Cualquier recinto que resguarda en su interior historia local o nacional está obligado a caminar al ritmo de la sociedad; sería lamentable que los museos quedaran atrapados en una vitrina de cristal, señaló José Luis Islas Pacheco, cronista municipal de Empalme, Sonora.
Durante la conferencia Tecnología incluyente para la convergencia de ideas. Sé testigo de un nuevo y diferente encuentro, organizada en la celebración del VI Festival de Primavera, Islas Pacheco compartió la historia y el desarrollo vivido en el Museo Ferrocarrilero de Empalme (Mufer), el cual nació el 20 de noviembre de 1997 y que hasta la fecha se ha adaptado a las exigencias de las nuevas generaciones y ante el confinamiento social provocado por el virus SARS-CoV-2.
Precisó que los núcleos sociales son más exigentes en cuestión de contenidos debido a la expansión de las redes sociales, y en este sentido los museos, en su afán de ofrecer el porqué de la historia, quiénes somos y a dónde vamos, deben habilitar herramientas tecnológicas para difundir la historia y la cultura, porque sería lamentable que las salas arqueológicas o museos quedarán encerrados en sus propias instalaciones: la sociedad no se lo perdonaría.
En la actividad virtual donde se dieron cita estudiantes, profesores universitarios y sociedad en general, el cronista municipal dijo que según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el Mufer es el único recinto que no ha detenido sus actividades debido a la pandemia, pues semanalmente se desarrolla una agenda alusiva a la historia con el apoyo de ciudadanos interesados en mantener vigentes los hechos del pasado, y se reforzó el programa Café con sabor a historia, el cual ha tenido una aceptación en el público de todas las edades.
Comentó que, para fomentar el gusto por la historia local, se convocó a varios sectores de la sociedad, principalmente a niños y adolescentes para rescatar fragmentos del viejo Empalme y se logró una respuesta exitosa, al registrarse 33 trabajos de buena calidad que serán publicados en un compendio próximamente.
Además, en el 2020 se renovó la museografía, que consistió en el cambio de piso, ventanas, lámparas y pintura, con el objetivo de consolidar la historia de los empalmenses, la crónica del ferrocarril mexicano y su impacto en la economía de México. “El patrimonio cultural ferrocarrilero se abre a nuevos públicos, como son los jóvenes y niños, a través de las redes sociales; la crónica debe ser accesible y digerible”, agregó.
Islas Pacheco recordó que el Museo Ferrocarrilero de Empalme, nació en 1997 y se ha dedicado al rescate, conservación y clasificación del patrimonio ferrocarrilero; conserva la historia de la estación de Empalme del ramal Guaymas-Empalme, cuenta con una réplica de la locomotora 650, elaborada en los talleres del mismo ferrocarril con material reciclado.
“Los jóvenes trabajaban en el taller de los Ferrocarriles porque no había donde estudiar, solamente había primaria; se tenían oficios de mecánico, electricistas, carpintero, entre otras actividades, pero había casos especiales que algunos viajaban a Hermosillo y otros a Guadalajara para estudiar”, mencionó.
Destacó que los hombres, a corta edad, eran calificados para el trabajo complicado que representaba el sistema ferrocarrilero; eran grupos de jóvenes ansiosos por salir adelante y demostrar al mundo las habilidades que poseían; mientras que en el ámbito social y cultural, la comunidad era unida, se volcaba a eventos cívicos y deportivos que marcaron a una generación deseosa de progreso y bienestar.
“La locomotora de vapor 650, construida a escala, fue creada por jóvenes con sólo nivel primaria, era el ejemplo de cómo quería salir adelante la juventud del Empalme antiguo. La actividad ferrocarrilera tuvo reconocimiento internacional y nacional, tuvo mano de obra altamente calificada en todos los departamentos, por eso dolió que en el año de 1999 cerraran las puertas de esta fuente de trabajo”, describió.
En este contexto, y para revivir la participación de hombres y mujeres que cursan educación universitaria y media superior, por medio del Seminario de Cultura Mexicana, el Consejo Municipal de la Crónica y el Museo Ferrocarrilero, se ha dado continuidad a la agenda de trabajo, donde se suman más jóvenes a través de presentación de conferencias en redes sociales.
“Queremos ser ejemplo donde se compagina la historia con la actualidad y la participación de los jóvenes en el desarrollo de la sociedad”, concluyó José Luis Islas Pacheco.