Con una gran fiesta con una ceremonia solemne llena de recuerdos y de agradecimientos fue como se celebró este día el 45 aniversario del Centro de Desarrollo Infantil (CDI) de la Universidad de Sonora por el que han pasado más de dos mil niños y niñas que ahora cuentan una historia donde la sopita y el arroz con leche no pueden faltar.
Fue la rectora María Rita Plancarte Martínez quien presidió el memorable evento en donde la participación más destacada fue la de los niños integrantes de la escolta infantil y la de quien dio voz al Juramento de Bandera.
Ahí, se entregaron reconocimiento a 15 trabajadoras que cumplieron 30 o más años de servicio al CDI en alguna de sus importantes áreas, reconociendo a cuatro de ellas quienes se presentaron a laborar este 30 de noviembre de 2022 por última vez, pues han terminado con su trámite de jubilación.
Iluminan el futuro: rectora
La rectora reconoció el trabajo de todos los que hacen posible los servicios que brinda el CDI destacando la importancia del aniversario de este que es una institución, dentro de otra institución de la cual han egresado alrededor de 2 mil niños y niñas.
“Las mujeres que hemos hecho uso de los servicios que ofrece el CDI ha permitido el desarrollo de las mujeres trabajadoras y su desempeño en la Universidad, su compromiso, el cumplimiento de sus labores sería no solamente mucho más difícil, sino prácticamente no negaría la posibilidad de desarrollo como mujeres”, expresó la rectora.
Plancarte Martínez dijo que el apoyo que brinda el CDI a las madres trabajadoras universitarias es entrañable, pues no sólo cuidan a nuestros hijos, nietos, sino que con su amor, dedicación y entrega y convivencia, se llega a formar una sola familia.
“En un aniversario, uno hace una especie de recuento, reconoce errores, se ve cómo resolviste lo que lo que se presentó como un área de oportunidad; pero además, se alcanza a iluminar el futuro y yo creo que sin duda, el futuro del CDI es un futuro promisorio, porque el compromiso de la administración institucional es profundo y permanente”, agregó.
La rectora precisó que este lugar, el CDI, es muy importante para la primera infancia reiterando el compromiso para apoyar el desarrollo de las y los trabajadores universitarios con un lugar seguro, donde tengan el aprendizaje necesario y para sembrar en ellos la semilla del ser universitario.
“¿Cómo? Enseñándoles a ser personas que respetan y toleran, que son honestas e íntegras, que son responsables y comprometidas en lo ético como en lo equitativo, lo inclusivo, enseñarles a no discriminar, a ser solidarios y empáticos, justos, que son los principios universitarios; aquí lo reproducimos y, desde niños, desde la primera infancia, empiezan a moldear su carácter”, enfatizó.
Agradecimientos y Reconocimientos
Por su parte, la directora del CDI, María Victoria Hernández Trujillo, agradeció a todos los presentes y a todos los que en algún momento han pasado por la institución y no sólo han dejado su huella, sino, su granito de arena para consolidar cada vez más un espacio que responde a educar con amor y responsabilidad
“Hablar de 45 años del CDI es hacer un recuento del amor, cuidado, enseñanzas, experiencias vividas, generaciones de niñas y niños que han pasado por aquí, que disfrutaron su estancia de retos, desafíos, cambios que implican mejoras, oportunidades, seguridad, crecimiento y desarrollo integral”, expresó.
Agradeció a cada una de las personas e instancias, dependencias que tienen que ver en el correcto funcionamiento del CDI empezando con las autoridades universitarias, educativas, de protección Civil y de Educación, entre muchas otras.
Igual a cada uno de los trabajadores de todas las áreas, desde el vigilante, don Manuel que siempre está al pendiente de la llegada de los niños, el filtro, hasta quienes ponen todo su empeño en la preparación de la comida y de la impartición de las clases que se imparten desde maternal hasta preescolar a los 180 niños que actualmente disfrutan de su estancia en el CDI y a todas las maestras jubiladas.
En esta ceremonia, 14 trabajadoras recibieron un reconocimiento por cumplir 30 o más años de servicio al CDI y cuatro de ellas estaban viviendo su último día de trabajo en la institución, pues ya concluyeron su trámite de jubilación.
Las maestras reconocidas por sus años de servicio fueron: Zita Elvira González Lizárraga, María Isabel Armenta Arias, María Irma Juanz Baldenegro, María del Carmen Andrade Bracamontes, Blanca Xóchitl Mejía Hernández, Guadalupe Villa Figueroa, María Guadalupe Naranjo Hernández.
Así como también María Antonieta Mexía Soler, Rosa María Castro Villa, Adriana Castillo Cota, Yolanda Guadalupe Alonso Salazar, Francisca Rosario Valle Icedo, María del Carmen Molinares y María del Socorro Manzo.
Durante la ceremonia, celebrada en el patio central del propio CDI, estuvieron presente además de la rectora, el secretario General Administrativo, Luis Enrique Riojas Duarte; el secretario general del Sindicato de Trabajadores y Académicos de la Universidad de Sonora (Staus) Juan Díaz Hilton y la presidenta de la Asociación de Padres de Familia del CDI, Adelina Pérez.
Entre otros invitados especiales, se mencionó A Juan Manuel González Alvarado, por parte de la Coordinación Estatal de Protección Civil; Luisa María Borbón, de la Dirección de Estancias Infantiles en el Estado de Sonora y Sergio Morales García, de la Coordinación Estatal de la Secretaría de Salud.
La historia del CDI
En lo que se contó sobre el CDI, en un escrito de la maestra Alma Tovar Cienfuegos, se hace notar que el centro nació en medio de un conflicto por la titularidad que protagonizaron el Sindicato Independiente de Empleados al Servicio de la Universidad de Sonora (Siesus) y el Sindicato de Trabajadores y Empleados de la Universidad de Sonora (Steus) en 1976 siendo rector Alfonso Castellanos Idiáquez.
La huelga que estalló el 11 de marzo por la exigencia de la titularidad, terminó el 2 de junio con el conteo de votos en el que intervino el gobernador de ese entonces, Alejandro Carrillo Marcor, resultando ganador el Steus quien tenía, dentro de sus principales demandas, la creación de una guardería infantil, prestación que quedó plasmada en el primer contrato colectivo de trabajo firmado entre la Universidad y el sindicato.
Dicha prestación se hizo material hasta el 15 de julio de 1977 y se ubicó el centro de manera inicial en la parte posterior del Museo y Biblioteca con atención meramente asistencial con cuatro personas que realizaban funciones de encargada de grupo, niñera, cocinera y una afanadora.
La población infantil aumento rápidamente de 15 a 45 niños por lo que el espacio físico resultó insuficiente y fue necesario, entonces, solicitar nuevas instalaciones y la contratación de más personal, siendo hasta 1979 cuando se empezó a impartir la educación preescolar y, para resolver el problema del espacio físico, las autoridades designaron un local ubicado en las calles Galeana y Norberto Aguirre Palancares (hoy Luis Donaldo Colosio) para el centro.
Actualmente, se cuenta con un Centro de Desarrollo Infantil muy funcional, muy bonito y muy práctico para su objetivo cumpliendo con todos los programas pedagógicos de la Secretaría de Educación, de la Secretaría de Salud, de Protección Civil, del Sistema Nacional DIF y de la propia Universidad de Sonora.
El personal tiene las certificaciones necesarias y los perfiles que requiere cada puesto y trabajan con la sensibilidad y amor necesario que requieren los niños y niñas en esta etapa de su educación inicial.
El CDI atiende a 180 niños y cuenta con 80 agentes educativos entre los que se cuentan a la coordinación general, la coordinación pedagógica inicial y preescolar, asistentes educativas, maestras de talleres de música y danza, teatro, inglés, educación física, construcción y pintura, así como la coordinación médica donde se ubica al enfermero, nutriólogo, cocineros, la auxiliar de cocina, la coordinación administrativa, la secretaría, los vigilantes, afanadoras, coordinadora de psicología y la coordinación de trabajo social, entre otras.