Aleyda Gutiérrez Guerrero/
Dio inicio ayer en la Universidad de Sonora el Taller de Sensibilización del Trastorno del Espectro Autista (TEA), con el fin de desarrollar competencias en los docentes y tutores para garantizar la detección y atención de necesidades educativas específicas de estudiantes que tienen esta condición, puesto que en la alma mater ya se tienen detectados nueve casos.
Esta capacitación, promovida por la Dirección de Servicios Estudiantiles (DISE), será impartida por Rebeca Thelma Martínez Villarreal, directora del Centro de Salud Universitario, de la Universidad Autónoma de Nuevo León, junto con los psicólogos Brenda Salas y Alan García, del 5 al 7 de diciembre, en las instalaciones de la Dirección de Investigación y Posgrado.
En rueda de prensa para dar detalles de este taller, la directora de Servicios Estudiantiles, Adelina Galindo Romero, señaló que la Universidad de Sonora es sensible y trata de ser una institución inclusiva con el gran compromiso y reto que representa el saber atender a todos sus estudiantes.
Reconoció que la Unison cuenta con alumnos con necesidades educativas específicas, y que en el caso del TEA tienen conocimiento, tras una encuesta realizada este semestre, de que al menos existen nueve casos identificados: uno en el campus Cajeme, otro en el de Navojoa y siete en Hermosillo.
“Estos estudiantes ya aprobaron su examen para ingresar, lo que refleja que tienen la capacidad de estar aquí, pero debemos reconocer que también necesitan atención especializada de cierta manera. Los maestros ya se dan cuenta de estos jóvenes, por eso nos estamos dando a la tarea de impartirles conocimientos y aprender nosotros mismos cómo podemos apoyar a estos alumnos para facilitarles su estancia en la institución”, resaltó.
Informó además que el taller está dirigido a 55 profesionistas de esta casa de estudios, entre académicos, psicólogos, coordinadores divisionales de trayectorias escolares, así como responsables de tutorías de las tres unidades regionales.
Esta capacitación es necesaria en una universidad inclusiva
Por su parte, la responsable de la capacitación, Rebeca Thelma Martínez, dijo que la Universidad Autónoma de Nuevo León viene a compartir este proyecto macro que realizan desde 2014 porque consideraron que era una necesidad sentida de la institución como universidad inclusiva, y que buscan que más casas de estudio se sumen a esta propuesta.
“Emprendimos este proyecto con un equipo multidisciplinario, y los últimos años nos hemos abocado a la atención y sensibilidad el docente, en cómo utilizar estrategias académicas para que este alumno pueda tener un trato digno, humano y una terminación académica exitosa, así como la inclusión laboral; más en estos casos, donde no se ve una discapacidad física de no oír, ver, caminar, sino la situación desde el punto de vista emocional y social de este trastorno”, reveló.
Informó que el TEA es un abanico enorme, porque ningún caso es igual a otro, y quienes tienen esta condición sufren porque no somos capaces de entender su situación social y humana, y que el docente debe atender al estudiante de la mejor manera, con sensibilidad y estrategias para ayudarlos.
Dio a conocer también que el 80% de los alumnos que ingresa con este trastorno a las universidades tienen un coeficiente intelectual por arriba de la media, pero que algunos reprueban materias porque ninguna institución pública o privada tiene un modelo académico adaptado a esta condición.
Martínez Villarreal explicó que el taller es para que los docentes sepan cuál es la definición, de qué se trata, incidencias, cuándo y por qué llegan, y también se brindará un apartado de sensibilidad académica, que harán ejercicio teórico pero además se expondrán casos clínicos, así como el saber conducirse con ellos, cómo manejar situaciones de riesgo y la conveniencia de tener el apoyo psicológico, porque tal vez estos muchachos nunca han sido tratados por un psicólogo.
También, apuntó, es importante saber que ellos son buenos para algunas cosas, y no para otras, como muchos de nosotros; por ello es importante la orientación vocacional para evitar la situación de fracaso. “Algunos son excelentes en matemáticas, pero son incapaces de hacer redacciones literarias complejas o abstractas, por ello se les debe apoyar para que acrediten las materias”, comentó.
Para finalizar, dijo que es a través de los maestros que es más fácil detectar a estos estudiantes, porque son quienes observan sus características particulares de comportamiento, algunas de ellas son que a veces son alumnos aislados, retraídos, generalmente tienen trastornos del lenguaje y algunos de ellos tienen crisis de ansiedad o situaciones de honestidad exagerada. Otros más necesitan órdenes directas porque siguen instrucciones muy precisas.
A su vez, María Elena Chávez Valenzuela, subdirectora de Apoyo a la Formación Integral del Estudiante, adscrita a la DISE, en esta reunión con los medios aportó información sobre los retos de la Universidad inclusiva y la importancia de estar preparados como académicos para atender al alumno con necesidades específicas.
“El quehacer del docente es la atención al estudiante. Hay que asesorar, dirigir y atender al alumno, y el propósito de este taller es poder apoyarlos con esta capacitación que podemos multiplicar el siguiente semestre y fortalecerla, así como trabajar en red con investigaciones al respecto”, declaró.