Investigan la capacidad biológica de los compuestos de las cáscaras de cítricos

Beatriz Espinoza//

La caracterización de compuestos bioactivos de cáscaras de cítricos obtenidos por ultrasonidos y evaluación de su potencial biológico para su aplicación en el área médica, es el proceso que investiga Ana Guadalupe Luque Alcántar, docente de la Universidad Estatal de Sonora (UES).

En su reciente estancia académica en el Departamento de Investigación y Posgrado en Alimentos (DIPA) de la Universidad de Sonora, la investigadora desarrolló su proyecto para identificar los compuestos bioactivos que son esenciales para la salud humana.

Explicó que estos compuestos pueden ser definitivos al momento de que una persona padezca alguna enfermedad, pues funcionan como antioxidantes y no permiten que las células se oxiden, situación que podría derivar en una enfermedad o agravamiento de una ya existente.

Luque Alcántar explicó que desde hace tiempo han estado trabajando con el estudio de la naranja Valencia por su alta producción a nivel local y, en específico, se han estudiado los compuestos bioactivos de la corteza, de la cáscara de este producto.

“En esta parte se han estudiando los compuestos fitoquímicos, de estos flavonoides que se encuentran en esta parte, en la superficie, en la parte exterior de la naranja y se ha determinado que pueden ayudar a la reducción de la aparición de enfermedades”, comentó al señalar que entre las enfermedades se encuentran el cáncer, cerebrovasculares y otras degenerativas, entre otras.

Actividad antioxidante
La investigadora señaló que nuestro organismo tiene moléculas que provoca oxidación de manera natural y es lo mismo que se encuentra en las células de la naranja y protegen la acción de romperse el material biológico.

Señaló que, en este caso, esas moléculas antioxidantes de la cáscara de naranja se obtienen por el método del ultrasonido que, en lo práctico, mueve los compuestos de la cáscara, separando los antioxidantes que luego se recogen de manera particular.

“El ultrasonido son ondas de alta intensidad, esas ondas van y golpean a las moléculas de ese material vegetal facilitando la extracción de lo que nos interesa. Las moléculas vibran, se separan, y quedan suspendidas en la parte líquida y es así como los podemos retirar”, explicó.

Añadió que una vez que se tienen los compuestos antioxidantes, han buscado la forma de encontrar el potencial anticancerígeno. “Encontramos una disminución importante en cuanto a la proliferación de estas células”.

Señaló que esta opción se puede producir en bebidas ricas en antioxidantes, a modo de ampolletas, tragos de sustancias ricas en antioxidantes que pudieran ser fácilmente comercializadas, previo a un estudio de sus beneficios.