Lin Mendivil Alvarado//
Su pasión por la danza, el interés por conocer otras formas de enseñanza y la inquietud personal de conocer más acerca de México, es lo que llevó a Anthonny tomar la decisión de salir de su natal Costa Rica e integrarse durante un semestre a la vida estudiantil de la Licenciatura en Artes Escénicas, Opción Danza Contemporánea, en la Universidad de Sonora.
Formalmente, Anthonny Rolando Pereira Costa es alumno de la Universidad Nacional de Costa Rica en la carrera de Artes Escénicas, durante sus estudios conoció a tres alumnas del área de danza de la Universidad de Sonora que realizaron allá parte de su formación profesional; las pláticas con ellas acerca de la cultura sonorense y el aspecto académico motivó su interés por venir a la alma mater.
Es así que él, junto con otra compañera de la misma carrera y universidad, son los primeros alumnos de Artes Escénicas en realizar una estancia académica de movilidad. “Deseo aprovechar la oportunidad de crecer como bailarín, conocer una cultura que es totalmente diferente, así uno se enriquece más; y también por el cambio de clima que es totalmente diferente, y quería vivir y sentir eso”, dijo.
Precisó que en Costa Rica los 365 días del termómetro no baja de los 20 grados centígrados y tampoco rebasa los 30 grados, pero él deseaba experimentar el cambio de clima. Incluso, a causa del clima, la danza se vive diferente, subrayó: en Costa Rica hay muchas presentaciones al aire libre, pero en Hermosillo es algo que se dificulta por el calor extremo, reconoció.
“Me ha gustado mucho la comida de acá, es diferente a la de Costa Rica y está muy buena, y de lo que he probado, lo que más me ha gustado es el ceviche que se hace, porque allá es más salado y acá es más dulce, y todo lo tradicional como los hotdogs, los percherones, los tacos”, agregó, también han conquistado su paladar.
En lo académico, mencionó que la parte de dirección es muy parecida, pero no así la técnica y la visión de trabajo. “Acá llevamos ballet cubano y allá se lleva otra técnica que es el vaganova y tiene enfoques diferentes en los pasos, la posición de los pies y manos, y todo eso tiene nombres diferentes y también se trata de adaptarse a esos cambios”, precisó.
Por otra parte, la visión de trabajar también es distinta, pues se ha dado cuenta que la comunidad artística local se une para desarrollar un proyecto; todo en su conjunto representa una gran riqueza de aprendizaje, dijo, aunado a las seis materias que diariamente cursa a partir de las 7:00 horas, las cuales abarcan aspectos técnicos y teóricos.
También le interesa conocer las danzas tradicionales indígenas de Sonora, y es algo que espera poder realizar antes de que llegue el mes de diciembre, cuando regresará a su país.
Para Anthonny, venir a Sonora no sólo ha representado un reto académico sino también personal, pues es la primera vez que se aleja tanto tiempo de su familia, y aunque en algún momento eso causó un poco de preocupación a sus padres, siempre lo apoyaron.
Anthonny no descarta regresar a México, aunque es la primera vez que está en Sonora, no le ha sido difícil adaptarse al modo de vida de la Ciudad del Sol. “Me gusta la Universidad y todo lo que académicamente estoy viendo, la gente que he conocido me ha parecido muy amable”, incluso le agradaría residir en esta parte de la geografía mexicana.