Celebrar cada 12 de diciembre a la Virgen de Guadalupe conlleva un profundo significado por ser uno de los símbolos de unión más fuertes del pueblo mexicano y representar la imagen religiosa más venerada en el país, afirmaron Alipia Avendaño Enciso, Jesús Alejandro Navarro Hernández y Felipe Mora Arellano, académicos del Departamento de Sociología y Administración Pública de la Universidad de Sonora.
La veneración a la llamada “Virgen Morena”, sostuvieron que representa también uno de los pilares de la identidad como mexicanidad y que su culto es un ejemplo de fusión de religiosidad y nacionalismo.
Hicieron referencia a cómo por ejemplo especialmente los días 11 y 12 de este mes la Basílica en el Cerro del Tepeyac de la Ciudad de México es el santuario mariano con más visitas en el mundo.
“Allí, millones de peregrinos visitan la Basílica para venerar a la imagen que puede verse en la tilma del indio Juan Diego y en la que incluso se puede observar cómo su mirada refleja ternura y bondad, incógnitas que la ciencia contemporánea no ha podido descifrar”, dijeron.
Reconocimiento a la expresión de lo mexicano
Alipia Avendaño comentó sobre el significado del por qué se le llama “La Virgen Morena”, señalando que lo es como un reconocimiento a su expresión de lo mexicano, tanto por su físico, frescura y mujer amorosa, además de contener para nosotros una serie de simbolismos.
Advirtió que incluso hay una condición de trasfondo indicando que en las sociedades primitivas había una serie de religiones y que la deidad más importante estaba donde apareció la Virgen de Guadalupe.
Ella, dijo, es muy superior en muchos sentidos; su imagen impresa en la tilma de Juan Diego tiene varios elementos, cada uno de ellos con un significado especial.
“Para la sociedad mexica ella es más poderosa que el sol, por eso es que sus rayos están a su exterior y superior a la luna y los rayos confieren a la imagen un aura. Asimismo, las estrellas brillan más que todas las constelaciones celestiales”, expresó.
Simbolismo y ciencia
La académica universitaria también mencionó los detalles de la figura de la virgen por una condición geométrica que le envuelve en simbolismos.
“Veo en su imagen tres colores: azul, blanco y rojo y otro más por encima, que representan los puntos cardinales. Y si uno revisa en detalle, sobre todo sus ojos se refleja Juan Diego”, agregó.
Al respecto, hizo referencia a autores que señalan cómo se puede observar que en los ojos de la Virgen de Guadalupe se pueden ver trece imágenes que corresponden a las figuras de Juan Diego, a Fray Juan de Zumárraga y a una familia, todos ellos testigos del llamado “Milagro de las rosas”.
Ello, añadió, según un estudio computarizado que hizo el investigador José Aste Tönsmann en el ayate de Juan Diego.
Avendaño Enciso indicó que de acuerdo a la leyenda es que ella se presenta a Juan Diego y éste le hace cuestionamientos sobre cómo le van a creer de su aparición, por tener incluso prioridades como un familiar enfermo, recibiendo su respuesta “no te preocupes yo voy a ver por él”, lo cual afirmó que así fue tras aparecérsele.
Acuden a ella
Todos esos elementos, planteó, sin duda están muy presentes en todos los mexicanos y que, por ello, advirtió, es la morenita de cariño por ser de nuestra piel y raza, de allí que no sea casual que la gente vaya a adorarla para agradecerles sus milagros.
“Vemos cómo la gente inclusive desde antes del 11 y 12 de diciembre acude a ella a través de peregrinaciones, ya sea caminando de múltiples formas miles de kilómetros o simplemente por las calles y aceras de la Ciudad de México para acercase a ella, incluso de rodillas”, añadió.
Alipia Avendaño dijo que también se le rinde culto en templos y hogares, rodeándola en especial en esta fecha decembrina de flores, velas o un pequeño regalo en reconocimiento a sus milagros.
Religiosidad y fiesta
El también profesor de tiempo completo, Jesús Alejandro Navarro reconoció los alcances que tiene esta fecha en el pueblo de México: “Hay eventos por doquier por ser su gran día; algunos son muy centrados en la ceremonia religiosas, con actividades, como la velación, rezos y cantarle las Mañanitas”, dijo.
En otros casos, advirtió, el festejo se centra más en la fiesta y la diversión, dejando los rezos en un papel secundario.
Lo que sí se puede decir, señaló, es que en ambos casos es toda una tradición el juntarse familiares y amigos, en la iglesia, en la casa de alguna familia o asistir al cerro de la virgen.
“Creo que las personas adultas, más las mujeres que los hombres, se centran más en el carácter religioso, y en cambio, los jóvenes en el festejo como diversión”, expresó Navarro Hernández.
Cierto es, concluyó, que, a más de cuatro siglos del culto a la Virgen de Guadalupe como tradición religiosa mexicana y un acto de identidad y fe, cada 12 de diciembre le profesan su agradecimiento con cantos, rezos y peregrinaciones al cerro de Tepeyac –en donde se registró su aparición al santo Juan Diego.
Fuente de inspiración
El académico Felipe Mora Arellano dio respuesta a las preguntas ¿Cómo ha cambiado la percepción hacia la Virgen de Guadalupe a través del tiempo? Y ¿qué representa hoy en día?:
“Mi único indicador sería que las peregrinaciones y festividades continúan –no sé si la población que participa en ellas ha aumentado, se mantiene, o ha disminuido–, lo cierto es que sigue siendo un símbolo: una virgen de piel morena y cercana a los grupos indígenas, especialmente del centro y sur del país; y sin duda, una fuente de inspiración y fe para los católicos”, sostuvo.
Inclusive, añadió, puede ser quizá la mayor fuente de inspiración ya que hay otros santos y santas patrones/as que también reciben gran reverencia en una diversidad de regiones y localidades mexicanas..
Mora Arellano señaló que se ha dicho desde hace mucho tiempo que la Virgen de Guadalupe incluso forma parte de la identidad de los mexicanos, en general, cuando en el país los católicos representaban 90 y tantos por ciento de los creyentes religiosos.
Sin embargo, advirtió que ese porcentaje ha disminuido en favor de otras religiones y creencias, incluso sin ninguna afiliación o creencia religiosa. “Con esto seguramente disminuye el número de fervientes a la “morena del Tepeyac”.
Una esperanza
Felipe Mora dijo que se puede observar a través de los medios que la gente la venera, le pide favores, “paga mandas”, se le “encomienda” y deposita en ella una esperanza para sortear los problemas de la vida.
“Pero pensemos que hay nuevas generaciones de creyentes y entonces sí convendría saber si esa relación con la “Virgen Morena”! y con lo sagrado, ha sufrido cambios o haya ocurrido una racionalización, por así decirlo, en la vida y práctica religiosas.
Apenas quien se dedique a darle seguimiento al fenómeno religioso guadalupano, concluyó, lo podría decir con más seguridad.