Lin Mendivil Alvarado/
Los países de América Latina deberían abandonar las políticas económicas adoptadas desde la década de los 90, producto del Consenso de Washington, y que sólo han traído como consecuencia ‘resultados muy malos’, como bajas tasas de crecimiento, aseveró el economista Héctor Guillén Romo, de la Universidad de París VIII.
El especialista en finanzas internacionales, moneda y desarrollo económico de dicha institución francesa, impartió una charla en el Departamento de Economía de la Universidad de Sonora y detalló el conjunto de políticas económicas agrupadas en el Consenso de Washington, así como la aplicación de las mismas en América Latina y México.
En entrevista previa comentó que dichas estrategias fueron implementadas prácticamente en todos los países latinos, incluyendo México, y fue una política basada en ajustes estructurales, austeridad, reducción del déficit público, libre tipo cambiario, liberalización de las tasas de interés, así como reducir la intervención del Estado en la vida económica, citó.
De esta manera, la intervención del Estado se redujo al mínimo y reorientó su actividad a la infraestructura, al gasto en bienestar social, educación y lucha contra la pobreza extrema; en el caso de nuestro país, dichas políticas se empezaron a implementar a mediados de los 80 con Miguel de la Madrid, y poco a poco se profundizaron e incluso se privatizó todo lo que se pudo privatizar, recordó Guillén Romo.
Pero “el resultado de esas políticas han sido muy malas: con un crecimiento que ni siquiera era la mitad del crecimiento que se tuvo en los años anteriores con el modelo de intervención del Estado en la vida económica, y estas políticas tuvieron mucho menos éxito que las aplicadas en los países del sureste asiático”, como China o India, ejemplificó.
En estas naciones, el Estado tiene un papel muy importante en el desarrollo del sector educativo y tecnológico; además de controlar a las empresas extranjeras, impulsa las exportaciones y acompañar a las empresas a la conquista de mercados externos, se trata de un proteccionismo mesurado e inteligente, y por lo tanto fueron políticas menos dogmáticas en comparación a las aplicadas en América Latina, añadió.
Lo anterior ha permitido a países como China, Hong Kong y Singapur, por citar algunos, alcanzar importantes niveles de crecimiento muy importantes, incluso con cifras de dos dígitos, “y estos países no se plegaron al consenso de Washington ni a los mandatos del Fondo Monetario Internacional”, pues se trata de una política que sólo ha profundizado los niveles de crisis, aseveró.