Beatriz Espinoza/
Mucho aprendizaje, importantes cambios en su desarrollo y desempeño académico, trajo a Itzel Arizbe Olivares Torres, la estancia de diez semanas en la Universidad de Arizona el pasado verano.
Itzel, quien cursa el doctorado en Nanotecnología en esta casa de estudios, platicó que a su llegada a la Universidad de Arizona le tocó trabajar con el investigador Roberto Guzmán, del Departamento de Ingeniería Química, quien ahora es su asesor de tesis.
“Estuvimos trabajando con biosensores, en la modificación de películas de oro para poder detectar biomoléculas y microorganismos”, dijo al señalar que esta línea de investigación fue nueva en su preparación académica, pues no es lo que estaban trabajando en su alma mater antes de ser parte de este programa de intercambio de verano con la Universidad de Arizona.
“Para mí fue totalmente diferente, pues no era lo que estaba estudiando en la Maestría aquí en la Universidad de Sonora, donde estábamos trabajando en la síntesis de puntos cuánticos de carbono. Era más estudio sobre estado sólido, y lo que trabaja el profesor Guzmán es del área biológica”, comentó.
Itzel Arizbe comentó que fue un cambio drástico y tuvo que aprender otras y nuevas técnicas en menos de diez semanas, conocer otros materiales, y familiarizarse con los mismos, además de nuevos métodos.
“Al final de cuentas, esta experiencia la vi como una oportunidad. No quise desaprovechar este ofrecimiento de una estancia en la Universidad de Arizona y aproveché y, ahora, el doctor Guzmán, una eminencia en su especialidad, es mi director de tesis para el doctorado”, agregó.
Comentó que esta experiencia le llegó justo en la transición de terminar la maestría e iniciar el doctorado, y en esta estancia definió su línea de investigación y en adelante continuará trabajando con biosensores.
Explicó que los biosensores son instrumentos comúnmente utilizados por las personas, pueden utilizarse para varias cosas: el medidor de glucosa es uno de los más conocidos, pero también se pueden usar para estudiar otras áreas, como la calidad del agua. Esta investigación tiene un enfoque más hacia el área médica, estableció.
En su trabajo de maestría, dijo que trabajaba con materiales fluorescente que absorbían los colores ultravioletas y la admitían en forma de luz visible. Al pasar la luz de estas partículas a la ultravioleta, podíamos ver que éstas brillaban dependiendo del tamaño.
“Conocí otras formas de trabajar, me relacioné con personas de otros países, conocí culturas distintas, aprendí sobre otros materiales… durante esta estancia de diez semanas amplié mi visión de las cosas”, añadió.
Consideró que fue un tanto difícil cambiar de línea de investigación, pero después de esta estancia de verano en la Universidad de Arizona, y lo aprendido en las aulas de la Universidad de Sonora, le permiten manejar otras técnicas para ampliar sus horizontes en cuanto a la investigación.
Añadió que ha sido un privilegio haber formado parte de esta primera generación de intercambio con la Universidad de Sonora a nivel de posgrados, y dijo que volvería a tomar una oportunidad de intercambio como el que este año le abrió las opciones para desarrollarse y prepararse más.