La propiedad intelectual, específicamente en las instituciones de educación superior ofrece seguridad y certeza de que las herramientas o conocimiento generado, ya sea innovación o invento, quede protegida para comercializarse y obtener mejor provecho posible, consideró Cesar Villegas Carrazco, coordinador general de la Oficina de Transferencia de Tecnología y Conocimiento (OTTC) de la Universidad de Sonora.
Al conmemorarse el Día Mundial de la Propiedad Intelectual el 26 de abril, el funcionario universitario dijo que la máxima casa de estudios siempre ha estado muy activa en la protección de la propiedad intelectual, la cual consta de cuatro rubros: la propiedad industrial, que incluye patentes y modelos de utilidad; los diseños industriales y marcas; los derechos de autor, que engloba la protección de las obras de arte; los derechos de obtentor, cuando se encuentra y desarrolla variedad de vegetales y el derecho conexos, relacionados a la música y obras audiovisuales.
“La institución siempre se ha preocupado por lo se genera en los laboratorios a través de investigadores, académicos y la comunidad estudiantil. Hasta el momento se ha generado un registro de 114 solicitudes de patentes y se han otorgado 20 patentes de tecnología por el Instituto Nacional de la Propiedad Intelectual (IMPI), de los cuales algunos ya generaron transferencia de tecnología con varios sectores de la región”, reveló.
La distribución de solicitudes de patentes por unidades académicas, periodo del 2011 al 2022, la encabeza la División de Ciencias Exactas y Naturales con 48 solicitudes; la División de Ingeniería posee 40; la División de Ciencias Biológicas y de la Salud cuenta con 23 solicitudes; mientras que la Oficia de Transferencia de Tecnología y Conocimiento, la Unidad Regional Norte y Unidad Regional Sur tienen una solicitud, respectivamente.
Respecto a las patentes aprobadas de la Universidad de Sonora ante el IMPI, el número mayor lo registra la División de Ingeniería con 10 patentes; después la División de Ciencias Exactas y Naturales con ocho y la División de Ciencias Biológicas y de la Salud con una patente aprobada.
Sobre el licenciamiento de tecnologías, la Universidad ha obtenido cinco, de las cuales dos patentes de tecnologías en el año 2015 con el nombre de Sistema de heliostatos inalámbricos y método de control y Helióstato con mecanismos para canteo de espejos y movimientos de elevación.
En tanto, en el 2020 se logró la transferencia de tecnología de una patente y dos modelos industriales bajo el título Dispositivo para la disminución de partículas y microorganismos suspendidos en el aire PM2.5 y PM2.10 mediante ionización negativa y rayos ultravioleta y el Modelo Industrial de dispositivo para la disminución de partículas y microrganismos suspendidos en el aire.
Villegas Carrazco comentó que la alma mater tiene buen estatus en la producción de propiedad intelectual y derechos de autor con publicaciones de textos académicos y software, pues lo que ha construido en cuestión de propiedad intelectual es sólido al cumplir con los mecanismos legales.
“La propiedad intelectual da instrumentos para establecer convenio donde se presta tecnología, conocido como contrato de licenciamiento de tecnología, que al ser dueño de la tecnología lo transfiere como préstamo por ciertos años y con un acuerdo que si hay un uso comercial se puede retornar con regalías hacia la Universidad para fomentar más la propiedad intelectual en la institución y un incentivo a los autores”, expresó.
Subrayó que en la Universidad de Sonora se genera una actividad creativa fuerte y esta se tiene que aprovechar cada vez más; es por eso es que la OTTC está pendiente de las ferias y muestras de investigación que promueven las unidades regionales donde participan estudiantes brillantes con proyectos innovadores que pueden ser candidatos a marcas registradas.
Sobre el quehacer de la Oficina de Transferencia de Tecnología y Conocimiento, mencionó que se mantiene un acercamiento constante con las áreas académicas para difundir el tema de la propiedad intelectual, también se realizan pláticas, cursos, talleres y conferencias con el objetivo de que estudiantes, investigadores y planta docente conozcan del tema y en un futuro se pueda aplicar.
El proceso que inicia un investigador, docente o estudiante para registro ante el IMPI, procede después de la revelación de los autores a través de publicaciones científicas y participación en congresos; se hace contacto para comenzar el proceso de pro protección, se analiza si la tecnología o innovación se puede proteger por parte del organismo nacional. Al mismo tiempo se verifica si tiene la posibilidad de ser resguardada por solicitud de patente, modelo de utilidad, diseño industrial o marca, luego se busca un licenciamiento de la tecnología para comercializarla; después un contrato legal y la generación de regalías con retorno a la institución, con porcentaje para fomento de la investigación e incentivo a los autores.
El coordinador general de la OTTC aseguró que algunos beneficios al poseer registros de la propiedad intelectual son: acceso a programas de estímulos, es un requisito con peso al momento de ingresar o mantenerse al Sistema Nacional de Investigadores y los gastos del proceso ante la propiedad intelectual la institución lo asume.
“El reto es llegar a que todos los jóvenes e investigadores que están trabajando en temas de creatividad e innovación conozcan que existe el tema de la propiedad intelectual y cómo se le puede ayudar para que lo desarrollado no se lo roben y llegue a mercados”, agregó.
Este año, el tema del Día Mundial de la Propiedad Intelectual se centra en la propiedad intelectual y en los jóvenes, que con su innovación construyen un futuro mejor. Fue en el año 2000 la Asamblea General de las Naciones Unidas instauró el 26 de abril como Día Mundial de la Propiedad Intelectual.
El Día Mundial de la Propiedad Intelectual se celebra para conocer la función que desempeñan los derechos de propiedad intelectual (PI) en el fomento de la innovación y la creatividad.