Algunos alimentos contienen de forma natural sustancias tóxicas que no sólo resultan innecesarias para el organismo, sino que son un inconveniente para disfrutar de una buena salud. Sin duda, frutas y vegetales son un componente fundamental de una dieta sana y balanceada.
Sin embargo, aún entre estos productos relacionados con la vida saludable se encuentran naturalmente algunas sustancias potencialmente dañinas, las cuales conviene conocer para evitarlas en la medida de lo posible, y en el caso de algunas, como eliminarlas o inactivarlas, como la solanina.
Para hablar de este tema, las académicas Norma Violeta Parra Vergara y Armida Espinoza López estuvieron como invitadas en el programa Alimentación: Problema de nuestro tiempo, que se transmite por Radio Universidad.
Durante la emisión señalaron que la solanina forma parte de un grupo de compuestos químicos llamados glucoalcaloides, presentes en las plantas solanáceas, de manera natural, algunas de ellas de consumo habitual, como la papa, el tomate y la berenjena.
La solanina, así como la chaconina y la tomatina, son sintetizados por las plantas como sistema de defensa natural para controlar plagas y hongos, por ello se dice que son parte del metabolismo propio de la planta.
Las investigadoras dijeron que desde 1918 comenzó a investigarse este compuesto debido a una intoxicación masiva de consumo accidental con papas, que tenían una alta concentración de solanina.
Indicaron que el motivo de hablar sobre esto es para informar a la población y que evite comprar papas en mal estado o consumirlas cuando ya no están en óptimas condiciones, puesto que este es un alimento importante, que ocupa el cuarto lugar de consumo en el mundo y son fuente de fuente de potasio y carbohidratos.
Resaltaron que en la papa con alta concentración de solanina se puede observar que tiene tonalidades verdes, o bien comienzan a salirle brotes, pero que una manera de eliminar la toxicidas es eliminarle la cáscara, o bien en el momento de cocinarlas.
También recomendaron a los consumidores ser cautos del momento de la compra, porque se puede encontrar papa barata en malas condiciones, y que hay que elegir las que tengan menos manchas y cavidades, y en especial sin brotes.
Añadieron que las papas maltratadas en su traslado o cortadas antes de tiempo también pueden presentar solanina, que en un consumo elevado puede provocar dolor de estómago, diarrea, vómitos, entumecimiento, pero que es fácilmente detectable porque genera un sabor amargo en este alimento.
Apuntaron que una planta que haya sufrido infecciones o que haya tenido unas condiciones de crecimiento adversas tendrá mayor concentración de glucoalcaloides que otra que no haya sufrido, y que las condiciones ambientales de cultivo, la madurez y/o el posterior almacenamiento también pueden influir en las concentraciones presentes en la hortaliza.
La buena noticia, mencionaron Parra Vergara y Espinoza López, es que la solanina puede llegar a resultar tóxica si se consume cierta cantidad. La dosis tóxica es de 2 a 5 mg de solanina por Kg de peso corporal. Por ejemplo, para una persona de 60 Kg, la dosis tóxica será de 120 mg a 300 mg., y que no hay que asustarse por estos datos, ya que difícilmente, los alimentos alcanzan estas cantidades.
Apuntaron que, en el caso de las berenjenas, la solanina está presente en todas las partes de la planta, pero que la cantidad es inferior a la contenida en la papa. Sin embargo, al igual que ocurre con el tubérculo, no se recomienda la ingesta en crudo.
Y para el caso del tomate, mencionaron que éstos no contienen solanina pero sí tomatina, la cual está presente en toda la planta pero cuando la fruta madura, disminuye la concentración. Por lo tanto, el peligro se minimiza cuando consumimos los tomates en su punto óptimo de maduración.