Académica analiza efectos de los GEI y la disponibilidad de agua en áreas agrícolas

Jesús Alberto Rubio//

El incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) durante las últimas décadas a nivel mundial ha estimulado cambios en la precipitación, aumento de las temperaturas, elevación del nivel del mar y la intensidad y frecuencia de fenómenos extremos, afirmó Génesis Luisana Aguirre López, profesora investigadora de tiempo completo en el área de Geomecánica del programa de Ingeniero Minero de la Universidad de Sonora.

La egresada de la Maestría en Ciencias Geología de la Universidad de Sonora dijo que existen diversos factores, naturales y de origen humano o antropogénicos que afectan el clima del planeta. Por ejemplo, señaló que los cambios en la energía del Sol, así como en la rotación, en la órbita o en la inclinación de la Tierra, han producido y generarán alteraciones climáticas naturales en todo el planeta.

Sin embargo, sostuvo que, en el último siglo, además del cambio climático natural se está presentando una modificación del ambiente provocado especialmente por las actividades humanas. “Este cambio se debe al incremento de los llamados GEI en la atmósfera de la Tierra, provocado por actividades como la quema de combustibles fósiles o la deforestación”, dijo.

Génesis Luisana Aguirre recordó que cambio global significa, en el uso restringido que se le da hoy al término, un calentamiento global de la atmósfera producido por el aumento de la concentración de los gases de invernadero, y entre los más importantes se encuentra el dióxido de carbono (CO2), el vapor de agua, los compuestos clorofluorcarbonados (CFC) y el metano (CH4). “Su aumento tiene que ver con el incremento del consumo de energía y de la actividad agrícola-ganadera (CH4) e industrial (CO2 y CFC)”, precisó.

Disponibilidad de agua

Aguirre López afirmó que la evapotranspiración es uno de los procesos del ciclo hidrológico de mayor relevancia en estudios de balance y disponibilidad de agua en las áreas agrícolas de la región árida del Noroeste de México.

Al respecto, dio a conocer que llevó a cabo un trabajo de investigación denominado Análisis de la variabilidad anual y factores climáticos condicionantes del flujo de CO2 en un predio agrícola de la costa de Hermosillo, donde hizo el planteamiento sobre los efectos que provoca el aumento de las emisiones de los GEI.

Con licenciatura en Ingeniero Minero en esta misma casa de estudios, indicó que en su estudio se utilizó la técnica de covarianza de vórtices para la obtención de datos micrometeorológicos a partir de diversos sensores instalados en la torre con la finalidad de estimar la variabilidad estacional del flujo de CO2 en el cultivo. “Para la evaluación estadística de los datos se utilizó la herramienta de análisis de componentes principales (PCA) con la ayuda del software SPSS”, apuntó.

Señaló que mediante el análisis estadístico de componentes principales se determinaron las variables hidroclimáticas que condicionan el flujo de CO2 en un cultivo de sandía en la Costa de Hermosillo, caracterizada por su aridez y poca disponibilidad de agua para riego.

Génesis Luisana dijo que, de acuerdo a los resultados de las 14 variables independientes, es posible explicar el comportamiento del flujo de CO2. “Esto, con cuatro o hasta cinco nuevas variables, que son las componentes principales en las cuales se identificaron a la radiación solar y a la temperatura máxima del aire como las variables medidas en campo que condicionan a este proceso en un cultivo de sandía, en los dos períodos de siembra, en esta zona árida del noroeste de México”, añadió.

Influencia de otros factores

Además de lo anterior, precisó que durante el ciclo invierno-primavera también influyen, en orden de importancia, la temperatura mínima del aire, la humedad relativa máxima, la precipitación y el riego, y, con menor impacto, la temperatura del suelo.

Destacó que en el ciclo verano-otoño la velocidad del viento y la precipitación son relevantes, así como las humedades relativas máxima y mínima. “El flujo de calor sensible también condiciona el flujo de CO2 en este ciclo, aunque en menor medida”.

La académica universitaria señaló que los resultados indican que para desarrollar un modelo matemático que represente el flujo de CO2 en el sitio de estudio, es necesario tomar en cuenta esas variables identificadas como responsables del proceso de análisis de los componentes principales.

Si se toma en cuenta sólo la primera componente, en la que fue determinante el control de la radiación y la temperatura máxima del aire, afirmó que el modelo explicaría aproximadamente el 30% de la varianza en el proceso de flujo de CO2.

Agregó que en medida que se agreguen más variables, por ejemplo, para el ciclo invierno-primavera, la temperatura máxima del aire y la húmeda relativa, el modelo podría mejorar hasta explicar casi el 50% de la varianza del flujo, e introduciendo más variables, como precipitación y riego, el modelo podría representar con mayor precisión el proceso de flujo de CO2 en el cultivo de sandía.

“Se recomienda ampliar el estudio elaborando un modelo para cada ciclo de cultivo que permita simular el flujo de CO2 en uno de sandía en el sitio de estudio o en uno de condiciones climáticas similares”, concluyó.