Beatriz Angélica Espinoza/
Desde el concepto de lo que es una pesquería con todos los elementos que se utilizan para una de las actividades más antiguas de la humanidad: la pesca, hasta los problemas de organización y comercialización, así como la intervención del gobierno mediante programas y subsidios habló Alberto Aragón Noriega en su participación en el 1 Coloquio del Posgrado en Biociencias.
Su exposición fue sobre El desarrollo de la pesquería en el estado de Sonora, y entre datos duros de captura y precios por comercialización abordó hasta los problemas que tienen los pescadores del Alto Golfo de California con las restricciones de temporadas, los precios y los subsidios que no les llegan.
Explicó que la pesquería en Sonora ha pasado por algunas etapas muy difíciles, argumentando periodos negativos, pero también positivos, pues cuando se habla de una pescadería no sólo se trata del recurso extractivo, sino de toda la cadena.
En este sentido, detalló las diferentes etapas del desarrollo de la pescadería, en especial para esta región geográfica, de las limitaciones legales para la captura de algunas especies por encontrarse en peligro de extinción –vaquina marina y totoaba-, así como el decreto de considerar la zona como una Reserva de la Biósfera para la conservación de especies endémicas.
En la exposición, también habló de cómo ha cambiado geográficamente esta área, cuando inicialmente estuvo conectada con territorio estadounidense hablando de la estadía de un puerto de ese país en territorio mexicano.
“El golfo de Santa Clara en Sonora, antes de ser el golfo de Santa Clara, más al norte, había un puerto llamado Santa Isabel. Los pueblos de esa región se fundaron en torno a la pesca; incluso, Puerto Peñasco, hoy reconocido por ser puerto turístico.
Señaló que la actividad pesquera ha sido muy fructífera en esta región de México, pues en los años 20 la pesca de totoaba era legal y muy abundante, como el tiburón; por los años 70, lo más importante fue el camarón, que sigue siendo igual a la fecha, y a finales de los 80 y principios de los 90, el auge fue para la curvina y el chano, pues la captura del camarón se redujo a la mitad.
La actividad pesquera de la región fue para curvina y el chano, hasta el año 93, que se decretó como Reserva de la Biósfera y se pusieron más limitantes para los pescadores y sus comunidades.
Alberto Aragón Noriega pertenece a la Unidad Sonora del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, S.C. (Cibnor), donde se desempeña como investigador titular y es investigador nacional nivel II; su interés de investigación se enfoca en pesquerías y manejo costero, siendo pionero en la investigación sobre almeja generosa y coautor en una gran cantidad de publicaciones sobre el tema, entre otras.