México debe visibilizar el trabajo de la mujer: especialista en modelos multisectoriales

Beatriz Espinoza

Porque la mujer es más propensa a trabajar en actividades que no tienen un pago formal, es por eso que es necesario visibilizar su desempeño que, por lo general, no se considera trabajo como el que pueda desempeñar un hombre, aseguró Joana Cecilia Chapa Cantú.

Chapa Cantú, especialista en las áreas de modelos multisectoriales, crecimiento económico y finanzas públicas, participó en el II Seminario sobre Tópicos de la Ciencia Económica organizado por el Departamento de Economía de esta casa de estudios y su ponencia se tituló “Hacia una economía más justa. Valoración del trabajo y desigualdad de género en México”.

Comentó que este trabajo, del cual presentó un avance, comenzó desde hace diez años y fue financiado por el Fondo Sectorial y Mujeres de Conhacyt y fue hecho para destacar la importancia y el valor económico que tiene el trabajo doméstico no remunerado de las mujeres y también de los hombres.

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La conferencista es especialista en Teoría Económica y Aplicaciones titulada con honores por la Universidad de Barcelona en el 2003 y Licenciada en Economía por la Universidad Autónoma de Nuevo, León.

“Para visibilizar el trabajo de la mujer es necesario medir y el tema es que, generalmente, la mujer es más propensa a estar en trabajos que no tienen un pago y, en ese sentido, el trabajo de la mujer termina siendo invisible y se ve en las estadísticas oficiales de cuánto es lo que trabaja una mujer y también los hombres”, explicó y precisó que el trabajo que se trata de hacer visible es, precisamente, el que no está medido.

Señaló que, si se compara la carga laboral total de una mujer y un hombre promedio en México, tenemos que la mujer trabaja más que el hombre, refiriéndose a la carga total de horas que se trabaja en casa y la que corresponden a los horarios del mercado laboral.

“Si nosotros hacemos eso y hacemos el cálculo por semana, encontramos que la mujer trabajó 83 horas a la semana y el hombre 66, la diferencia es lo que marca la brecha de género y con ello se explica que la mujer tiene con esto, menor calidad de vida que el hombre en promedio”, estableció.

La mujer trabaja más dentro de casa que fuera de ella en el cuidado de los hijos y uno de los temas importantes es el cuidado del hogar.

“Aquí es donde puede verse la carga laboral y la estamos diferenciando del trabajo doméstico”, añadió.

Chapa Cantú precisó que, en el trabajo doméstico, la mujer en promedio, en la semana, trabaja 45 horas y el hombre alrededor de 20 por lo que se está hablando que la mujer dedica más del doble del tiempo al trabajo que no es remunerado y en lo que se refiere al mercado laboral el hombre dedica aproximadamente 46 horas a la semana, mientras que el promedio de la mujer es de 38 horas en el mismo periodo.

“Pero si se dan cuenta, haciendo una suma fina, la mujer termina teniendo una carga más fuerte de trabajo que el hombre”, estableció al agregar que la mujer que se dedica principalmente al hogar tiene aparte una carga relacionada con el estrés emocional.

En este contexto, dijo la investigadora, que las mujeres tienen también discriminación salarial con relación a los hombres marcándose una brecha salarial muy marcada, además de que la mujer tiende a participar menos en el mercado laboral, a pesar, incluso, de contar con el mismo nivel educativo y, además, sufre de discriminación laboral.

La especialista dijo que, al poner valor al trabajo doméstico no remunerado, se visibiliza en el tema de costo-oportunidad, pues se observa que una mujer u hombre hace comida en casa, tiene un valor económico y está relacionado con lo que dejan de hacer a esa hora.

“Y cómo le podemos poner valor, pues dependiendo de las características de las personas de esa mujer y de ese hombre, de acuerdo a su escolaridad, en qué trabajan, qué estudiaron, dónde viven, en qué sector económico trabaja, porque se está hablando de la actividad económica que es hacer una comida”, expresó al relacionarlo con temas académicos que reciben en las aulas.

Añadió que nuestro México es desigual y lo vemos a través de muchos aspectos como ingresos, actores y género y, en ese sentido, pensamos que debe haber una corresponsabilidad para poder corregir todo esto y que esta corresponsabilidad es que una parte de ellas tiene que ver con empresas, un gobierno y las familias, pues todos son agentes económicos siendo corresponsables para poder reducir las inequidades existentes.