Los ocho tentáculos de los pulpos, los dedos de las manos, el juego de carrizos, el esqueleto de lenguado y el reloj solar eran parte de los instrumentos de conteo que por muchos años utilizó el pueblo indígena comca’ac, mejor conocido como seri, habitante milenario de la costa central del desierto de Sonora.
Lo anterior fue expuesto por Raúl Pérez Enríquez, docente jubilado del Departamento de Física de la Universidad de Sonora (Difus), quien participó con la conferencia ¿Cómo contaban los comca’ac?, actividad académica enmarcada en los festejos del XXX Aniversario de la fundación del Área de Astronomía del Difus y el X Aniversario de la primera luz del Observatorio Estelar Carl Sagan.
Pérez Enríquez expuso que el conocimiento obtenido sobre la forma en que contaban los seris se ha generado gracias al trabajo colaborativo que ha venido desarrollando con Arturo Morales Blanco, promotor de la cultura comca’ac, quien en su juventud aprendió a conocer más a su pueblo, y a través de las pláticas con sus abuelos y familiares ha recuperado y documentado información de gran valor.
Durante su exposición mencionó que participó al lado del promotor de la cultura comca’ac en el tema de las constelaciones, una tradición de esta comunidad indígena, a través de las cuales los seris relacionaban las cosas que sucedían en la Tierra con aquello que observaban en el cielo.
“Combinando este conocimiento de las constelaciones y de los eventos que suceden, la pregunta que yo me hice fue sobre la necesidad de los seris de contar los días del mes, del año y definir el procedimiento con el cual ellos registraban ese conocimiento para poderlo compartir”.
El expositor argumentó que los seris, al no tener un sistema numérico, utilizaban líneas en la arena o varitas de carrizo para contar y hacían la correlación entre los eventos y las cosas que querían contar con ese número; de ahí la necesidad de valerse de instrumentos de conteo.
“Uno de los instrumentos de conteo fue el pulpo, y la unidad básica de conteo era el ocho, que obedecía al número de tentáculos del octópodo; también se destacó el esqueleto del lenguado, utilizando las espinas que ofrecen espacios para el conteo y en cuyas espinas dorsales también podían contar los doce meses lunares. La particularidad de dichos instrumentos obedece a que los seris habitan principalmente en zonas costeras”.
Otro de los instrumentos de conteo y observación fue el reloj solar: se trata de un palo de mezquite que va a proyectar sombra, una vara vertical que genera un arco solar y permite contar los días a través de las sombras solares, refirió.
Pérez Enríquez destacó que la idea fundamental de compartir este tema es conocer y rescatar parte importante de la cosmovisión, cultura y tradiciones de los seris, quienes han desarrollado sus propias constelaciones y conocimientos, así como formas de llevar los conteos a través de instrumentos de apoyo, siempre en estrecha relación con la naturaleza.