Paula Trespalacios Argain
La cúrcuma es un polvo que se puede utilizar como condimento de alimentos y muchos lo consideran milagroso por sus diversos beneficios; sobre su aplicación, pero en curación de heridas, se habló en la emisión de este jueves 15 de agosto en programa “Alimentación, problema de nuestro tiempo”, transmitido por Radio Universidad.
Jocely Millán Seaman, estudiante de la Maestría del Departamento de Investigación en Polímeros y Materiales trabaja en la investigación “Fabricación y caracterización física, química y estructural de nanoacarreadores de gelatina PLA, curcuminoides con aplicaciones en alimentos y salud”, la cual busca una aplicación, más que en alimentación, en ciencias de la salud.
“Este alimento contiene diversos curcuminoides, entre ellos destaca la curcumina que es la que posee diversas propiedades terapéuticas, como propiedades antioxidantes, antinflamatorias, anticancerígenas; por eso se le considera milagrosa. Otros compuestos terapéuticos que comparten los mismos beneficios son la quercetina, que es encontrada en diversas frutas y verduras; y el resveratrol, que se encuentra en uvas y se le suman potenciales beneficios cardiovasculares”, puntualizó.
Tiene algunas virtudes
También estuvo en entrevista el profesor investigador del Departamento de Agricultura y Ganadería, Carlos Gregorio Barreras Urbina, codirector de su tesis, quien abundó que con los compuestos provenientes de las cúrcumas buscan enfocarse en la salud y curar heridas
“Además de tener propiedades en la parte farmacéutica y alimentaria, vemos curación de heridas, que más bien es la problemática de las infecciones, qué tanto puede tardar en cicatrizar, qué tanto en poderse curar esa herida”
“Al ver nosotros las propiedades de la curcumina, la facilidad de obtención, la facilidad de adquirirla; vino la decisión fue enfocarse en las ciencias de la salud aprovechando el compuesto que tiene como tal”, precisó el académico.
La egresada del programa de Químico Biólogo Clínico, explicó que entre las limitaciones se encuentra la baja disponibilidad, ya que aun al consumirse en grandes cantidades solo una pequeña porción llega a la sangre y se puede ir a los tejidos, además presenta una solubilidad limitada en agua, lo que hace que sea de poca absorción, sensible a la luz, al calor y al PH.
“Para mejorar esta problemática se propone utilizar nanofibras coaxiales elaboradas de polímeros biodegradables, en este caso la gelatina y el ácido poliláctico para mejorar las propiedades de biodisponibilidad de la curcumina y poder aplicarla en curación de heridas”, detalló.
Millán Seaman precisó que el PLA es biocompatible, se degrada en el cuerpo humano en productos no tóxicos y sus propiedades mecánicas pueden ser ajustadas para mejorar la rigidez, elasticidad y para ayudar a las fibras.
Precisaron que en un doctorado buscarán experimentar sobre un modelo y realizar el estudio de liberación.