Beatriz Espinoza
“Caracterización molecular y biológica de Tripanosoma cruzi y de sus vectores (triatominos) en el estado de Sonora y respuesta de anticuerpos frente a un extracto del parásito usando suero de hemodonantes”, se titula el proyecto que dirige Olivia Valenzuela Antelo para la detección precoz de la enfermedad de Chagas.
Sobre el tema habló la investigadora y docente del Departamento de Ciencias Químico Biológicas de esta casa de estudios durante la emisión de este lunes del programa “A tiempo con la ciencia”, que conduce el también académico José Rogelio Ramos Enríquez.
Se refirió a que la enfermedad de Chagas, también conocida como tripanosoma tripanosomiasis americana, fue descubierta por el médico brasileño Carlos Chagas, quien también describió al agente causal, el parásito Protozoario Trypanosoma Cruzi.
Valenzuela Antelo tiene maestría en Ciencias Biomédicas y es doctora en Ciencias por parte de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y es miembro del Sistema Nacional de Investigadores y realiza el trabajo de investigación para ampliar la cobertura de diagnóstico y acceso equitativo a la atención clínica de esta infección transmitida por vectores, en caso específico de las chinches.
“La enfermedad de Chagas la adquieren aquellas personas que se infectan por un parásito protozoario flagelado que se llama Trypanosoma Cruzi, y las personas la adquieren cuando la chinche o insecto vector está infectado a la hora de alimentarse de sangre pues, el insecto al alimentarse defeca y en la materia fecal libera los parásitos que entran al cuerpo e infectan las células y, eventualmente las destruyen”, explicó.
Hay casos en EU
Valenzuela Antelo refirió que la enfermedad de Chagas es endémica en toda América Latina y ahora se sabe que hay casos registrados hasta en los Estados Unidos pues se ha transmitido de manera vectorial.
Explicó que una vez dentro del organismo, el parásito se está replicando dentro de las células de las personas y a la vez se está propagando, y durante los primeros dos meses se mantiene en circulación y fácilmente se puede detectar en frotis de sangre periférica.
“En análisis clínicos de laboratorio, de manera rutinaria se podría hacer; pero después de estos dos meses, después de inocular a la persona, pueden pasar años y el parásito pasa desapercibido en al menos el 60% de los casos.
“las personas aparentemente no sienten síntomas a pesar de que están infectadas y muchos, después de 10-20 años empiezan a presentar problemas de arritmias, problemas cardiacos, infartos y otros, mientras que otros desarrollan problemas de mega vísceras, mega colon, problemas gastrointestinales”, detalló.
La investigadora destacó que las chinches generalmente se encuentran anidando en sitios donde encuentran alimento y se alimentan de sangre; son animales, insectos hematófagos y se encuentran principalmente en nido de roedores, principalmente en áreas silvestres o intradomiciliarias.
Se alimentan también de la sangre de animales domésticos como los perros e incluso, en las granjas donde hay gallineros y, por lo general, estas chinches son de actividad nocturna, y se alimentan de sus fuentes que están inactivas.
Sin embargo, dijo que no se trata de las chinches de cama, de almohadas, pues su tamaño y su especie es más grande, miden dependiendo de la especie de las cuales hay 19 géneros de potenciales vectores de chaga en el mundo y 130 especies, mientras que en México hay 8 géneros y aproximadamente 32 especies.
La doctora Valenzuela Antelo dijo que en las recolecciones que hemos realizado en los últimos años hemos identificado un triatoma rubio que mide aproximadamente de 1.5 centímetros a 2 centímetros de longitud, además la Triatoma recurva que mide de 2 a 3 centímetros y los Triatomas sinaloenses que son los más pequeños de más o menos 1 centímetro, entre otros.
“Los adultos tienen alitas, hay machos y hembras. Las hembras copulan con el macho en los nidos, las hembras se quedan en el nido y cada hembra pone ciento de huevos generalmente en el verano”, comentó al explicar cuál es el desarrollo de las ninfas, de los productos de las hembras mientras se alimentan de sangre de sus hospederos de quienes también están en riesgo de infectarse.
Recomendó estar atentos a la presencia de este tipo de chinches en las cercanías o en sus propios hogares describiendo que estos animales físicamente parecen cucarachitas más aplastaditas y alargaditas con probóscide, un piquito debajo de su cabeza, con tres pares de patas, además, tienen unas manchitas más claras del resto de su estructura.
Recomendó que, de ver esos insectos no hay que pisotearlos porque al deshacerse contaminan el área y de ser mordidos-picados por este tipo de insectos, hay que dar aviso al médico y buscar el tratamiento.
“Esta infección se adquiere de una manera silenciosa y es, aparentemente asintomática; al principio provoca una lesión y queda como una roncha que, si te rascas y/o lo tocas, puedes llevar la materia fecal a los ojos y generar inflamación y edema en el párpado, lo que es una característica del ingreso del parásito”, añadió.