Jesús Alberto Rubio/
Lo más importante de las nuevas tendencias de la actividad física y el ejercicio para el adulto mayor es medirle su desempeño en esa área a través de una batería de pruebas específicas, afirmó Gabriel Núñez Othón, profesor del Departamento de Ciencias del Deporte y la Actividad Física de la Universidad de Sonora.
Al participar en el programa de actividades del XXIV aniversario de la Asociación de Pensionados y Jubilados de esta institución, dijo que otro aspecto importante es incrementar su nivel de reserva funcional; es decir, que la persona debe tener un desempeño superior al necesario para sus actividades cotidianas.
“Esto es porque todos los trastornos, como enfermedades caídas, accidentes que los dejan en cama, les reducen su capacidad funcional”, expresó en la sala de usos múltiples de la Biblioteca Central Universitaria.
En su conferencia Nuevas tendencias sobre la actividad física en personas mayores para promover un envejecimiento activo y saludable, señaló los beneficios que tendrá el adulto mayor si tiene la reserva suficiente a través de su desempeño diario, el ejercicio o una actividad intensa.
La salud y la capacidad funcional, sostuvo, son de vital importancia para la calidad de la vida social de las personas, ya que ambos renglones determinarán la medida en que pueden manejarse con autonomía dentro de su entorno social.
Núñez Othón planteó que está comprobada la repercusión que tiene el ejercicio sobre la mejora de la calidad y longevidad de la vida en las personas.
Problemas de impacto
El académico universitario señaló que los adultos mayores tienen muchos más eventos adversos, como neumonías, problemas gastrointestinales, fracturas y caídas, y que cuando se pasan buen tiempo de recuperación en cama, el nivel muscular de funcionamiento físico baja drásticamente, sin tener fuerza para levantarse de la cama.
Por ello, reiteró, la necesidad de que tenga una actividad diaria de ejercicio para que pueda incrementar su reserva funcional.
Afirmó que en el momento en que el adulto mayor se decide a caminar, hacer ejercicio o ir a un gimnasio especializado, definitivamente se incorpora a una cultura con mayor conocimiento sobre dietas, hábitos, sueño, higiene personal, “por lo que es de esperarse una transformación muy positiva de su vida”.
Asimismo, Gabriel Núñez Othón dijo que los accidentes del adulto mayor generan un alto costo social, familiar y personal en la calidad de vida, impactando en los sistemas de salud que deben destinar mayores recursos para su atención y rehabilitación de su salud.
Incluso, añadió, muchos de ellos tienen que entrar en una fase de dependencia funcional con otras personas que tiene que dedicarle tiempo y energía para su cuidado.
Sin duda, sostuvo, todo evento adverso que pueda tener el adulto mayor será de gran impacto psicológico por no poder hacer las actividades que está acostumbrado hacer, o bien truncar sus planes personales.
Gabriel Núñez, quien actualmente desarrolla un proyecto de investigación sobre la capacidad funcional del adulto mayor sonorense, realizó sus estudios de doctorado en Ciencias del Deporte en la Universidad de León, España, bajo la dirección del académico José Antonio de Paz Fernández.