El próximo 18 de mayo se estrenará en la Cineteca Sonora el cortometraje El Casino del Diablo, una producción que involucró la participación de tres estudiantes y una egresada de Artes Plásticas de la Universidad de Sonora, además de que instalaciones universitarias fueron locaciones de la producción.
Oliver Rendón, director y guionista agradeció la colaboración desde la Unison para poder llevar a cabo este cortometraje que cuenta la historia de un investigador de lo paranormal norteamericano, quien investiga sobre el caso y se involucra con algunos personajes que lo guiarán a descubrir la verdad.
Después de realizar una investigación sobre los sucesos de la época, vino el conformar un equipo 100 por ciento local que involucraba extras, gente de producción, el equipo de arte y locaciones.
“La Universidad formó una parte muy importante, este gracias a Cutberto López y a Claudia. Carrizosa, ambos me abrieron las puertas para poder filmar, por un lado, en las escalinatas del edificio del Museo Biblioteca, y por otro lado, en el foro Bellas Artes, en dicho foro armamos un set cinematográfico, lo aprovechamos para armar una de las locaciones que ves en la película”, comentó el director.
Participan universitarias
Fueron tres las estudiantes de artes plásticas que participaron en esta producción, para quienes la experiencia fue muy valiosa, como lo comentó Alejandra Córdova Carbajal, al considerar que esta experiencia le cambio su perspectiva.
“Poder trabajar al lado de personas con tanto talento fue extraordinario, te da una probada de lo que es el ambiente y los retos laborales para un artista, siento que cambió mucho mi perspectiva para lo que quiero en mi futuro y abrió muchas nuevas posibilidades en mi panorama, de verdad que me siento muy orgullosa de poder haber participado en tan maravillosa producción sonorense”, explicó.
Nadia Salas Iglesias, sobre su participación en esta producción cinematográfica, mencionó que fue parte de sus prácticas profesionales, una experiencia que le permitió conocer todas las etapas de producción del cortometraje del Casino del Diablo, además de una oportunidad de colaborar con un equipo de dirección de arte y estar a cargo de detalles imprescindibles de la película.
“En el área de arte, específicamente donde colaboré, fue un área muy interesante, ya que ver el trabajo que se efectúa mayormente desde cero, el aplicar las habilidades aprendidas en clase, ejecutar construcciones de montaje, escenarios, etc., ver cómo se visualizaban los espacios y las perspectivas, la coordinación, la construcción final y verlos puestos en escena junto con los vestuarios, y todos los componentes visuales, se podría apreciar una armonía estética, lo cual fue una gran experiencia”, detalló la estudiante de artes.
Caro Towaga expresó que la experiencia fue increíble: “Realizar mis practicas profesionales con una producción tan increíble la verdad que fue toda una experiencia. Uno esta acostumbrado a solo ver el producto ya terminado, pero el poder verlo en producción y aún más ayudar, aunque sea un poco en su realización, me hace sentir muy agradecida”
Ana Alcantar Leyva, egresada de artes plásticas también colaboró en la producción.
“Fue una experiencia de mucho aprendizaje y mucha colaboración, es muy bello cuando un equipo se une para para crear una obra como esta y me encantó que el tema a proyectar sea algo muy nuestro, algo con lo que nos identificamos muchísimo, con lo que hemos crecido, esas historias, nuestros mitos que se han desarrollado con el tiempo.
Trabajar en el área de artes, comentó, es ver cómo todos los objetos toman forma y desarrollan la historia, a eso le suma el orgullo de haber trabajado con la Unison en esta producción: “Me sentí muy cómoda por la familiaridad de volver a la sala, a las instalaciones, al lugar que fue mi segundo hogar, y me dio mucho gusto y orgullo porque, por supuesto, gracias a todos los conocimientos que adquirí en la Licenciatura de Artes he podido desarrollarme en esta, la Universidad me dio una base muy sólida para para poder crecer y desarrollarme en las artes.
Valiosa colaboración
Para el director, Oliver Rendón la producción en sí fue un reto, que, si bien el corto se rodó en diez días, toda la producción y post producción se llevó un año.
“Siendo de aquí no nos había tocado a ninguno trabajar en un reto tan fuerte en el que había que recrear la época de los cincuentas y a partir del suspenso hay elementos que tienen que ver con efectos especiales, un reto verdadero, pero una de las cosas más satisfactorias es precisamente saber que lo hicimos 100 por ciento los hermosillenses y la verdad es que es un producto de calidad internacional”.