Paula Trespalacios Argain//
En el marco del Día Internacional de la Danza se llevó a cabo la II Jornada Internacional de Generación y Aplicación del Conocimiento Dancístico, organizado por el Grupo Disciplinar: Estudios sobre la práctica escénica, en coordinación con la Red de Investicreación Artística y Universidades, en la que participaron académicas del Departamento de Bellas Artes de la Unison.
En la primermesa, la académica Silvia Salazar Alba presentó la ponencia: Impacto de la pandemia por Covid-19 en el grado de autodeterminación en estudiantes de danza de la Licenciatura en Artes Escénicas de la Universidad de Sonora, en la que basándose en la aplicación del Cuestionario Behavior Regulation in Excercise Questionnaire 2, MArkland y Tobin, 2004, se hizo un estudio para conocer la motivación de los estudiantes de danza.
La docente con más de 40 año de actividad dancística explicó que la primera aplicación fue en 2019 antes de la pandemia, la segunda en 2021 a tres semestres de trabajar de manera virtual, en la que se expresaron tres tipos de motivación: intrínseca, externa y amotivación. “Con la pandemia los estudiantes constantemente expresaban que no se sentían bien, que no se sentían motivados, entonces dijimos vamos a aplicar este estudio a ver qué pasa ahora, sí hay resultados diferentes antes de la pandemia y después de la pandemia”.
Los resultados en los dos grupos aplicados arrojaron en un grupo que la matrícula bajó a menos del 56% mientras que en el segundo grupo se mantuvo.
Ante la pregunta si la pandemia afectó su motivación, los problemas que se expresaron fueron en referencia a los espacios y contacto, mientras que la motivación la encontraron en las clases abiertas, obras por transmisión en vivo y las producciones en video.
“La problemática, con los espacios ya que casi nadie tenía un estudio de danza en su casa, no tenían un espacio con el piso adecuado o con los metros adecuados, todos practicaban en espacios pequeños, incluso los profesores; el ambiente familiar; señal de internet y falta de contacto con compañeros y profesores”, indicó.
Para motivación las clases abiertas, obras por transmisión en vivo, y las producciones de video.
En la segunda mesa participó la coordinadora del programa de Danza Contemporánea, Luz Abigail Núñez Borbón quien presentó la ponencia investicreativa: El cuerpo en caída libre, una obra de estudiantes del séptimo semestre de Artes Escénicas.
Explicó que el proceso de dirección y creación de esta obra se dio durante la transición de clases totalmente online a semipresencial, un producto de la clase de Laboratorio de Producción 1, un proceso que inició online y terminó en lo presencial.
“Esto dispuso un reto distintito al que se nos planteó en el primer año y medio de confinamiento, había mucha incertidumbre en cuanto a la continuidad de los procesos, todos estábamos afectados en diferentes formas por todo lo sucedido y había que recobrar el sentido de las sesiones online, ya que ahora el proceso planteaba la posibilidad de vernos y de reencontrarnos
Señaló que había resistencia en continuar en el proceso virtual, por lo que se planteó la idea de que somos paracaidistas perdidos en una caída infinita y el lenguaje fue el corporal.
“También reflejó el estado del cuerpo confinado, fue una manera de dialogar desde el movimiento y otros soportes lo que vivieron los estudiantes y las estudiantes del proyecto; la idea era construir la obra bajo la pregunta de cómo se siente el cuerpo después de un año y medio de estar separados y mediados bajo el contexto de la tecnología”.
En la mesa seis, antes de clausurar la jornada, se presentó la ponencia investicreativa: Kama: figuras, intuición y comunidad de Perla Jazmín López Peñuelas y David Barrón Salido, quienes se enfocaron en el proceso de la producción.
Barrón Salido, docente y con 40 años de experiencia en la danza, destacó el cómo llegó a la interpretación partiendo de las experiencias de bailarinas que habían dado a luz.
“El movimiento surge mucho de intenciones y de sensaciones internas que muchas veces surgen de estímulos externos, que tiene que ver con la percepción y cómo el cuerpo lo percibe, y cómo se mueve a partir de esa afectación y cómo es que un espectador se deje afectar por lo que uno está haciendo”, explicó el bailarín y coreógrafo.
Por su parte, López Peñuelas habló de la relación con el resto de las bailarinas, todas docentes también, y de cómo fue el proceso para poder presentar esa percepción más allá de la sensibilidad a la unidad intuitiva, por lo que documentó el proceso de la investigación.
“El término de la figuración como esa manera en la que sentimos, que percibimos nuestra formación como seres escénicos, figurase como cuerpo en movimiento es una experiencia y esa experiencia viene antes de dotarla de significados, no solo es figurarse el cuerpo sino otras estructuras u objetos estables en el proceso de creación”, explicó la artista escénica e investigadora.