El trabajo es una labor digna que debe de reconocer la integridad humana y si se agrava la ocupación de las personas, también se afecta la decencia, por ello, el trabajo se debe de ejercer con justicia, que implica el respeto a los derechos laborales y salarios justos, con mejores condiciones sociales para que hombres y mujeres puedan desenvolverse con su obra creativa.
Así lo señaló Arturo Ordaz Álvarez, profesor de la Licenciatura en Administración Pública de la Universidad de Sonora al reflexionar sobre la importancia de conmemorar el 1 de mayo, Día del Trabajo.
En su aportación, dijo que esta fecha tiene como anhelo de establecer condiciones laborales adecuadas para el buen desarrollo del sistema productivo.
En México, como la mayoría de los países occidentales, expresó, se discuten los contextos de desarrollo impuestos por el modelo neoliberal, que en buena medida afectaron las condiciones laborales de las personas pues muchas de las posibilidades de crecimiento personal y familiar se deterioraron, pero afortunadamente en países latinoamericanos están ascendiendo gobiernos de distinta naturaleza más comprometido con el bienestar de la sociedad o interés público.
“Un ejemplo sencillo se tiene con el actual gobierno que entre las medidas ha impulsado el bienestar a los jóvenes, apoyo a adultos mayores y de mejorar las condiciones laborales, afortunadamente ha habido eco en el sector empresarial, en el sentido de revisar más adecuadamente lo que se refiere al salario mínimo”, comentó.
Explicó que el salario mínimo es el indicador de como los trabajadores tienen acceso a un salario digno con prestaciones y en la actual administración federal se ha aplicado un porcentaje superior tres veces a comparación de otros gobiernos; también se avanza en prestaciones sociales, y recordó que por ley existe el aguinaldo, prima dominical y de vacaciones, las licencias, entre otros.
Al mismo tiempo, se ha revisado la condición que guardan los sindicatos en razón de la renovación de los liderazgos para dar marcha atrás a aquellas estrategias que vinculaban más a las dirigencias sindicales con el sector patronal que con los propios agremiados, y ahora es con un carácter democrático y compromiso con el gremio y en defensa del bienestar de los trabajadores.
Subrayó que el movimiento de huelga es un derecho de los trabajadores y está resguardado por la Constitución en el Artículo 123 y en el caso particular de las instituciones de educación superior, en específico la Universidad de Sonora, al ser un centro de estudios público, debe de privilegiar el interés popular en materia educativa.
Para enfrentar los retos, sostuvo, es necesario tener en cuenta el contexto en que se desenvuelve el país, se trata de dejar atrás los estragos de la pandemia que durante dos años paralizó los sistemas productivos y contrajo una crisis económica.
Ordaz Álvarez, enfatizó que afortunadamente se están recuperando los empleos perdidos en la pandemia y se está llegando acuerdos a nivel oficial con sectores empresariales relevantes para el desarrollo futuro del país.
“En lo local, tanto para Sonora y Hermosillo, los movimientos de huelga y la razón de los emplazamientos dan una idea de cómo está el ambiente laboral, en relación al establecimiento de condiciones para el desarrollo económico y mejoramiento de la vida de los trabajadores. Se espera que para Sonora se puedan manifestar condiciones positivas para el desarrollo de la entidad”, concluyó.
El Día Internacional de los Trabajadores o 1 de mayo es la conmemoración del movimiento obrero mundial. Es una jornada que se ha utilizado habitualmente para realizar diferentes reivindicaciones sociales y laborales a favor de las clases trabajadoras por parte, fundamentalmente, de los movimientos anarquistas y comunistas, entre otros.
Desde su establecimiento en la mayoría de países (aunque la consideración del día festivo fue en muchos casos tardía) por acuerdo del Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, celebrado en París en 1889, es una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago.
Estos sindicalistas anarquistas fueron ejecutados en Estados Unidos por participar en las jornadas de lucha por la consecución de la jornada laboral de ocho horas, que tuvieron su origen en la huelga iniciada el 1 de mayo de 1886 y su punto álgido tres días más tarde, el 4 de mayo, en la Revuelta de Haymarket.
A partir de entonces se convirtió en una jornada reivindicativa de los derechos de los trabajadores en sentido general que es conmemorada en mayor o menor medida en todo el mundo.