Beatriz Espinoza/
Una réplica de la que pudo haber sido la primera computadora analógica en la historia de la humanidad, la máquina de Antiquitera, será parte de una exposición astronómica traída desde la Universidad de Atenas a la Universidad de Sonora.
Raúl Pérez Enríquez y Julio Saucedo Morales, docentes del Departamento de Investigación en Física (Difus), informaron del evento que se realiza en el marco del 76 aniversario de la institución, en coordinación con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“La exposición se realizará del 28 de octubre al 2 de noviembre en el Centro de las Artes, y se trata de un mecanismo, una joya de la tecnología, pues pudo haber sido la primera computadora analógica en la historia de la humanidad, el mecanismo de Antiquitera (Antikythera), que recibe su nombre por la isla más cercana a dónde se encontró en 1900”, expresó.
Pérez Enríquez dijo en entrevista con Narciso Navarro, conductor del programa A ciencia cierta, que se transmite por Radio Universidad, que ahora se sabe que esta pieza muestra un mecanismo de relojería muy sofisticado para la época y representaba los conocimientos astronómicos de 100 años antes de Cristo.
Añadió que esta exposición es un esfuerzo de la Universidad de Atenas que, a través del profesor Xhenophom Moussas, ha llevado estas reliquias y joyas científicas a otras universidades de Asia y Europa, siendo ésta la primera ocasión que la traen a la región latinoamericana.
Por su parte, Julio Saucedo explicó que esta pieza, que representa el mecanismo Antiquitera, era una representación del cielo, de los movimientos, de cómo veían los griegos, e incluso culturas anteriores, el universo.
“Es la representación del máximo conocimiento astronómico, hasta ese momento, digamos, de la humanidad, y fue un trabajo realmente impresionante”, comentó al señalar que hasta el momento se han rescatado 27 engranes de la pieza y se han podido relacionar por el número de dientes y diámetro entre ellos.
Explicó que seguramente faltan más piezas, pero con lo que se ha rescatado, se ha podido establecer qué funciones se podían hacer con el mecanismo, y precisamente ahí es donde vemos que tenían un conocimiento muy alto, además de tener la capacidad para predicción de eclipses.
“Tiene un mecanismo que permite simular algo parecido a una elipse y se presume que en la parte perdida de la pieza se hacía lo mismo con los planetas. Ese conocimiento se inició en Mesopotamia y se dio en muy alto nivel en la época de Hiparco de Nicea o de Rodas (190-120 a.C.), considerado el primer astrónomo científico.
Pérez Enríquez añadió que la tecnología –tomografías, rayos X-, han permitido ver el interior de lo que es el bloque de bronce que se recuperó y que, en su parte posterior, trae parte de su propio manual.
“Es una riqueza que la tecnología moderna nos ha permitido descubrir; qué sería de nosotros si este mecanismo hubiera prevalecido en la historia o si otros mecanismos como éste hubieran estado presentes. Creo que la evolución estaría en otro nivel de conocimiento y en otro nivel de desarrollo”, advirtió.
Los investigadores universitarios reiteraron la importancia de esta pieza y de la colección que será expuesta del 28 de octubre al 2 de noviembre próximo en el Centro de las Artes, y extendieron la invitación al público en general para visitarla sin costo alguno.
Mencionó también que en esta actividad están involucrados docentes e investigadores de diferentes programas académicos, dada la relevancia del evento.