Aprovechar los subproductos de la pesca es la cual se han identificado compuestos como producto del metabolismo secundario de organismos marinos con potencial aplicación contra enfermedades crónico-degenerativas, como el cáncer, es el objetivo del proyecto de investigación que desarrolla Martín Hernández Zazueta, alumno del doctorado en el Departamento de Investigación y Posgrado en Alimentos (DIPA) de la Universidad de Sonora.
Entrevistado en el programa Alimentación, problema de nuestro tiempo, que produce el DIPA y que se transmite por Radio Universidad, afirmó que el estudio sobre esos compuestos también busca conocer los procesos de inflamación crónica que pueden promover el desarrollo de esa enfermedad.
Indicó que hoy están enfocados a detectar las propiedades que se pueden obtener de esas sustancias, así como el trabajo de medir o comprobar mediante metodologías que les permitan conocer su actividad biológica.
Hernández Zazueta destacó que su proyecto se denomina Potencial anticancerígeno de compuestos aislados de tinta de pulpo, teniendo colaboraciones de investigadores de los departamentos de Polímeros y Materiales y el de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Dictus), así como de las universidades de Querétaro, Miguel Hernández y de Compostela, de España las últimas dos.
Precisamente, con el desarrollo de su investigación, el alumno de doble doctorado internacional en la Universidad de Sonora y la Universidad Miguel Hernández, en el 2019 obtuvo reconocimiento de primer lugar en la décima cuarta edición de la Conferencia Científica Internacional celebrada en Eslovaquia.
El estudiante de posgrado universitario reconoció que hoy existen muchos estudios orientados a aprovechar los subproductos de la pesca, especialmente cuando se sabe que son aportadores de compuestos con características adecuadas para ser utilizadas para el control de enfermedades.
“Propósito fundamental es aprovechar los subproductos de la pesca, donde los compuestos han sido identificados como producto del metabolismo secundario de organismos marinos con potencial aplicación farmacológica, especialmente contra enfermedades crónico degenerativas, como el cáncer”, reiteró.
Con respecto al uso de la tinta de pulpo, precisó que en México y en otras partes de América no presenta un valor comercial; incluso, es vista como producto de desecho y, en algunos casos, de contaminación, por lo que se enfocaron principalmente en el aprovechamiento de los subproductos de la industria pesquera para la búsqueda de compuestos bioactivos.
“Con base en los resultados que hemos obtenido, sabemos que tenemos un compuesto con actividad biológica, específicamente contra líneas celulares de cáncer humano y actividad antiinflamatoria, por lo que estamos justo ahora con la elucidación total de dicho compuesto para posteriormente comprender su posible mecanismo de acción”, indicó.
Al dar a conocer que ha trabajado en el estudio por alrededor de cuatro a cinco años, explicó que contra el cáncer hay mucha investigación que incluso les ha servido como guía para avanzar, señalando que la propuesta no sólo va encaminada al aprovechamiento de los subproductos, sino que con la actividad se intenta proponer un doble efecto sobre el desarrollo del cáncer.
Mencionó que buscan el tipo de células cancerosas en donde tiene efecto esa sustancia: la membrana como cáncer de pulmón, colon y próstata. “Hay también en otras líneas, como los de cervicouterino y de mama, pero para los tres primeros males hemos encontrado respuesta en menor tiempo”.
“Esta enfermedad siempre está ahí y esperemos que no le quede mucho tiempo. Se pudo conseguir cura con vacunas contra el coronavirus, de ahí que intentamos hacer lo mismo con esta propuesta”, señaló con gran optimismo.
Hernández Zazueta planteó que quizá no sea la cura final para combatirlo, pero que su trabajo es ya un peldaño como avance y que tal vez esa información motive a las siguientes generaciones para que también le entren con ímpetu y dedicación a ese tipo de investigación, con todo y que se sabe que es un largo camino.
Martín Hernández expresó su gratitud hacia los colaboradores en el proyecto, como es el caso de los profesores investigadores de la Universidad de Sonora.
“Nuestra idea es motivar a las siguientes generaciones a indagar con espíritu de investigación para beneficio de la salud de la gente; en este caso, buscando una alternativa ante las enfermedades de hoy en día”, concluyó tras calificar al cáncer como “el azote de la humanidad”.