Colaboración de Ingrid Astrid Figueroa Samaniego/
Agazapado entre las sombras, Mark David Chapman esperaba en silencio. Observaba sigiloso el paso de las personas que deambulaban por la Calle 72 con la mirada triste, acaso presagiando la tragedia.
Eran las 23:00 horas del 8 de diciembre de 1980 cuando John Lennon y su mujer, Yoko Ono, se bajaron de una limusina, y a punto de ingresar al Edificio Dakota, donde tenían poco tiempo residiendo, se escucharon cinco detonaciones que cortaron de tajo la vida del exBeatle, como una cuerda de guitarra que se rompe ante la tensión.
El viento frío de Nueva York se detuvo por un instante, tal vez para recoger los fragmentos cristalizados del alma de Lennon. “Podía escucharse el llanto de los dioses”, diría después un testigo anónimo. Y no sólo los dioses: lloró todo el mundo aquella noche. Y los siguientes días. Y los años subsecuentes.
En ese instante, tal como lo anhelaba el propio Mark Chapman, se escribieron con la sangre de Lennon los primeros párrafos del capítulo 27 de El Guardián entre el Centeno, la novela concebida por J. D. Selinger y que inspiró el terrible homicidio: trata sobre la falta de motivaciones en los jóvenes y su descontento con todo lo que los rodea, las escasas perspectivas sociales, la ansiedad sexual en los adolescentes, la creencia de que todo está perdido en la vida y el prematuro adiós a la inocencia.
Algo quedó flotando en el tiempo. Y desde entonces, cada diciembre también se evoca con tristeza la muerte de uno de los pilares de los Beatles. Y como ya es tradición, la primera semana del último mes del año en la Universidad de Sonora se rescata la memoria de ese genial personaje como tributo póstumo a su legado musical y a sus mensajes de paz al mundo.
Así, el pasado 3 de diciembre, anticipándose al 38 aniversario de su muerte, docentes y estudiantes del Departamento de Ingeniería Industrial y de la Maestría en Sustentabilidad rindieron un homenaje —abierto a la comunidad universitaria y a la sociedad en general— al activista, pacifista, músico, poeta, cantautor y exBeatle John Winston Lennon, considerado como uno de los compositores y cantantes con mayor influencia del siglo XX.
La música inició a las 11:00 horas, y la banda estuvo integrada por los docentes David Zepeda (guitarra y voz), Luis Eduardo Velázquez (voz) y Juan Ayala (teclado), los estudiantes Alberto Sánchez (bajo) y Jordy Velázquez (batería), y en la voz también participó Maribel Robles, administrativa de la División de Ingeniería.
El repertorio, interpretado en el jardín del Departamento, fue el siguiente: Don’t let me down, Hey jude, I want hold your hand, Imagine, Let it be, Stand by me, Twist and shout, While my guitar gently weeps, Woman y Yesterday, melodías representativas de diversas épocas del extinto músico que redefinió el término de figura pública con sus actos que caminaban por el borde de lo subversivo, cuando no pisaban francamente el terreno de la rebeldía.