La cultura es esencial para explicar casos concretos de violencia: González Torres

Beatriz Espinoza

Comenzar a plantear una cultura de violencia dentro de los informes y estudios que se hacen de víctimas como elemento fundamental para su explicación, fue una de las propuestas realizadas por Renato González Torres al participar en la primera jornada del III Foro Internacional Reforma Forense: Violencia de Género y Acceso a la Justicia.

El evento se realiza en el campus Navojoa dentro de la IV Jornada Universitaria para Prevenir y Eliminar la Violencia contra la Mujer por la conmemoración del Dia Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el 25 de noviembre.

Durante la conferencia titulada “Políticas criminales desde la cultura de la paz. Análisis de contextos de los feminicidas de Atenco”, que fue transmitida de manera virtual, dijo que hay que utilizar una perspectiva de interseccionalidad y cruzar todos los datos posibles, pues en materia de violencia contra la mujer no da igual ser mujer, no da igual ser indígena que una mujer blanca, adinerada o ser un hombre blanco en México.

“Y en tercer lugar, además de traer la cultura de la violencia, el análisis y tener una perspectiva de interseccionalidad, es fundamental plantear la paz de la cultura de paz como horizonte final del trabajo que hacemos; es decir, que tiene que ver con él para qué estamos haciendo lo que hacemos”, explicó.

Para qué hacerlo

Renato González Torres es doctor en estudios socioculturales por la Universidad Autónoma de Aguascalientes y es licenciado en Psicología por la UC de Argentina; tiene el grado en Psicología por la UNED de España y es maestro en terapias contextuales por la UI de España; ha sido miembro de la mesa directiva del Colegio de Psicólogos de Aguascalientes y ha impartido clases en diversas universidades de México y Argentina.

El investigador dijo que para tratar la cultura de la violencia, el análisis y tener una perspectiva de interseccionalidad, es fundamental plantear la paz de la cultura de paz como horizonte final del trabajo que hacemos.

“Es decir, esto tiene que ver con el para qué estamos haciendo lo que hacemos; estamos siendo psicólogos forenses para construir una nueva cultura de paz o estamos simplemente reproduciendo las cosas porque tenemos un sentido a veces un tanto poco crítico y un tanto poco reflexivo.

“Es muy importante pensar cómo podemos traer la cultura de paz a las relaciones entre las personas que trabajan dentro de los campos forenses y, sobre todo, el análisis de casos también, cuando hablamos del resarcimiento del daño”, apuntó.

González Torres es integrante de una organización que lucha por la paz que está ubicada en Valencia, España, que se dedica a la investigación y la construcción de la cultura de la paz desde todas las perspectivas posibles.
El docente explicó la percepción y sus conceptos de paz y de violencia, y dijo que estos dos vocablos pueden ir y no juntos y refiriéndose a diversos significados, consideró que la violencia siempre es evitable y si no es evitable, entonces no es violencia.

“La violencia siempre es algo que elegimos hacer”, enfatizó al mencionar como ejemplo la violencia de los políticos cuando perjudican a la población por hacer algo afectando sus necesidades básicas y sus derechos elementales.

Mencionó que hay una división tripartita de la violencia que puede ser directa, violencia cultural y lo que pudiéramos llamar, violencia estructural y básicamente, todas son violencia y se ven reflejadas en los actos simples como en los procesos de las organizaciones.

“La violencia no existe sin esa cultura violenta, sin ese tipo de narrativas, explicaciones machistas, fascistas, clasistas, ecocidas, etcétera”, afirmó luego de afirmar que en la academia, por lo general, la violencia se toma de manera muy simple.

Violencia de estado

El investigador hizo referencia a otros tipos de violencias enmarcadas en la culturalidad de cualquier pueblo y éstas, dijo, también las encontramos en México mencionando el caso Atenco y de Acteal como ejemplos, entre otros.

“Acteal fue uno de los eventos más mortíferos y más violentos en la historia mexicana en el que un grupo de la policía paramilitar se dirige hacia una comunidad social que en ese momento estaba fungiendo como un centro de ayuda y de refugio para muchas comunidades de Los Altos de Chiapas, una región montañosa a donde es difícil llegar y donde, en México, se presentaba el nivel más alto de marginación y además, tiene el más alto número de pueblos originarios con un alto nivel de violencia estructural”, explicó.

González Torres dijo que la masacre de Acteal se produce justamente cuando un grupo de paramilitares se dirige a Los Altos de Chiapas en 1997, años después del levantamiento zapatista y matan a madres, niños y niñas.

“Lo que se produjo en Acteal fue algo que es concebido por el estado mexicano como un crimen entre grupos; el Estado mexicano condenó la masacre, pero nunca la consideró como un crimen de Estado”, añadió.

Destacó que más que la cultura de paz, es la cultura de la violencia la que intenta explicar cómo la sociedad facilita de alguna manera que se comentan estos crímenes y es como podemos ver que es la cultura de la violencia la que ejerce, por fuerza, el poder a través de una acción, a través del dinero, a través de las personas.

Es así, agregó, como podemos ver que la cultura de la violencia se ejerce por la fuerza, a través de las armas y va facilitando que los cuerpos de seguridad vayan tomando atribuciones de la misma índole sobre la población.

Añadió que es importante comenzar a estructurar nuevos paradigmas de investigación y de educación para poder plantearnos nuevas formas de estudio de los fenómenos considerando de gran relevancia atraer la cultura de paz y la cultura de la violencia a la explicación de los fenómenos, dentro de la psicología forense como, al parecer, ya permiten revelar cómo estas culturas inciden en los feminicidios.