Paula Trespalacios Argain
Desde 1954, los Talleres Libres de Arte han formado generaciones de artistas; en ese aprendizaje algunos encontraron su vocación y decidieron quedarse; y, para otros, ha sido el espacio para expresarse y aprender a combinarlo con otras actividades.
Ana Karenina Lizárraga Cruz entró al Taller de Teatro en el 2014; en ese momento, atravesaba un tiempo desocupada de su profesión, la arquitectura, y decidió aprovechar para inscribirse; fue así que llegó por primera vez a las aulas en el edificio Museo y Biblioteca de la Universidad de Sonora, particularmente en el aula Alberto Estrella.
“Me llamaban la atención el teatro y el cine, pero no sabía que existían los Talleres Libres, entonces después de terminar mi carrera estuve trabajando un tiempo en mi profesión, lo dejé un tiempo y en lo que encontraba otra cosa dije ‘voy a aprovechar el tiempo y entrar’, y ya me quede”, relató.
En la actualidad, Ana Karenina toma clases con el académico Óscar Carrizosa, uno de los fundadores de los Talleres Libres; trabajan en el montaje de la obra Señorita Julia, se dedica de lleno al teatro y su profesión de arquitectura la maneja por proyectos; lo suyo, comentó, es más allá de solo actuar y pararse en el escenario, ya que en el taller aprendió actuación, voz, acondicionamiento físico, historia del teatro y dramaturgia
“No es como una cosa específica, es todo lo que conlleva; por ejemplo, a mí me llama mucho la atención, aparte de estar en el escenario, estar detrás del escenario en la producción en general”, indicó.
Apasionado del arte
Por su parte, Vladimir Bernal Núñez también decidió dedicarse cien por ciento al teatro después de entrar a los Talleres Libres en enero del 2017 con el docente Óscar Fernández.
“En años anteriores, había tenido idea de dedicarme a la actuación pero no sabía cómo, dónde, ni nada hasta que una tía me mandó la publicidad de los Talleres y ya decidí meterme; incluso dejé la licenciatura que estaba estudiando para dedicarme completamente al teatro”, compartió.
Al igual que Ana Karenina, Vladimir es un apasionado del trabajo teatral dentro y fuera del escenario, ya que, dijo, le interesan las cuestiones técnicas, la iluminación, sonido, maquillaje, todo lo que considera parte de su aprendizaje
“Yo diría que el mejor recuerdo que tengo es precisamente del semestre pasado, porque fue el primer semestre después de la pandemia; me la pase muy bien en los montajes en los que estuve; muchas cosas salieron como yo lo tenía en mente respecto a cómo estuvieron las presentaciones, los montajes; y el dónde lo hicimos, porque fue aquí en el Emiliana de Zubeldía, y eso para mí fue verdaderamente bueno, fue un muy buen recuerdo para mí”, compartió el artista.
Son para todos Los Talleres Libres que ofrece la Universidad de Sonora son: Artes Plásticas, Teatro, Danza (clásica, contemporánea y folclórica) y Música.
Ana Karenina comentó que así como ella decidió dedicarse totalmente al teatro, también hay alumnos que compaginan su gusto por el arte con su vida cotidiana o una profesión totalmente distinta.
“Es muy buena escuela, por ejemplo, a lo mejor no todo mundo tiene la oportunidad de hacer la licenciatura y la ventaja que tiene la carrera de actuación o teatro es que si quieres ejercerlo como actor o como actriz, no necesariamente necesitas un título o un papel, lo que te hace actriz o actor es la práctica, estar en el escenario, y ya lo que cada uno aporte de acuerdo con las enseñanzas de los directores de escena”, consideró.
Vladimir reconoció que, aunque fue fácil tomar la decisión de dedicarse al teatro, es un camino de aprendizaje.
“Las posibilidades que hay, porque el resultado depende de uno; yo sabía que yo quería estar absolutamente dedicado a esto, yo sabía que iba a tomar tiempo y yo estaba dispuesto a eso, en ese sentido fue fácil saber que yo quería estar de lleno”, enfatizó.