Este 23 de abril se celebra el Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor, una conmemoración establecida por la Organización de las Nacionales Unidas desde 1995 y que coincide con el fallecimiento de los escritores Miguel de Cervantes, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega, todo con la intención de fomentar la lectura y la protección de la propiedad intelectual.
En una época en que lo digital ha venido a desplazar los textos en físico, el romanticismo de hojear y sentir un libro, sus hojas y su pasta no puede ser reemplazado, como lo comentó el profesor del programa de Literaturas Hispánicas Jesús Abad Navarro quien expresó que se pierde el romanticismo por el libro físico, pero eso es algo que no se puede igualar en la era digital.
“Muchos textos son en físico, pero la idea romántica del objeto que uno puede tocar, hojear y percibir el aroma de la hoja nueva o de la tinta, eso está moviéndose un poco, porque muchos libros ya también están digitalizados, entonces, aunque se mantiene la práctica de la lectura ya el medio por el cual se lee es el digital y eso de una o de otra manera afecta la percepción de la lectura, porque no es lo mismo tener el libro en la mano e ir de una página a otra que uno ha separado o señalado, con algunas notas a estar pasándote de una pantalla a otra” explicó.
Aún sí dijo, la esencia del concepto de libro o lectura se mantiene incluso al leer mensajes y chats o en redes sociales.
En contraparte consideró que si se debe ampliar el concepto de libro o material de lectura en ciertos casos.
“Habría que abrir más espacios para hablar de lo que significa leer en un amplio sentido de la palabra, por ejemplo, hay veces que solo pensamos que la lectura es lectura de los libros que se publican, pero hay otras cosas que son textos y que no son cosas que están escritas y que son producto de las comunidades, por ejemplo, no occidentalizadas de origen que todavía no tienen escritura y que son también igualmente legibles , yo creo que hay que abrir más el campo y no solo reducirnos a lo que está publicado o editado en el formato que conocemos como libro, ya sea físico o digital”, consideró.
¿Cuánto y qué leemos?
En el modulo sobre lectura del INEGI del 2022 el número de personas mayores de edad que leyeron algún material ha bajado año tras años, ya que en 2016 fueron ocho de cada diez los que lo habían hecho, y en el último levantamiento fueron siete de cada diez.
En el mismo reporte de este 2022 se muestra que de la población sin educación básica terminada menos de la mitad ha leído algún libro, mientras que con estudios superiores el porcentaje subió a más del 80%.
Tres libros es el promedio de lecturas hechas por los encuestados que, si leen, esto en un periodo de los últimos doce meses y de ellos el 44.1 % declaró que lo hacía por entretenimiento, el 23.8 % por trabajo o estudio, el 20.7 % por cultura general y el 10.1 % por religión.
En lectura de revistas, los que lo hicieron, el 28.7% fue de temas científicos o especializadas, 20% de cocina o didácticas, 11.3% de deportes, entre algunos de los temas expresados.