Elías Quijada
Cuando se hace ejercicio de alta intensidad, los aspectos secundarios tras los tratamientos coadyuvantes como las quimioterapias y radioterapias, tiene menos efectos perjudiciales en las pacientes con cáncer de mama, aseguró José Antonio de Paz, catedrático de Fisiología del Ejercicio en la Universidad de León, España.
Al presidir la conferencia magistral “El ejercicio físico antes, durante y después del cáncer de mama”, en el primer simposio Cáncer de Mama y Ejercicio Físico, que organizó el Departamento de Ciencias del Deporte y Actividad Física de la Universidad de Sonora, el investigador del Instituto de Biomedicina de la Universidad de León, hizo precisión de una serie de conceptos que se abordan con mucha superficialidad sobre el ejercicio, los cuales van más allá por el basto conocimiento científico que afirma la ayuda de la actividad a las afectadas por celular malignas.
Dio a conocer las recomendaciones actuales de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en materia de ejercicio físico para la población mundial, pues aun algunos expertos aconsejan actividades establecidas en el 2010, pero en el año de 2020 se hizo una restructuración a los consejos para dicho tema.
Entre ellos, mencionó que antes se recomendaba hacer 150 minutos de actividad moderada y ahora es entre 150 a 300 minutos; también se proponía actividad vigorosa de 75 minutos a la semana, y la nueva medida es de 75 a 150 minutos a la semana.
“Se habla que se necesita evitar todos los estilos de vida sedentarios, de tal manera que sabemos que una persona que haga ejercicio una hora al día y nueve horas sin movimiento, esto también no es bueno, porque el sedentarismo produce perjuicio”, afirmó.
Muchos beneficios
Habló de un período o ventana durante el diagnóstico y ser intervenida quirúrgicamente, pues esa mujer está fisiológicamente íntegra, de tal manera que el ejercicio le ayudará a enfrontar el estrés y perjuicios que ya se tiene, y les ofrecerá una mejor condición física, cardiovascular y de fuerza.
“En concreto, se tienen tres estudios publicados en los que se demuestra que se tiene una alta incidencia de depresión o rasgos ansiosos de auto imagen, de tal manera que el ejercicio les ayuda a disminuir de forma muy significativa estas cuestiones”, destacó.
José Antonio de Paz sostuvo que los beneficios o variables que resultan de la composición corporal a través de la actividad física son que aumenta la seguridad en la fuerza, disminuye la dismetría de un lado al otro, mengua de fatiga, mejora de los factores cognitivos y hay evidencia que para la mortalidad también se disminuye.
Sobre el futuro de la relación entre la Universidad de Sonora y el Instituto de Biomedicina de la Universidad de León, España, en relación al Programa de Entrenamiento Muscular en Mujeres Supervivientes al Cáncer de Mama, reiteró que hay una vocación de permanencia y se prepara de años, pero hoy más acelerado, la preparación de profesionales más jóvenes a quienes se les está transfiriendo el conocimiento desarrollado.
“Las personas tienen capacidad de decisión dentro de la Universidad de Sonora, también tienen voluntad porque ven la repercusión social y están atendiendo en parte de las funciones que tiene la institución de atener a las personas que están inmersas en problemas sociales como es el cáncer de mama”, concluyó.