollo de otras economías. Si bien seguía funcionando como motor del mundo, su impacto ya no era el mismo”.

La era Trump

El especialista puntualizó que, en 2016, con la candidatura de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, se puso en duda el papel de China como motor de la economía mundial.

“El razonamiento de Trump y sus asesores económicos era que las importaciones de un país catalizan el crecimiento económico del país proveedor. China, con sus amplios planes comerciales con diversos países, se beneficiaba del consumo de terceros, mientras que Estados Unidos, con grandes déficits comerciales, impulsaba el crecimiento de otras economías sin obtener beneficios significativos”, detalló.

Para evaluar la influencia china en la economía mundial, subrayó, es fundamental considerar la fuerte relación entre las inversiones directas productivas y los flujos comerciales en el marco de las empresas transnacionales.

México y China

Ramírez Bonilla indicó que, para China, Estados Unidos representa un mercado de importancia secundaria, ya que entre 2005 y 2023 sus importaciones de ese país rondaron el 7%, mientras que el comercio con México no superó el 1% del total.

El economista, con experiencia en mercados asiáticos, comentó que las exportaciones de insumos productivos de China hacia México provienen en gran parte de empresas transnacionales de origen no chino, con el fin de manufacturar productos en México y exportarlos a Estados Unidos o al mercado interno mexicano.

“Para Estados Unidos, México es un socio clave, pero China se ha convertido en la principal fuente de bienes manufacturados. En 2022, China fue el principal proveedor de bienes importados por Estados Unidos y, solo hasta 2023, México logró posicionarse como su mayor proveedor de este tipo de productos”, destacó.

Para México, Estados Unidos es el principal proveedor: entre 2005 y 2023, las importaciones desde ese país han oscilado entre el 42% y el 53%, una proporción extremadamente alta. Durante ese mismo periodo, China se ha convertido en el segundo socio comercial de México, lo que, sumado a la creciente participación de otros países asiáticos, ha llevado a una ‘asianización’ de las importaciones. Este fenómeno permite que México continúe con su proceso de expansión manufacturera”, concluyó.