Académicos de la Licenciatura en Música conversan sobre el quehacer del guitarrista

Luis Mendoza//

Con el objetivo de fomentar un diálogo académico entre alumnos y docentes para coadyuvar a la formación profesional de guitarristas en el programa de Licenciatura en Música y los Talleres Libres del Departamento de Bellas Artes de la Universidad de Sonora, se realizó la segunda sesión de Guitarromanía, conversatorio en línea que llevó el título de Guitarra, U n mundo aparte.

En dicho conversatorio sobre temáticas pertinentes y actuales en el área de guitarra participaron los académicos a cargo de este proyecto: Germán Mendoza Cota, Manuel David García Gutiérrez, Erick Iván Quijada Becerra, Ángel Saucedo y Juan Díaz Hilton, quienes compartieron sus conocimientos, experiencias, opiniones y anécdotas relacionadas con este instrumento musical.

Al inicio de su intervención, Díaz Hilton dio cuenta de ciertos aspectos de la guitarra y porqué es considerada “un mundo aparte”, al explicar que la lógica instrumentalista de la música de concierto ha tendido a hacer una división de trabajo, por lo que se vuelve una suerte de identidad dedicarse a un instrumento como la guitarra.

Describió a la organología como la subdisciplina de la musicología que se aboca a tratar de definir, medir, describir los instrumentos y su composición; “entre ellos, la guitarra, cuántas cuerdas tiene, cuándo se comienza a fabricar, qué madera se usa, qué rangos de notas permite, qué rango dinámico; la sonoridad de la guitarra ha sido un estigma que ha pesado muchísimo en la historia de este instrumento”.

Expuso que con una misma guitarra se pueden hacer muchos géneros de música, dado que la técnica es una cuestión que define al guitarrista, y que a pesar de ello la historia la ha invisibilizado, considerándola como un instrumento en vías de desarrollo, por lo que conviene aprovechar estas diferencias y crear una identidad propia.

Por su parte, Germán Mendoza Cota destacó que, en la licenciatura, a los alumnos de guitarra se les brindan las herramientas, preparación, entrenamiento y técnica para que sean ejecutantes-intérpretes puedan tocar obras de otros diversos autores de todas las épocas históricas.

“Es importante que el alumno continúe estudiando e investigando, la guitarra ha alcanzado dimensiones muy altas de difusión, debe saber qué sucede en otras partes del mundo con la guitarra. Sonora necesita continuar la historia de la guitarra y los alumnos y egresados continuarán esa historia, hay que meternos a la investigación porque eso da un nivel cultural alto”, refirió.

En su participación, Ángel Saucedo habló de los prejuicios en el quehacer guitarrístico, partiendo de una serie de condiciones y factores que pueden afectar el funcionamiento del instrumento y que son parte de las preocupaciones del guitarrista. Destacó la importancia de la afinación, del entrenamiento auditivo y el ejercitar la memoria auditiva como parte del desarrollo integral del músico.

“Es importante la estética de la música, la guitarra tiene una afinación precisa que tenemos que aprender a hacerlo, más en los ensambles, más entre cuerdas, y eso le da mucha profesionalidad; aprender a afinar rápido, eficaz, le da mucha profesionalidad al quehacer ya frente a un público, y esto se entrena desde casa, la afinación también tiene mucho que ver en el producto final”, aseveró.

Agregó que la lectura musical debe integrarse a la praxis artística en todo momento del montaje de las obras, pues se ocupa de una experiencia musical que integre teoría, practica y escénica que abone a que la presentación final sea de la mejor calidad, pues el compromiso del guitarrista es hacer las cosas lo mejor posible por el honor al arte mismo, a la belleza y la cultura.

Por otro lado, Manuel David García Gutiérrez considera que para que exista la música se requiere de un compositor y también de un intérprete, siendo este último lo que se busca formar desde las aulas y talleres de guitarra. El intérprete es el músico, y en ese sentido tiene el poder del receptor para lograr entender lo que el autor y el mensaje buscan decir, pero también se convierte en autor porque al reproducir lo escrito en el papel está generando una manera muy particular de ver todas las situaciones o los elementos que forman la música.

Especificó que, para poder descubrir los signos, es necesario conocer los significados en los que se escribe la música, pero también el contexto en el cual se creó la música: “al dar vida a una composición musical tiene la tarea de indagar todos los aspectos que propiciaron la creación de la pieza para así poder dar una interpretación más cercana al mensaje de esa composición, toda música no sólo existe en el entendimiento musical, sino que tiene una capacidad expresiva”.

Finalmente, Erick Iván Quijada Becerra señaló que como guitarristas es importante exponerse al resto de los instrumentos porque ahí encuentran riquezas para tener acceso a conocer esas otras sonoridades, “a la hora de escuchar nada más guitarristas se corre el riesgo en un 90% de las posibilidades de quedarnos con unas capacidades interpretativas muy por debajo de las posibilidades del instrumento, en este caso la guitarra”.

Añadió que los timbres y los colores combinados con las dinámicas del instrumento de la guitarra son ilimitados e incuantificables, y lo que ayudaría a explorar estas cuestiones tímbricas es tener en el oído los timbres de los otros instrumentos, pues el tratar de evocar los sonidos orquestales con la guitarra enriquecería mucho la interpretación.

“Si nos dejamos enriquecer de todas las artes, dejamos de crecer como artistas, y no vamos a llegar a dar algo más allá de lo que somos actualmente si no crecemos en el resto de las cosas”, concluyó.