Lin Mendivil Alvarado/
Aspectos relacionados con el proceso del juicio de amparo directo, sus beneficios y cómo se realizaba anteriormente este trámite, previo a la reforma de 2013, fue el tema abordado por el magistrado de Circuito del Tercer Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Quinto Circuito, José Manuel Blanco Quihuis, ante estudiantes y docentes del Departamento de Derecho de la Universidad de Sonora.
Egresado de la Licenciatura en Derecho de esta casa de estudios, también aprovechó la ocasión para compartir con la comunidad universitaria sus experiencias como magistrado federal en el tema de los juicios de amparo, que son una importante aportación por parte de México al ámbito judicial, figura que se creó en 1841 en el estado de Yucatán.
Recordó que antes de la Reforma Constitucional del Juicio de Amparo de 2011, “el juicio de amparo estaba diseñado de tal manera que teníamos que amparar primero por violaciones procesales, luego por violaciones formales y hasta el final por violaciones de fondo, de tal manera que se dio el amparo ‘ping-pong’, porque concedíamos muchas veces… llegábamos hasta ocho amparos para poder solucionar una controversia judicial”, explicó.
Luego del citado cambio con la Nueva Ley de Amparo de 2011-2013, en México se creó el juicio de amparo directo, lo cual brinda mayor beneficio, y “en el cual prácticamente nos estamos convirtiendo en una tercera instancia, en la instancia final de todos los juicios”, añadió.
De esta manera, “la nueva ley de amparo nos permite prácticamente constituirnos en autoridad responsable y resolver el juicio en definitiva, que es lo que querían todos los abogados postulantes, y que en el primer juicio se ven todos los vicios procesales y en la segunda podemos ver la sentencia de fondo”, dijo Blanco Quihuis.
Estos cambios, consideró, son en definitiva un avance para el sistema judicial, ya que obedece al reclamo popular, y resulta importante que los estudiantes conozcan estos antecedentes, sobre todo porque le tocará el proceso actual.