Gran inspiración en la obra El submarino amarillo

Lin Mendivil Alvarado//

Ichiro llega a bordo de un submarino a las costas del Pacífico mexicano; ¿el propósito?: atacar a Estados Unidos, pero en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, sus superiores olvidan el navío y lo dejan a la deriva; es así que conoce y se enamora de Berenice, una mujer sinaloense con quien procrea tres hijas.

Aunque los nombres pueden ser verdaderos o no, lo que sí es real es la base de la anterior historia que inspiró a Manuel Alberto Santillana a escribir la novela El submarino amarillo, obra que con tintes de ficción que a la vez rescata hechos que permanecen en la tradición oral, pero que no están oficial ni académicamente documentados.

“Conocí a la hija de un soldado japonés que llegó en un submarino junto con otros soldados japoneses a preparar una invasión a Estados Unidos a inicios de la Segunda Guerra Mundial, pero ésta nunca se dio, uno de estos soldados se une con una mujer sinaloense en Villa Unión, Mazatlán, entonces tiene varias hijas, y una de ellas es quien me cuenta la historia”, reveló.

Sin embargo, la bibliografía no da cuenta de un intento de invasión japonesa a territorio nacional, y aunque ningún académico puede corroborar dicha historia, descubre que a lo largo del litoral del Pacífico, desde Mazatlán hasta Puerto Peñasco, la historia oral está nutrida de la presencia de submarinos en las costas mexicanas, añadió.

“No hay registros históricos formales al respecto —aclaró— y en la historia oral de Puerto Peñasco se habla de un submarino hundido, que el paso de una patrulla de soldados de Estados Unidos hundió un submarino japonés. Luego leí las memorias de Lázaro Cárdenas y me doy cuenta de que hubo una intromisión de soldados por Sonoyta que llegan a Puerto Peñasco, algo hacen y luego se van”, comentó, y es así como nace El submarino amarillo.

Aunque la historia original se desarrolla en Mazatlán, el autor la traslada a Sonora. Es así como nace Berenice, una joven sonorense que cambia de residencia a Ahome, Sinaloa, lugar donde conoce a Ichiro. “A la par de la historia de amor -ficticia- de esta pareja, recojo historias orales que tienen que ver con submarinos y toda la novela está construida con historias orales que narra mucha gente”, explicó.

Por otra parte, la historia real de la sinaloense y el japonés, da cuenta de que él regresó a Japón; ella se traslada a Hermosillo con sus tres hijas, pone una panadería y saca adelante a su familia. Posteriormente, conoce a un mexicano radicado en Estados Unidos, específicamente en Phoenix, con quien se casa y pasa los últimos 30 años de su vida.

Mientras tanto, el submarino sigue perdido en las profundidades del Pacífico y vive en las historias que se cuentan.

El libro fue presentado por el maestro Ismael Valencia Ortega como parte de las actividades del XV Encuentro de los que escriben con los que leen.