Abren la Cátedra Emiliana de Zubeldía; presentan el libro Augusto Novaro

Lin Mendivil Alvarado//

Con la presentación del libro Augusto Novaro Novaro. En busca del sonido infinito, la Universidad de Sonora y la corresponsalía en Hermosillo del Seminario de Cultura Mexicana (SCM) formalizaron la tarde del martes la apertura de la Cátedra Emiliana de Zubeldía, la cual tiene como propósito difundir la obra musical de estos dos destacados músicos del siglo XX.

En el evento, el director de Vinculación y Difusión, Rodolfo Basurto Álvarez, recordó que la alma mater y el SMC firmaron un acuerdo de colaboración orientado a la difusión artística, cultural y científica, motivo por el cual se crearon las cátedras Emiliana de Zubeldía, Manuel Sandoval Vallarta, Juan Rulfo y Sergio García Ramírez.

Consideró que de estas cátedras, la de Emiliana de Zubeldía es la más entrañable y su creación coincide con el surgimiento, hace 64 años, de la Corresponsalía Hermosillo del SCM, del cual Emiliana de Zubeldía e Inda fue parte del grupo de 40 integrantes fundadores.

“Este grupo inicial, además de promover el conocimiento de la historia, la economía, la industria, la educación en Sonora y diversos temas, se interesó en la formación de la mujer y en el aprecio de la música y de la poesía sonorense. Hoy, a 64 años de distancia, nos queda claro a todos los presentes que la persona más sobresaliente de ese grupo pionero fue una mujer dedicada y comprometida con la enseñanza, la investigación y la difusión de la música en contextos creativos: Emiliana de Zubeldía”, destacó.

Es por ello que se acordó la creación de las cátedras de divulgación y difusión de las ciencias y las artes, y ofrecer programas que cumplan con el propósito de impulsar el interés por diversas áreas del conocimiento y, sobre todo, de la cultura, actividad en la cual también se contó con la participación de la Fundación Emiliana de Zubeldía.

Como comentarista de este libro estuvo el titular de la Corresponsalía en Hermosillo del SCM, Rubén Flores Espinoza, también catedrático del Departamento de Matemáticas, quien en su participación hizo referencia al prólogo escrito por el musicólogo y académico de la Escuela Superior de Música del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Juan José Escorza Carranza.

Flores Espinoza rescató las palabras de Escorza Carranza, quien calificó a Novaro Novaro como un modesto y eminente cultivador de la acústica musical e instrumental en México, un mexicano de ascendencia italiana que, fruto del paciente y dedicado trabajo de 50 años, logró “una de las más fascinantes y desconocidas epopeyas de la música mexicana del siglo XX” con la creación del sistema natural de la música.

Augusto Novaro: un creador de sonidos naturales

Por su parte, la autora del citado ejemplar, Leticia Teresita Varela Ruiz, presidenta de la Fundación Emiliana de Zubeldía, hizo un detallado recuento histórico de la vida y obra de Novaro Novaro, principalmente de su inquietud por encontrar sonidos musicales distintos a los ya conocidos.

De tal manera que su obra se resume en tres aportaciones: la creación de una nueva teoría musical que permite componer música distinta a la del resto del mundo, y la posibilidad de tener 29 diferentes formas de afinar un instrumento con la escala tradicional, pero aproximado a los sonidos naturales.

Y en tercer lugar, la fabricación de nuevos instrumentos a los cuales en sus cajas acústicas integró un resonador de espiral, el cual permite que florezca cada sonido tal cual él lo concibió, de tal manera que fabricó sus violines que, incluso, superaron a los de la marca Stradivarius.

Varela Ruiz añadió que el ejemplo más palpable de lo anterior, son las composiciones que Emiliana de Zubeldía hizo durante 16 años junto con Novaro Novaro, esto antes de llegar la Universidad de Sonora y quedarse en esta institución durante 40 años.

En el evento también se interpretaron las piezas ¡Ay!, que no soy y Perdí mi canica, ambas composiciones de Emiliana de Zubeldía con base en el sistema de Augusto Novaro y que fueron interpretadas por la soprano Elena Rivera, acompañada al piano por Ilusión Hernández.