Beatriz Espinoza
Los problemas sociales se deben abordar desde la interdisciplina y no solo desde la expertise de la educación, aseguró Mariel Michessedett Montes Castillo al participar con un tema en los viernes de conferencia de la Red de Estudios de Educación.
La docente de la Facultad Interdisciplinaria de Ciencias Sociales de esta casa de estudios expuso “De la investigación educativa a la intervención comunitaria: el impacto social de la investigación”, argumentando que todo debe verse desde la perspectiva interdisciplinaria.
Montes Castillo habló del trabajo que realizan en el Laboratorio de Comunicaciones de esta casa de estudios sobre algunas problemáticas sociales, principalmente las que tienen que ver con el sector escolar y extraescolar y que han sido base para la determinación, en algunos casos de programas y proyectos públicos.
“Yo soy educadora y psicóloga, hay una socióloga y hay otra psicóloga, pero también hay comunicólogos, y personas que se desempeñan en el área del derecho; somos un grupo multidisciplinar porque nos empezamos a dar cuenta que en muchas investigaciones nos daban datos tan importantes como para comenzar a intervenir nosotros en pequeñas comunidades”, expresó.
De manera emergente
Lo anterior, dijo, se dio de manera emergente pues, en realidad, los investigadores no se involucran en un programa de intervención comunitaria pues consideran que se desvían de su tarea de investigación y de la academia.
“Pero nosotros decidimos hacerlo, pues si tenemos este laboratorio y nomás estamos produciendo datos, entonces cuál es el impacto social que, como investigadores vamos a tener, además, de que no nos podemos hacer responsables del uso que el Estado les dé a los datos o que poye a las comunidades que nos dieron los datos”, estableció.
Después de un tiempo, al parecer, los investigadores ya comenzaron a voltear a vernos a los grupos que generamos la información. “Ahora, el Sistema Nacional de Investigadores también tiene como indicador ese impacto en la comunidad y se logra a través de diversos programas aun cuando también participan como voluntarios.
“Hay intereses propios, también ayudar a ciertas comunidades, el bien común, pero, sobre todo, acreditación para nuestro currículo y, en el caso de los estudiantes, lograr un perfil de egreso comprometido en saberes y haceres.
“Estudiantes que se involucran en los proyectos; son personas que tienen que desarrollar o aprender a desarrollar ciertas competencias y, a través de los proyectos de intervención y de saber en qué contexto vamos a trabajar y a quién vamos a beneficiar”, señaló.
Montes Castillo afirmó que al estar haciendo intervención comunitaria también se realiza trabajo de investigación porque ambas actividades no pueden ser segregadas, no pueden ir paralelas.
Añadió que, todos los proyectos de investigación pueden convertirse en una propuesta de innovación para cierta comunidad, pero dicho proyecto debe estar considerado dentro del Plan Nacional de Educación, o del Plan Nacional de Salud, o del Plan Nacional Financiero o Económico del país.
“Tenemos que ser proyectos de investigación que estén dentro de nuestras líneas de generación de conocimiento nacionales o internacionales y que la Universidad que lo promueva debe estar vinculada con convenios con esas autoridades que nos van a facilitar el trabajar con esa comunidad”, detalló.
El modelo
La investigadora señaló que, antes de trabajar con una comunidad, se va a impartir un taller de sensibilización sobre el tema, por ejemplo, cuando se trabajó con la niñez oncológica a quienes se niveló en español y matemáticas dentro del hospital donde reciben sus diversas terapias.
Habló de realizar talleres temáticos, de sensibilización, de no aceptar participación de partidos políticos, de diseñar y elaborar recursos y materiales que se van a utilizar en los programas específicos, como el que llaman Aceptarme es amarme.
Añadió que también trabajan con aquellos grupos sociales que pueden estar en riesgo social por discriminación, marginación o exclusión, aquellos grupos vulnerables como trabajadores flotantes, migrantes, madres trabajadoras del campo, mujeres que les falta información o analfabetas, y personas con necesidades especiales, entre otros.
“El perfil del instructor que da los talleres que nosotros proponemos derivados de la investigación tiene que tener capacidad organizativa, creatividad, empatía con el entorno y trabajar mucho, además de simpatía, más que liderazgo”, detalló y dijo que el equipo está fiel a la Universidad y el compromiso que tiene la institución para beneficio de los contextos comunitarios.
La doctora Mariel Monteses la coordinadora general de la Red en México en la que ha participado por más de diez años; es doctora en Educación en la línea de formación del profesorado en la didáctica y organización de las áreas del currículum y evaluación de las instituciones educativas.
Tiene maestría en Investigación Educativa y en Formación Docente y es licenciada en Enseñanza de Idiomas, también en Psicología y se desempeña como catedrática e investigadora de tiempo completo en la Universidad de Sonora.